El 26 de junio de 2006, el que fuera presidente de Castilla-La Mancha, D. José María Barreda anunciaba la paralización del proyecto urbanizador en Vega Baja tras reunirse en el palacio de La Moncloa con el entonces presidente de la nación José Luis Rodríguez Zapatero, lo que propiciaría la declaración de parte de ese espacio como Bien de Interés Cultural -B.I.C.-. Barreda justificó su decisión con las siguientes palabras: “No permitiré que se urbanicen los terrenos de la ciudad visigoda. Se convertirán en un parque arqueológico…” (M. Cebrián. ABCToledo, 31/07/2016). Han pasado más de 12 años, y millones de dinero público dilapidados sin que se haya logrado hacer visitables esos espacios arqueológicos. Un paisaje suburbial de la ciudad romana, con el circo y las necrópolis romanas, visigodas, islámicas, medievales…; un territorio periurbano donde estaba situada la basílica de santa Leocadia, el panteón regio visigodo, así como otros palacios de las élites godas; un amplio poblamiento islámico, así como numerosos vestigios medievales, modernos y contemporáneos…lo más grave no ha sido esa incapacidad de trasformar un paisaje cultural ligado de forma indisoluble a Toledo, sino que los restos arqueológicos se destruyen cada año que pasa y más grave aún, las “mordidas” urbanísticas que se le dan a ese espacio, perdiendo su comprensibilidad.
Primera taza, la Vega Baja
La anulación del POM de 2007 por sentencia de 31 de marzo de 2017 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo de Justicia de Castilla-La Mancha y posteriormente por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento, permitía pensar en un cambio de la situación anterior, basado en un concepto depredador de la ciudad y que suponía de facto la destrucción de sus paisajes culturales periurbanos. Sin embargo, la respuesta desde el Ayuntamiento, con la unanimidad de todos los grupos políticos, ha sido la contraria como lo demuestran las previsiones para la zona incluidas en la modificación 28 del PGMOU de 1986, al igual que con la modificación 29 de la Peraleda, de la que hablaremos a continuación. El objetivo es claro, en palabras del geográfo Antonio Zarate, “…compactar con cemento y viviendas los huecos entre los diferentes barrios de una ciudad que se extiende de este a oeste, siguiendo el curso del río, a lo largo de 12 kms.” (A. Zaráte, ABCToledo, 18/08/2018).
En estos últimos años hemos visto la construcción de bloques de vivienda; de nuevos proyectos de urbanización que no tienen correspondencia con los trazados históricos…y ya en los últimos meses el anuncio de la implantación de un aparcamiento en pleno corazón de la Vega Baja. En un tiempo en el que el automóvil privado está perdiendo terreno en las grandes ciudades, en Toledo se apuesta por el uso privado no compartido del mismo, algo incomprensible. Compartimos las palabras de nuestro colega Zárate, “…un modelo de ciudad ajeno a nuestros tiempos..” (Idem).
Las palabras de Barreda suenan vacías y huecas en 2018, no sólo los espacios arqueológicos no son visitables, sino que están destruyéndose poco a poco, con el silencio cómplice de todas las administraciones implicadas, de los profesionales de la arqueología y la cultura, de la propia sociedad que las ven como un atraso [1]. Esta desidia está siendo aprovechada para lanzar esos bocados que poco a poco van laminando este rico paisaje cultural de la ciudad de Toledo, en la que si no reaccionamos ipso facto desaparecerá para siempre…Las excusas municipales amenazan con reclamaciones millonarias de los propietarios del suelo que arruinarían a la ciudad para siempre ¿Cuántas se han producido desde 2007? Ninguna. Además, gran parte del suelo es de titularidad pública.
En este contexto de rapiña urbanística la comprensibilidad de los Paisajes Culturales de la Vega Baja será inviable, habiéndose perdido los valores de Ciudad Histórica de la declaración de 1868; los del Plan Especial de 1997 y los de la Declaración Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Toledo habrá perdido los valores por los que obtuvo esas declaraciones, ya que está incumpliendo las obligaciones de preservación del entorno de la ciudad, además afectando gravemente a las posibilidades de regeneración y vitalización del casco urbano.
Segunda taza, la Peraleda
Aprovechando la tónica de desidia general entre la población, los profesionales de la Cultura, el Colegio de Arquitectos, las Asociaciones…el Ayuntamiento acaba de aprobar con un consenso pleno el nuevo PAU de La Peraleda, modificación 29, con el cebo de que contará con un porcentaje significativo de vivienda protegida en todas sus fases. La escusa no es nueva, querido lector, permítame que recurra a la expresión hamletiana, “Something is rotten in the state of Denmark”. De hecho, ya fue lanzada a los pocos años de la paralización por el entonces portavoz municipal Rafael Perezagua con la afirmación de que “se ofrezca ritmo a la ciudad, ‘que no pare”, para que no vuelvan a acontecer hechos como la ’emigración’ de toledanos a los pueblos colindantes porque la ciudad no disponía de suelo donde construir viviendas”. Desde el Ayuntamiento nunca se han aportado estudios que justifiquen una demanda de vivienda por encima de la existente en el mercado, hablamos de más de 3.000 viviendas.La ciudad de Toledo cuenta con un porcentaje por encima del 10% de viviendas vacías según los datos que proporciona el INE. En este sentido, el casco histórico cuenta con numerosos espacios patrimoniales vacíos que deberían ser objeto de rehabilitación para su uso como vivienda, pero no como espacios turísticos para apostar por una ciudad muerta al caer la tarde y llegar la noche, sino por ciudadanas y ciudadanos que la doten de vida.
En el año 2018…No deja de ser paradójico que el argumento que se utilice chirríe con un casco urbano que se despuebla poco a poco, ¿no sería lógico fomentar su reocupación?, y con un espacio rural colindante que también se vacía, ¿esta emigración no será positiva para el hinterland de Toledo? La concentración de toda la población de la provincia en dos grandes núcleos de población, como son Toledo y Talavera es aberrante, y genera multitud de problemas en una provincia de gran extensión como Toledo. Se reproduce el esquema nacional de concentración -Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Valencia…-, pero a menor escala. El gobierno municipal debería reflexionar en emplear sus recursos en mejorar y dotar esas áreas periurbanas; en alcanzar acuerdos con los municipios colindantes…en definitiva regenerar esa corona urbana de Toledo, lo que le permitiría mantener los paisajes Culturales de Vega Baja y Peraleda, que no dejan de ser el paisaje de sus vegas.
Los Paisajes Culturales: Vega Baja y Peraleda
La Peraleda constituye una prolongación de este paisaje periurbano de la ciudad de Toledo, al igual que la Vega Baja. No se trata de espacios segregados vacíos, que es la impresión que se quiere trasmitir a la ciudanía. Un problema agravado que tenemos es el propio documento de la Carta Arqueológica, que se desarrolló con una perspectiva contextual, es decir, mapando yacimientos, cuando la disciplina ya estaba trabajando sobre los paisajes que permite definir una realidad más rica y compleja. Este fenómeno lo pudimos demostrar en el proyecto de investigación de la RFTol sobre el área cigarralera, donde sólo había yacimientos puntuales, se pudo documentar una realidad arqueológica inmensa. Sirva de ejemplo el estudio de paisaje de la Guerra Civil española, cuya definición en la carta era mínima, mientras los trabajos de campo pudieron documentar un paisaje enorme y en diferentes fases -1936, 37, 38 y 39-, que eran prácticamente desconocidos. Esta falta de información provocó la destrucción de numerosos restos al construirse la ronda norte de la ciudad.
En la Peraleda nos enfrentamos a una segunda Vega Baja, la realidad arqueológica es inmensa, mientras que su catalogación es deficiente. Si utilizamos de ejemplo los paisajes más antiguos, los de la Prehistoria Reciente, sólo tendríamos inventariados los yacimientos de Pinedo, Salchicha y Valdelobos. Todos recogidos de forma puntual, cuando la realidad es que forman parte de los sistemas de terraza del río. Las terrazas del Tajo en el entorno de Toledo presentan interesantes yacimientos arqueológicos y paleontológicos documentados desde principios del siglo XX. Su geocronología se ha establecido clásicamente en base a la correlación de secuencias de terraza, secuencias edáficas y los restos faunísticos asociados. Por el contrario, las dataciones isotópicas y numéricas son prácticamente inexistentes, y sólo en los últimos años se han publicado datos al respecto [2].
En el entorno de Toledo, el valle del Tajo reúne varios condicionamientos anómalos: a) el Meandro encajado de Toledo, del cual el río recibe su nombre, Tajo, y genera un represamiento natural del río aguas arriba, desde al menos el final del Pleistoceno Medio; b) como consecuencia, este proceso produce un fenómeno de sobre-sedimentación aguas arriba del meandro encajado, especialmente visible en los niveles de terraza de +30-35 m e, inferiores, que ha facilitado la preservación de importantes yacimientos (p. ej. Pinedo); c) la existencia de una falla inversa al sur de la ciudad que pone en contacto los materiales metamórficos de los Montes de Toledo con el relleno sedimentario de la Cuenca del Tajo y que afecta a los niveles de terraza más altos (> +70 m) y pre-data el proceso de encajamiento anómalo. Por otro lado, aguas arriba de Toledo (Añover de Tajo – Aranjuez), se produce el registro de la secuencia de terrazas casi al completo del valle, hecho que ha permitido el establecimiento de secuencias fluviales y catenas edáficas representativas del Pleistoceno para el sector central de la Península Ibérica.
En el entorno de la ciudad de Toledo se han llegado a diferenciar hasta trece niveles de terraza con cota relativa respecto al cauce. Esta realidad geológica se traduce no en ocupaciones puntuales, sino en la posibilidad de localizar cultura material, así como fauna asociada, aguas debajo de la ciudad. El escaso conocimiento de este período, a pesar del enorme potencial, sólo se puede explicar por la utilización hasta la fecha de metodologías inapropiadas, mientras que en ciudades como Madrid, donde han trabajado equipos especializados en el Manzanares, Jarama y Henares, el salto en el conocimiento ha sido enorme, siendo todos estos ríos tributarios del Tajo.
La urbanización de La Peralela nos permite adelantar que supondrá una destrucción enorme de esta riqueza patrimonial, de la que aquí sólo avanzamos una punta del iceberg de los Paisajes de Prehistoria Antigua, pero que son igual de complejos en toda la Prehistoria y Protohistoria, Antigüedad, Edad Media, Moderna y Contemporánea.
Sorprende que cuando Manuel Antonio Carbonero dibujó la Vega en 1798 la viera con esa visión global con la que deben analizarse y protegerse los paisajes en el siglo XXI, mientras que las declaraciones de BIC del siglo XX y XXI son cicateras y fragmentadas con una visión del espacio fragmentada ligada al concepto de lo monumental, algo superado desde hace décadas.
Como ciudadanas y ciudadanos libres deberíamos huir de los cantos falsos de sirena que sólo ven progreso en la urbanización continua que supone la destrucción de nuestro pasado, no sólo, de la Vega Baja y la Peraleda, sino de la propia ciudad de Toledo, que queda ahora vacía como escenario falso para los turistas. Una Venecia de tierra adentro que da la espalda al río que fue su razón de vida [3].
Dr. Jorge Morín de Pablos
[1] Sobre la inacción de la sociedad civil está bien leer las Memorias Gregorio Marañón y Bertrán de Lis en Memorias de un Cigarral, sobre las presiones y amenazas que sufrió por su defensa de la Vega Baja. También puede verse la síntesis de María José Muñoz en ABCToledo -25/09/2017).
[2] Los datos que aquí aportamos proceden de: López-Recio, M. et al. (2015). Geocronología de los yacimientos achelenses de Pinedo y Cien Fanegas (Valle del Tajo) e implicaciones en la evolución fluvial en el entorno de Toledo (España). Estudios Geológicos71(1): e029. http://dx.doi.org/10.3989/egeol.41816.340.
[3] El no haber nacido en Toledo no me inhabilita para amar y luchar por una ciudad en la que no nací, pero siento como mía.
En este mismo sentido, se pronunció ayer Jesús Carrobles, presidente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, en su discurso de la apertura del curso. Carrobles alertó que el gran problema de Toledo es el de la conservación de sus Paisajes Culturales.
Un resumen de su discurso puede verse en La Tribuna de Toledo, 8 de Oct de 2018:
http://www.latribunadetoledo.es/Noticia/Z158808F7-0DEE-99DE-8106D3BF96A0A2D2/Carrobles-advierte-de-desarrollos-que-desvirtuan-entornos
Solo quiero dejar aquí la constancia de mi tristeza y mi indignación por la destrucción sistemática de unos bienes que destruyen algo más que el paisaje. Destruyen la memoria y el orgullo de formar parte de un proyecto único en el mundo. Al menos eso nos creíamos los toledanos. En mi inocencia pensé que la democracia y el progreso traería la destrucción de los edificios que habían perjudicado el legado arqueológico (las Carmelitas por ejemplo). Gracias por estos artículos que hacen que no nos sintamos solos en nuestra sensibilidad.
Un artículo necesario, lúcido, esclarecedor y muy documentado. Un grito más de tantos que se están publicando: Zárate, Juan Sánchez y otros muchos y que recoge la opinión de más toledanos de los que pueda pensarse.
A esto hay que añadir el núcleo de viviendas proyectadas ¿300? en la zona del Observatorio geográfico. Destrucción paisajística total y pese a quien pese.
Estimado Luis muchas gracias por tu comentario, que comparto al cien por cien. La iniciativa pública debería emplear sus esfuerzos en recuperar la Vega y la Peraleda. En este espacio de HP hemos podido leer las propuestas q desde la EArqTol han hecho profesores y alumnos para regenerar los desastres del pasado. Por otro lado, conocemos bien lo beneficioso q resultaría la recuperación de un espacio como el circo, como por ejemplo se ha hecho en Teatro romano de Cartagena. Esta acción permitió recuperar el tejido urbano de una ciudad duramente castigada por la pérdida industrial de la reconversión de los ochenta en el pasado siglo XX. El éxito ha llevado a la ciudad a continuar con esas acciones regeneradoras, como las que se llevan a cabo en el Cerro del Molinete.
Estimada Teresa totalmente de acuerdo con su comentario, el texto de hoy es un grito más que se suma a los lanzados por Zárate, Juan Sánchez, Carrobles, gran número del profesorado de la Escuela de Arquitectura de Toledo y sus alumnos…y muchas ciudadanas y ciudadanos de nuestro querido Toledo. Quizás esa opinión colectiva deba materializarse en un grito más fuerte y físico que recorra la Vega Baja y Peraleda para que nuestros políticos lo hagan suyo y rectifiquen para salvaguardar estos Paisajes para el disfrute de generaciones venideras.
Verdaderamente una lástima. Desgraciadamente estamos acostumbrados “comernos con papas”, las actuaciones políticas incoherentes no importa de qué signo político provengan. Cuando crees que uno hace la mayor de las barrabasadas, viene otro y lo supera ampliamente. Recuerdo hace algo más de diez años, la alegría para unos y el shock para otros, por el varapalo suministrado por Barreda a un montón de intereses urbanísticos y comerciales al blindar la Vega Baja al declarar la zona como BIC. La mayoría de los toledanos quisimos ver cómo, y por una sola vez, la justicia de la recuperación de una parte de la historia de nuestra ciudad cuando era “Urbs Regia” iba a prevalecer. Los astros se habían alineado a nuestro favor. Pero era demasiado bonito, después de unos comienzos prometedores con el adecentamiento, desbroce de las parcelas afectadas así como los hallazgos arqueológicos de las prácticas arqueológicas de unas cuantas promociones de universitarios de Humanidades -sabiamente dirigidas por mí admirado don Ricardo Izquierdo-, la verdad es que, por las razones que todos conocemos -crisis y recesión económica así como el corte del “grifo” de fondos europeos de los que se habían nutrido muchas de las iniciativas culturales en el arranque del nuevo siglo- se produjo un parón durante el cual no hubo ningún tipo de avance hasta aterrizar en nuestros días.
Los “políticos” que en su día salvaron la Vega Baja, ahora se desdicen y, además de proyectar un aparcamiento en dicha zona, “urbanizan” la zona de la Peraleda -además de lo de la urbanización del Observatorio Geográfico-, cargándose literalmente el paisaje que ha circundado nuestra querida Toledo. No sé si la demanda de vivienda en Toledo es tan grande como afirman las fuentes consistoriales pero, lo que es verdaderamente cierto es, si el precio a pagar es tan grande como para eliminar esos paisajes “suburbiales” tan arraigados en nuestras retinas. Muchos pensaran que todo esto no deja de ser más que un puñado de tierra con “cuatro restos arqueológicos” que no deberían frenar el progreso y evolución de una ciudad. Pero todo no es el dinero. Es difícil de aceptar pero es así. Esperamos y deseamos que reine el raciocinio que afloró en 2006, pero ojalá me equivoque, otros tipos de intereses menos comprometidos con la cultura saldrán triunfantes. Ojalá me equivoque…
No puedo estar mas de acuerdo con el artículo y las opiniones compartidas aquí. Me duele ver desde el extranjero como la ciudad en la que me crié sigue dando palos de ciego en estos temas tan importantes. Seguimos dependiendo de las decisiones de “políticos” con criterios dudosos que toman decisiones a cortoplazo pensando únicamente en su beneficio propio. Qué pasa con los funcionarios al cargo de estas decisiones? Son igual de responsables?
Me siento muy impotente al ver que tampoco veo una respuesta ciudadana proporcional acorde a las agresiones hechas a la ciudad. A lo mejor va siendo hora de organizarse (si no se ha hecho ya, lo siento pero lo desconozco) realizar foros de debate con expertos en la materia e intentar encontrar soluciones consensuadas a nivel ciudadano. No puedo evitar pensar que a lo mejor con nuestra inacción también nos estamos haciendo un poquito cómplices de estas situaciones
EL POSTRE!!!
Ayer, 2 de diciembre de 2020, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, anunció que el nuevo cuartel de la Guardia Civil de Toledo, que se pensaba construir en la Vega Baja, se traslada a La Peraleda, en una parcela de 35.000 m2 de “suelo rústico”, el entrecomillado es mío y en ese anuncio se debería ser consciente de lo que implica “rústico” desde el punto de vista de la legalidad urbanística.
La noticia no cambia una línea de lo escrito arriba y la decisión me parece nefasta desde el punto de vista patrimonial y que además coincide en el tiempo con otra noticia, que ha pasado más desapercibida, de la parada del AVE de Extremadura en Toledo, que supone un “mordisco” a la Vega Alta al plantearse ampliar la estación y el viario.
No quiero entrar en lo que supone la decisión desde el punto de vista urbanístico, sociológico, etc., pero es claro que es una decisión difícil de justificar desde ningún punto de vista.
Finalmente, nadie habla de los guardias civiles que van a trabajar, vivir…en un espacio “guetificado” desde el minuto 0. En pleno siglo XXI el futuro cuartel de la Guardia Civil en Toledo tiene que estar imbricado en la vida urbana de la ciudad, formar parte de ella y que los guardias y sus familias puedan llevar una vida normal como el resto de los ciudadanos, no en un espacio periurbano, mal comunicado, sin servicios…
Los anuncios de “inversiones” como las ayudas al Pui de Fou Toledo; la parada del AVE a Extremadura; el Cuartel de la Guardia Civil a la Peraleda…no son oportunidades para la ciudad, sino todo lo contrario, un golpe tras otro a una ciudad que languidece y a la que la actual situación ha herido de muerte.
Como arqueólogo el anunció de ayer me lleno de preocupación y como ciudadano, de tristeza.
NdT Como profesional, Doctor en Prehistoria y Arqueologia, siempre me he manifestado en contra de cualquier actuación urbanística en la Vega Baja y La Peraleda. La Sra Tormo, que no creo q sea una profesional del estudio del pasado, me acusa de cambiar de opinión. No creo que la senda De la Vega Baja sea una actuación depredadora, lo argumente y mantengo que es un proyecto conservacionista que busca recuperar el paisaje periurbano de Vega Baja. Lo escribí y lo mantengo. Hacer un paralelo de la senda con el Cuartel y otras actuaciones que se han llevado a cabo en estos años resulta ridículo. Sin embargo, respetó otras opiniones que vayan más allá de las descalificaciones personales.
Por otro lado, como especialista en el mundo visigodo, no comparto en absoluto la lectura De la Vega Baja como un espacio urbano de la ciudad. Que no se justifica arqueológicamente y va en contra de la mecánica de los godos en Novae, Tolouse, Barcelona…donde nunca ocuparon un espacio marginal de la ciudad. Lo mismo puede decirse de la mecánica urbana de Toledo, donde la Vega Baja fue siempre un espacio periurbano. En estos días se “descubre” que la Vega Baja es un espacio inundable y que no se puede construir.¿Sería un espacio inundable también el pasado? Es obvio que si y la Vega Baja siempre tuvo ese carácter periurbano.
Es la conservación de estos espacios periurbanos -Peraleda, Vegas Baja y Alta-;Cigarrales y el propio recinto urbano, lo que permite entender el Toledo histórico y construir un Toledo del siglo XXI respetuoso con sus Paisajes Culturales.
Finalmente, no he participado, ni lo haré, en ningún desarrollo en estos espacios, así que, querida Pilar, siempre he estado en el mismo sitio; con los bolsillos vacíos y la hipoteca pagada. Soy libre de pensar y expresarme sin ataduras de ningún tipo.