Fernández del Amo, Fisac y Saénz de Oiza.
Que el debate sobre la Integración de las Artes, no fuera exclusivo del ámbito religioso[1] puede deducirse de algunos textos elaborados por los arquitectos señalados páginas atrás. Serían los casos de Fernández del Amo, de Fisac y de Saénz de Oiza. La relación del primero con el mundo de las Artes Plásticas es de sobra conocida y desarrollada desde su puesto de director del Museo de Arte Contemporáneo, desde 1952, lo que le permitiría un contacto continuado con muy diversos creadores, como se desprende de alguna antología de sus escritos[2]. Creadores como Pablo Serrano, Ángel Ferrant, Manuel Millares o José Guerrero, merecieron la atención crítica de Fernández del Amo. Por el contrario el volumen antológico de escritos diversos de Fisac[3], sólo contempla tres textos generales producidos entre 1953 y 1969. Por ello, revisten singular interés los dos comentarios críticos realizados sobre artistas individualizados, como fueran los producidos en los Cuadernos del Arte del Ateneo de Madrid: Labra en 1953 [4] y Farreras en 1959[5]. Similar es el caso de Sáenz de Oiza, que sostuvo diversos trabajos en el ámbito religioso, como Aranzazu, la basílica Hispanoamericana de la Merced y la capilla del Camino de Santiago; pero que rara vez realizó una incursión reflexiva sobre las artes plásticas. Lo que no es óbice para que en 1958 realizara en el texto de la exposición de Lucio Muñoz[6], un interesante y sugestivo trabajo en pro de la Abstracción. “La pintura como abstracción abandona la repetición del paisaje físico y se aproxima a las otras artes hermanas, música y arquitectura que, como artes, no han sido nunca directamente imitativas de la Naturaleza…El abandono del objeto directo, no significa, entendámonos, renuncia del hombre ni de la humanidad del hombre, como muy bien plantea Venturi. Si esto fuera así, la otra de las artes abstractas por antonomasia, la arquitectura, resultaría que después de tanto años de existencia sobre una misma trayectoria no era un arte humano, puesto que nunca representa del hombre su imagen perfecta”.
La defensa del Abstracción no es privativa de Oiza, toda vez que Fernández del Amo había participado en 1953 en Santander en el I Congreso de Arte Abstracto promovido por Ricardo Gullón, donde había dictado la conferencia “Presencia del Arte abstracto”[7]. Igualmente, Miguel Fisac en ese mismo año, publica en el Correo Literario un trabajo denominado El mundo necesita arte abstracto[8]. Cuya tesis fundamental es la historicidad de la mirada abstracta, “Si observamos y analizamos las distintas épocas de sus figuras mas representativas: Picasso, Braque, Gris, vemos que no nos llevan a una concepción nueva del arte, sino a una quintaesencia de arte que ya existía”. Un arte que Fisac encuentra acunado en la naturaleza: “la línea de contorno del erizo de mar presenta un punto e partida inesperado de inagotables bellezas. Y lo mismo se podría decir del acanto o del cardo. ¿Quién es capaz de saber hoy el tesoro de formas bellas que está aún escondido en los repertorios del mundo mineral, o en el del viviente, en las estructuras de los tejidos orgánicos, en la propia constitución de la materia o en las formas de los espacios estelares”[9]. Ese cambio de escala de la mirada, de impronta e implicaciones organicistas e incluso surrealistas,[10] mantiene pese a todo el carácter imitativo de la creación. En clara oposición a lo planteado por Oiza, sobre el carácter intelectual de toda abstracción y nunca sobre sus posibilidades imitativas. Carácter intelectual que prolonga lo afirmado por Fernández del Amo al advertir sobre la abstracción “el compromiso es no afilar ni manejar más armas que la inteligencia”[11].
Las pretensiones de Fisac en torno al tema de la Integración de las artes son de otra naturaleza diversa, tal y como expone en su trabajo sobre Labra de 1953. “¡Triste concepto de lo que es la fusión de las artes tienen los que creen que una auténtica cooperación plástica es pegar, más o menos acertadamente a una arquitectura, estatuas y pinturas en las paredes!…Hacer un arquitectura sin que la belleza esté implícita desde el principio, y después pegarle con escayola o con piedra unos postizos para hacerla bella, es tan equivocado como añadirle, sin clara razón de ser, unas pinturas o unas esculturas después de hacer la obra”[12]. Fisac, como podemos leer, recurre a dos términos que quieren ser equivalentes a los puestos en uso, bajo la rúbrica de Integración de las Artes. Opta por la Fusión, primero; y luego establece el más equilibrado de Cooperación, como si tuviera dudas sobre el alcance real de su propuesta. Y es que “para que esa fusión de las artes, que todos deseamos, sea una realidad es necesario que cada una de las manifestaciones artísticas fundidas nazcan inseparables de las otras, que no se pueda poner o quitar a capricho, sino que se una necesidad del conjunto”. Aunque establezca, sorprendentemente, como cauce de la Fusión preconizada, no una idea central o un proyecto colectivo, sino una nueva materialidad. “En algunos casos es necesario que este concreto quehacer del pintor o el escultor utilice unos medios de expresión que salen de lo actualmente usado; más aún ni se sospechan siquiera. Es decir que se empleen no sólo los materiales ya conocidos del vidrio o de la cerámica o el mosaico, sino otros más propios de nuestro tiempo, como los metales, los compuesto químicos o plásticos opacos o translúcidos”. Por contra el texto de la exposición de Farreras, escrito seis años más tarde, no reincide en la reflexión sobre la Fusión de las Artes; como si ya diera por resuelto o por cerrado el asunto de la Integración de las Artes. Se extiende más bien en una crítica de las críticas convencionales; como si estas fueran responsables de los desatinos. “Creo que lo que más le estorba al arte actual es la literaturas y lo que más necesita, la limpia y sencilla visión de la plástica, sin complicaciones intelectuales, sin filosofías y sin retorcimientos dialécticos…”. Aunque de pasada si dejara caer los viejos temas apuntados en 1953. “No quiero perder esta ocasión, para quejarme del olvido, que se tiene en España, a divulgar y hacer crítica de las obras de arte de verdad, de las que están en su lugar y tienen una razón de ser, que muchas veces, forman parte de un conjunto arquitectónico y que evidencian la alta calidad plástica de la obra de muchos de nuestros jóvenes artistas”[13]. Parte de la queja derivaba a la alta consideración que tenían trabajos autónomos (pintura de caballete, la llama) en relación con las piezas ideadas para integrarse en un conjunto arquitectónico.
Integración de las artes plásticas que, por otra parte, es visible en diferentes trabajos del propio Fisac, desde los trabajos de la Capilla del Espíritu Santo, con los altorrelieves de Juan de Adsuara y los frescos de Ramón Stolz; hasta las colaboraciones de Carlos Ferreira y Susana Polack en el Instituto Cajal y en la iglesia del Teologado de Alcobendas. Casos que son ampliables a otras obras como la iglesia de las Arcas Reales, donde figuran Jorge Oteiza, José Capuz, Susana Polack, Cristino Mallo, Álvaro Delgado, Antonio Rodríguez Valdivieso y José Mª de Labra.
Curiosamente el trabajo de Fernández del Amo, publicado en la misma colección[14], también indagaba en ciertos avatares del oscurantismo crítico. “Si usted lee una crítica, una crónica o escucha una disertación, una explicación de esas que dan los profesores, tratadistas, historiadores, con prolijas descripciones de lo representado, con antecedentes y consecuentes…por favor, no haga caso. Todo lo que puede haber de eso, nada tiene que ver con el arte”. Las referencias sobre la Integración de las artes, aparecen en Fernández del Amo de forma sistematizada, en un texto tardío de 1968[15], aunque tales reflexiones recogen experiencias de años anteriores, al citar que el encargo de dicha conferencia “parecía dar el espaldarazo a la ejecutoria profesional de veinticinco años en ese desvelo”. Es decir, que al menos desde 1953 el tema de la Integración de las artes, había ocupado el interés de sus reflexiones. “La cosa comenzó con aires románticos[16] hace treinta años, cuando todo quería inaugurarse con pretensiones fundacionales. Uno soñaba con algo que podría conducir a la Integración de las artes”. Pero tales sueños y tales pretensiones fundacionales, aparecen en la reflexión posterior como “una carrera de fracasos de la que han quedado modestos hitos que constituyen la propia obra desperdigada por los rincones en distintas latitudes”.
José Rivero Serrano, arquitecto
[1] RIVERO SERRANO J. Colonización: Figuración, Abstracción y Vacío. Op. cit. Página 80. Particularmente en enclaves oficiales, como el propio Instituto Nacional de Colonización, El Instituto de Cultura Hispánica o las Universidades Laborales, se pueden advertir diversas vías de la Integración de las Artes.
[2] FERNÁDEZ DEL AMO J.L. ¿Una Integración de las artes? Op. cit.
[3] FISAC M. Mi estética es mi ética. Museo de Ciudad Real, 1982.
[4] FISAC M. Labra. “Cuadernos de Arte del Ateneo”, Madrid, 1953.
[5] FISAC M. Francisco Farreras. FISAC M. Labra. “Cuadernos de Arte del Ateneo”, Madrid, 1953.
[6] SÁENZ DE OÍZA. F. Lucio Muñoz. “Cuadernos de Arte del Ateneo”, Madrid, 1958.
[7] FERNÁNDEZ Del AMO J.L. Presencia del arte abstracto, en Palabra y obra. Escritos reunidos. Op. cit. Páginas 145- 147.
RIVERO SERRANO J. Colonización: Figuración, Abstracción y Vacío. Op. cit. Página 82.
[8] FISAC M. Mi estética es mi ética. Op. cit. Páginas 9-12
[9] Ibídem. Página 11.
[10] RIVERO SERRANO J. Arquitectura comestible versus arquitectura bebible. Rasgos surrealistas en Fisac. “Pasajes, suplemento CLM”, nº 7, junio, 2003. Páginas 16-19.
Ídem. La materia de los sueños o el movimiento del sedentario. En ‘La materia de la arquitectura’. Ponencias del I Congreso de la Fundación Miguel Fisac. Páginas 261-271. Ciudad Real 2010.
[11] FERNÁNDEZ DEL AMO J.L. Presencia del arte abstracto. Op. Cit. Página 146.
[12] FISAC M. Labra. Op.Cit. S/p.
[13] FISAC M. Francisco Farreras. Op.Cit. S/p.
[14] FERNÁNDEZ DEL AMO. J.L. Canogar. “Cuadernos de Arte del Ateneo”, Madrid, 1957.
[15] FERNÁNDEZ DEL AMO J.L. ¿Una Integración de las artes? Op. cit. Página 35.
[16] El subrayado es mío, para advertir la captura de los orígenes del concepto propio de la Gesamtkunstwerk como una auténtica Integración de las Artes.