“Chapitel es el elemento arquitectónico situado en la parte superior de una torre, campanario o crucero de una iglesia, a modo de terminación, culminación, cumbre o remate; aunque también se usa en cualquier otra edificación religiosa, civil o militar. Se suele distinguir al «chapitel» de la aguja o flecha al definirse estas como chapiteles agudos, estrechos, esbeltos y de gran altura, que rematan una torre o cubierta”. Así describe la Wilkipedia este elemento que remata las torres de muchos edificios. Curiosamente el artículo viene acompañado de imágenes de la catedral de Burgos, del Alcázar de Toledo, del monasterio del Escorial, del edificio del Ministerio del Ejército en Madrid y de la Iglesia de san Carlos del Valle de Ciudad Real. Edificios muy diferentes y en los que el remate de las torres tiene un significado claramente diferente. Continuar leyendo
historia
La ruina espectacular. Y tres codas [José Rivero Serrano]
Sólida arquitectura de la lluvia
Cuidada proporción, fiel armonía,
Juan García Hortelano, Echarse las pecas a la espalda. 1977
Si en 1972, a juicio de Charles Jencks –en su trabajo El lenguaje de la Arquitectura posmoderna, 1977–, había fracasado y muerto el Movimiento Moderno, merced a la demolición del Pruitt Igoe, producida en Sant Louis, habrá que indagar qué nace cuando se demuele algo o cuando se arruinan unos principios. Tal que Jencks llega a afirmar con detalle relojero: “La arquitectura moderna murió en San Luis, Missouri, el 15 de julio de 1972 a las 3:32 de la tarde (más o menos), cuando a varios bloques del infame proyecto Pruitt lgoe se les dio el tiro de gracia a base de dinamita. Antes de eso, habían sido objeto de vandalismo, mutilación y desfiguración por parte de sus residentes negros y, aunque se invirtieron millones de dólares para intentar conservar el lugar (reparando ascensores, ventanas o repintando todo) se puso fin a su miseria”. Continuar leyendo
Tentaciones modernas [José Rivero Serrano]
Ha querido la coincidencia temporal que se produzca cierta revisión de fenómenos historiográficos vinculados a la arquitectura y sus diversas expresiones. Como si cada generación proyectara su visión sobre asuntos históricos, estableciendo en ocasiones criterios confrontados y aún enfrentados con las miradas y relatos precedentes, todo ello, para inventar una Nueva Mirada y un Nuevo Relato. De tal suerte, que la tentativa real de la actualidad es la de producir una reescritura de la historia disciplinar o de algunos de sus pasajes. Reescritura, que no deja de ser la versión actualizada de secuencias del pasado que se matizan y se contraponen a otras interpretaciones que ahora sucumben y decaen. Continuar leyendo
Cecilio Béjar. Escultores toledanos IV. [Antonio Sánchez-Horneros]
El número 6 de la calle Alamillos del Tránsito en Toledo alojaba la vivienda familiar y el taller de cantería cuando vino al mundo Cecilio Béjar durante el 1 de febrero de 1915. En la Escuela de Artes aprendió modelado y escultura. El año 1932 obtuvo la primera mención en la Exposición Nacional. En 1934 fue pensionado por la Diputación Provincial. Obtuvo tres medallas de plata de Artesanía Artística. En 1936 el alcalde Guillermo Perezagua lo reclama, junto a otros artistas toledanos, para la protección del Patrimonio Histórico Artístico Toledano de las calamidades de la guerra. Continuar leyendo
Pueblo Nuevo del Bullaque y Arcadio Blasco [José Rivero Serrano]
HELPatrimonio
06 El 15 de marzo de 2017, escribía en la Sección de este blog Help Patrimonio, la pieza Los legados de Colonización. Pueblo Nuevo del Bullaque para dar cuenta de algunos abandonos y de ciertas deserciones en ese enclave específico de la provincia de Ciudad Real. Como meses más tarde, el 8 de noviembre de 2017, repetiría en la misma sección, a propósito del viaje de regreso de parte del retablo de Villalba de Calatrava de Pablo Serrano. Donde se mencionaba la actuación rehabilitadora verificada en 2006, sobe el mural vítreo de Hernández Mompó en la iglesia de Villalba de Calatrava. Todo ello, como una muestra de los viajes de ida y vuelta. De ida y del olvido y de vuelta y de su recuperación. Ahora con la exposición del ICO, Pueblos de Colonización: miradas a un paisaje inventado, de Ana Amado y Andrés Patiño, se quiere otorgar una visibilidad tardía y retrospectiva a ese universo plural y complejo. Y también olvidado. Pero ese análisis y esa aproximación actualizada no elude la carga critica que sobre esos legados se ha venido produciendo. Como demuestra la secuencia –y los debates consiguientes– de la comisión de registros del DOCOMO ibérico, en su primer entrega inventarial de 1976. Donde hubo una abierta oposición a la inclusión de piezas de Colonización. No por su carácter moderno, sino por su tufo franquista. Error de inclusión que se fue progresivamente subsanando, en ocasiones posteriores. Desde el proyecto SUDOE de 2007, al Registro Andaluz de Arquitectura contemporánea (RAAC), desde los Itinerarios de Arquitectura de 2006 (con tres entregas agrupadas por cuencas hidrográficas) de la Fundación de Arquitectura Contemporánea de Córdoba a la publicación de los Registros DOCOMO Vivienda, la Vivienda moderna 1925-1965 (ahora sí con presencia activa de los pueblos de colonización) de 2009. Incluso, entre nosotros en 2022 se produjo en el Archivo Provincial, la muestra La arquitectura de los pueblos de colonización. Singularidad y sencillez en el paisaje manchego. Mismo año que Amado y Patiño publicaban el trabajo Habitar el agua. La colonización en la España del siglo XX. Continuar leyendoXIII Jornadas Visigodas Arisgotas [Jorge Morín]
Le Corbusier: La ferme radieuse y Le centre coopératif. Otra ruralidad [José Rivero Serrano]
Llevar el campo a la ciudad y la ciudad al campo ha de ser el propósito anatréptico de los nuevos urbanizadores, aunque el enunciado parezca un poco paradójico. Cesar Cort. Campos urbanizados y ciudades rurizadas, 1941.
De esta suerte nos sentimos impelidos a proponer, para la tierra una unidad (nueva o renovada) de explotación agrícola. Le Corbusier. Los tres establecimiento humanos (LTEH), 1945.
¿Cuál es la causa del abandono de la tierra? ¿Cuál será la palanca del retorno a la tierra? Le Corbusier. LTEH, 1945.
Frente a la visión de Le Corbusier como teórico central del ‘Urbanismo funcional’, que opera fundamentalmente en el medio urbano y en la gran ciudad casi en exclusiva, emerge, lateralmente, otra visión peculiar de L.C. obsesionado en la resolución de ciertos problemas del medio rural y del medio agrario, en un periodo complejo y lleno de tensiones y conflictos, que transcurre entre 1930 y 1945. Coincidente, como vemos, con el tiempo de la crisis de Wall Street y la Segunda Guerra Mundial y con la exaltación conflictiva de los totalitarismos como soluciones a las sociedades tecnificadas que iban apareciendo. Ese mismo periodo es el analizado por Franco Borsi en su trabajo El orden monumental. Europa 1929-1939 (1986), periodo que el autor italiano denomina “decenio del diablo” y que transcurre “entre septiembre de 1929 a septiembre de 1939 [es decir], del viernes negro del crack de la bolsa de New York a la invasión de Polonia por Hitler”. Y en esa secuencia temporal hay que anotar la exposición internacional de Paris de 1937[1], donde Le Corbusier concurre con el pabellón de Temps Noveaux, como un presagio de muchas cuestiones que se irán anotando en estos tiempos rejuvenecidos por las distintas revoluciones. Allí, concretamente, junto a diferentes cuestiones se suscita la propuesta de Norbert Bézard sobre la Reforma Agraria, como muestra del interés de Le Corbusier por las cuestiones agrícolas, al acoger en su pabellón dicho tema. De todo ello dice David Arredondo Garrido, en su trabajo Le Corbusier y la reorganización del hábitat rural (2015): Le Corbusier mostró con dibujos, maquetas y textos el proyecto de la granja radiante y, también, el de un centro cooperativo. En ellos expuso las cuestiones: “Reorganización agraria, planeamiento rural para volver a la tierra, no hay urbanización para las ciudades sin desarrollo del campo, la industria aportará el equipamiento. Es la tierra (el tipo de suelo y las estaciones) la que decide, no la gente. La generalización en la agricultura es una receta para el fracaso: primero deben definirse las regiones. Debe crearse una municipalidad rural: Granjas familiares trabajan la tierra, el poblado como comunidad de servicios compartidos, una empresa cooperativa. Proyecto de consolidación del campo para una región claramente definida: La vuelta al campo es posible únicamente a través de granjas familiares apoyadas en recursos colectivos (métodos y equipamiento)”. Más aún, en la Exposición de 1937, según Arredondo, “se mostraba por primera vez una versión elaborada del poblado radiante o centro cooperativo. En las publicaciones anteriores aparecieron esquemas que no pasaban de ser bocetos inspirados en las ideas de Bézard. El diseño definitivo al que llega Le Corbusier en 1937, obviaba la propuesta de emplazarlo sobre una colina que controlara el territorio y se sitúa en un lugar teóricamente plano y bien comunicado. Partía de una organización similar a la de la granja, por lo que una espina central distribuía el conjunto y conectaba el poblado, no ya con los campos, sino con una vía rodada de alta capacidad. Se percibe, de una manera más clara, el deseo de incorporar a la vida rural, condiciones socioeconómicas comparables a las de las ciudades”. Preocupaciones todas ellas, que estaban ya, en ciertas cuestiones, compartidas con Norbert Bézard desde el año de 1934, con la publicación por ambos del texto programático La ferme radieuse et le centre coopératif, del cual se conserva el manuscrito inédito, con fecha de 1942. Incluso en 1938 en el V Congreso del CIAM, Bézard presenta la comunicación Logis et loisirs en una nueva vuelta de tuerca.
Bahamontes en el pódium [José Ramón G. Cal]
El pueblo de los caldeos en Mesopotamia, hace tres mil años, tenía por costumbre idolatrar a sus hombres más virtuosos. Los griegos y, más tarde los romanos, siguiendo esta tradición, lo llamarón apotheōsis: una ceremonia en la que se ensalzaba con honores y alabanzas, colocando entre los dioses a aquel mortal que había contribuido de manera destacada al bien de la comunidad y era digno de admiración perpetua. En el teatro y ópera la apoteosis es la exaltación final, el momento culminante. En el cuadro “La apoteosis de Homero” de Ingres, se representa como la aristocracia de sabios ilustrados ensalza en el podio del Partenón al autor de la Ilíada y la Odisea, mientras un ángel le corona con el laurel de la victoria. Reconocer las virtudes de aquellos que destacan por sus hechos en vida es propio de las sociedades civilizadas. Continuar leyendo
Conventos. Los edificios silenciosos [Diego Peris Sánchez]
La vida conventual de clausura ha formado parte de muchas ciudades españolas y de forma singular de Castilla-La Mancha durante siglos. Más de 700 edificios conventuales se levantan en nuestro país. Edificios de fachadas herméticas acogían en su interior grandes espacios para la vida conventual. Claustros, iglesias con sus coros y dependencias en las que se desarrollaba la actividad diaria configuraban ciudades espirituales que albergaban la vida de pequeñas comunidades. Una vida que requiere espacios para la actividad religiosa y para la vida cotidiana con una ordenación singular próxima a una ciudad espiritual interior. Continuar leyendo
Fresco infinito oculto en La Mancha [Teodoro Sánchez-Migallón Jiménez]
Sala de Catarq 4
Villanueva de Franco, se asoma como un brote tierno y blanco en la nada, terrosa y asolanada, de la altiplanicie manchega.
Con una ordenada e infinita trama radial, generada desde un epicentro donde se clavó el mástil y los agrimensores estiraron las sogas, desplegando el velamen escurialense, donde los chapiteles pizarrosos punzonaban el azul brumoso de Antonio López. Continuar leyendo
Algunas notas sobre el boceto del mural de la calle Sinagoga [Fernando Sordo Juanena]
Es lógico pensar que cuando una obra de arte público se proyecta se debe tener presente que su destino está ligado, a perpetuidad, al espacio en el que se ubicará. Continuar leyendo
Las decisiones de Alberto Sánchez. (y II) [Jesús Fuentes Lázaro]
Segunda parte
En Madrid aprendió a leer y escribir someramente, lo cual le llevaría a considerarse de por vida “semianalfabeto”. Un complejo que le obligó a preferir la palabra a la escritura. Era, por lo demás, un narrador a la antigua usanza, un juglar medieval que contaba narraciones de ciegos en plazas medievales. Dominaba las historias que contaba, modulaba las palabras, controlaba las tonalidades y las inflexiones de la voz para crear un ambiente favorable. Se convertía así, por el atractivo de su narrativa, en el punto de atención de cualquier conversación. Encantaba y seducía con la gestualidad y mímica que acompañaban a sus expresiones poéticas. Consolidó su compromiso social y comenzó a ensayar los primeros esbozos de escultura que componía con la masa de la panadería en la que trabajaba. En paralelo buscó acercarse al mundo intelectual del Madrid en gozosa ebullición por aquellos años. Continuar leyendo