Seis Análisis y una Crítica [José Rivero Serrano]

@EFE 29/9/2021. El curso de la colada hacia el mar por el valle de Aridane y la costa de Tazacorte.

En los momentos más brutales de la historia suele haber un resquicio para resistir y oponerse. Su conocida distinción [de Nicolás Maquiavelo] entre la fortuna y la virtud, entre lo que no está en nuestra manos evitar y lo que en cambio podemos modificar, es una lección de resistencia frente al fatalismo…Ponía el ejemplo de las inundaciones devastadoras que lo destruyen todo sin que en ese momento podamos hacer casi nada, mientras que en el tiempo de calma es posible prevenir y preparar las cosas para que las aguas no hagan tanto daño”. Daniel Inerarity, La fascinación de lo peor. El País,8 octubre, 2025.

En la covid descubrimos que nuestra sanidad tampoco era mejor. Y si en el año 2000 luchábamos por las competencias, la Dana y los incendios han demostrado que, tanto tiempo después, podemos pelear con igual fiereza para que las ejerza el otro: la ineficacia de la Administración no depende de su cercanía al ciudadano, aunque la cooperación entre Administraciones sí parece depender de la cercanía ideológica que se tengan entre ellas. Ignacio Peyró, El mal siglo o como traicionar las promesas  del año 2000. El País,30 agosto, 2025.

Una revisión de textos anteriores –publicados mayoritariamente en Hombre de Palo a lo largo de diez años– permite una visión alternativa de ciertas cuestiones esbozadas de manera independiente en ese tiempo. Que ahora –no casualmente– se agrupan y se relacionan, por ello, como las cuentas de un collar para componer una visión unitaria y global. Donde –como decía Flaubert– lo que importa no son las cuentas del collar sino el hilo que las une.

Viñeta de El Roto, El País, 21 de enero de 2025
  1. DESPOBLACIÓN.

En el IV Congreso Internacional de Arquitectura, celebrado en Pamplona, en junio de 2016, el arquitecto holandés Rem Koolhaas, señalaba que, a su juicio, lo más importante que estaba sucediendo ahora en el mundo era “la transformación del campo”. Y eso dicho por un holandés, originario de un país cuyo campo artificializado es de suyo una transformación perpetua y enteramente artificializada. Una transformación del medio rural contemporáneo que pivota en factores tecnológico-positivos y en factores poblacionales negativos. Así, prosigue Koolhaas, vivimos: “En un mundo en el que la tecnología lo reduce todo, el campo se está computerizando. Cada vez más máquinas y menos personas se ocupan del campo”. Esta afirmación, ya había sido anotada por Michel Ragon en 1970, en su trabajo ‘Las ciudades del futuro’, donde ya hablaba “de la metamorfosis de la agricultura por la mecanización, [y] que pese al abandono de la tierra, se produce demasiado“…Consecuencia de ello es el doble efecto de la urbanización creciente de la población mundial y de la despoblación no menos creciente del medio rural. En el primer aspecto, baste señalar que las estimaciones de la UNESCO para 2035 fijan la población urbana en el 75% del total mundial, frente al actual 50% de esa población. Una población intensiva en un espacio reducido: ese 50% de la población se asienta en tan solo el 2% de suelo, y señala una doble senda: la concentración poblacional urbana y la despoblación rural. En una deriva clara, además, de la extinción poblacional del campesinado, no ya como clase social, sino como fracción de la población apartada de las ciudades…En el segundo apartado, la imparable despoblación rural, ha sido abordada recientemente por Sergio del Molino con su trabajo ‘La España vacía. Viaje por un país que nunca fue’ (Turner, 2016). Trabajo que formula una visión histórica del desequilibrio campo-ciudad y de los indeseables efectos que sobre la estructura territorial española produce dicha circunstancia. De tal suerte que puede afirmarse, a mi juicio, que el verdadero problema de la estructura territorial de España no es tanto la convivencia posible de los diferentes nacionalismos periféricos, cuanto la divisoria creciente entre el campo y la ciudad. Divisoria que excede cualquier contraposición de clases sociales, en un antagonismo desequilibrado y altamente pernicioso para el equilibrio territorial. Si el primero de los desequilibrios territoriales es de naturaleza eminentemente política, el segundo de los desequilibrios no es solo poblacional, sino social y económico. Baste ver la reducción de la población activa agraria y al tiempo, la necesidad de mantener un sector productivo vinculado a la tierra y al campo…Percibido el problema de la despoblación imparable del campo, solo se ha recurrido en los años de integración europea, a técnicas paliativas a través de los fondos FEDER y del llamado Desarrollo Rural. Buscando inversiones capaces de fijar población, en aras del nuevo paradigma del Territorio Sostenible. No ha existido en las técnicas planificadoras del espacio más Ordenación Rural, pese a todo, que la marginalidad de la Ordenación Urbana: el suelo rústico es visto como reverso negativo y residual del suelo urbano. Más aún las técnicas de planeamiento urbano apenas han diferenciado los problemas urbanos de los problemas rurales, en contraste con la pretensión del Decreto de 1964, y con la filosofía de la ley de Ordenación Rural de julio de 1968…Y ahora, en 2015 y en 2016, el debate de la pretendida pero inexistente Ordenación Rural, se quiere conectar con la supervivencia de las Diputaciones Provinciales. Que no dejan de arrastrar en su seno, el pecado con el que fueron concebidas en 1833. España vacía, España cerrada, Hombre de palo, 26 septiembre 2016.

Un hospital de urgencia contra el coronavirus. El País 24/01/2020
  1. COVID.

La repetida proeza china de levantar en Wuham un hospital de 25.000 metros cuadrados en el reducido plazo de 10 días, como medida preventiva para controlar y tratar la epidemia de coronavirus en China, es el último episodio del llamado eclipse de la arquitectura. Las referencias informativas disponibles, aluden a una gesta que ha necesitado la intervención del ejército de la República Popular. Y así, las fotos difundidas remiten al universo de la medicina militar y de los hospitales de campaña, con un cierto aroma de batalla invisible librada no contra el espacio sino contra el tiempo. En la medida en que el desafío impuesto para solventar, lo que luego han tratado de igualar a un virus gripal, es finalmente un desafío más temporal que espacial; más un reto médico que arquitectónico. Y esa es la elocuencia de las imágenes difundidas, la de trabajadores agrupados en equipos homogéneos y uniformados por colores clasificados, dirigidos por un comandante de zapadores o de ingenieros y mirando obsesivamente al cronómetro que marca el final del plazo otorgado. Rara vez se ha hablado –posiblemente en momentos de emergencia, sobre cualquier alusión a la arquitectura, o ésta referencia esté de más– de cuestiones de arquitectura, absorbida ésta por la prefabricación y la mecanización. Como si en la lucha médica por controlar al virus la Arquitectura estuviera presa del contagio de la velocidad. Que justamente está en las antípodas de sus intereses. Arquitectura ausente, Hombre de palo, 2 de marzo 2020.

Sky News 15 de diciembre de 2021.
  1. VOLCÁN DE LA PALMA

El pasado día 22 de octubre, el Cabildo de La Palma y los ayuntamientos afectados por la erupción del volcán han pedido a la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, leyes, procedimientos administrativos y normas urbanísticas extraordinarias que permitan abreviar cualquier trámite en la reconstrucción. La petición que cuenta con el apoyo expreso del Gobierno de Canarias mantiene que es inviable abordar ‘una situación excepcional’ como la destrucción que ha provocado la erupción de La Palma por los ‘cauces habituales’– sin especificar qué son los tales cauces habituales y cómo se ha desarrollado tales cauces–. Por lo que se necesitarán nuevos procedimientos más ágiles en varios campos: el administrativo, el urbanístico, la gestión del litoral o la protección ambiental… Una isla como La Palma regida por el Plan Insular, que ordena el lugar y el territorio, y que “es el resultado de un triángulo determinante de factores: protección del medio ambiente, peligro y necesidades de la población con respecto a viviendas e infraestructuras. El factor de peligro o riego es mencionado, sobre todo en lo referente a la inundabilidad de cada área –dada la compleja topografía–, a la probabilidad de desertificación y, en grado no menor, a la actividad sísmica y volcánica”, informa el arquitecto José María Ezquiaga, coautor del Plan Insular de Lanzarote. ¿Significa eso que se tendrán que vaciar lugares hasta el momento habitados? “Es una posibilidad, corrobora Ezquiaga. En La Palma, el urbanismo y la política territorial deberán ir por detrás de la ciencia y definir áreas de peligro. Va a haber áreas de peligro muy altas que tendrá que despoblar, y otras más leves en las que va a ser suficiente con preparar una estrategia de contingencia. La dificultad es que sabemos menos de la conducta de los volcanes que de otros factores de riesgo. En una área con tendencia a las inundaciones, es fácil vaticinar cómo se comportará el agua, por dónde va a descender y con qué intensidad. Hay algoritmos que nos permiten vaticinar los peligros. Con los volcanes es más difícil”. Urbanismo volcánico, HdP, 20 octubre 2021.

@Fernando Silva. Ilustración del artículo: Urbanismo y catástrofe. DANA: planta, sección, alzado del mismo autor. Enero 2025
  1. DANA EN VALENCIA

La afirmación de Plinio el Viejo. “Son las aguas las que hacen  la ciudad”, debería de actualizarse, vistos los efectos de la DANA del 29 de octubre sobre al área comarcal de Valencia, por esta otra más conflictiva: “Son las aguas las que deshacen las ciudades”. Mostrando con ello, la doble realidad de ese elemento –apenas material sólido y sólo fluido impetuoso– que, presentado en forma de DANA, ya ha merecido ser distinguida por la  Fundeu y por los lectores de El País como palabra del año…No sólo Palabra del año, también ese esquema tripartito sobre el territorio y sobre la ciudad, conocido como forma de representación y de conocimiento: Planta, Sección, Alzado. También la posibilidad exploratoria del Urbanismo y la  catástrofe, como consecuencia de fenómenos imprevistos y de realidades mal planificadas. Y todo ello, puede recorrerse desde la lectura de esas imágenes de la Huerta Sur valenciana anegada y destruida. Lectura en planta, en sección y en alzado. Lectura, en fin, para obtener un argumento final, si ello fuera posible…Anti-planificación turística y también anti-planificación territorial, urbanística e hidrológica, como observamos ahora, tras el 29 de  octubre, con barrancas desbordadas de forma exponencial y con inundaciones que escapan a la lógica hidráulica de crecidas laminares progresivas y actúan en tromba instantánea y en cascada disparada que algunos han denominado como Tsunami de agua dulce. Como si el proceso abierto entre 1956 y 1963 –Ley de Régimen del Suelo y Ordenación Urbana, primero, y, luego, Ley de Centros y Zonas de interés turístico después– hubiera liberalizado el suelo de todo el litoral español a efectos edificatorios. Liberación del suelo que se colmata con la Ley del Suelo de Aznar de 1998, como antesala del todo el proceso disparado hasta 2008 con el final del ciclo expansivo inmobiliario. Pero no sólo el suelo litoral, también los suelos interiores transformados sus usos agrarios en otros más productivos y rentables –…De igual forma que el análisis de las plantas globales del territorio afectado nos llevaría a nuevas interpretaciones conceptuales. Al permitirnos entender todo la marabunta indiscriminada de los suelos inundables, fruto de la incorporación lucrativa –como meta final de las transformaciones territoriales–  de suelos agrarios y ganaderos al proceso de urbanización, industrialización y terciarización del espacio… Y esas son algunas de las razones del desastre de 2024, no sólo los fenómenos ligados al Cambio Climático, también los ligados a los cambios de uso del suelo y a los cambios en la movilidad del territorio. El proceso de antropización –ocupación progresiva del suelo por el hombre en diversas variaciones e intensidades: infraestructuras, playas de aparcamiento, polígonos industriales y complejos residenciales– acaba generando la impermeabilización de los suelos previos: agrarios, forestales, rústicos, en suma, que pasan a contar con otras características de absorción y de permeabilidad. Impermeabilización de los suelos que comporta el cambio de uso que impiden, entre otras cosas, la absorción de las aguas y que unido a las escorrentías garantizadas por el declive topográfico del interior a la costa, concluye con impacto hidráulico en las cotas medias y bajas, y en los tramos de escorrentías no canalizadas ni adecuadamente dimensionadas. Urbanismo y catástrofe, HdP 9 enero 2025.

@ El Corrreo, Eduardo Parra.
  1. APAGÓN ELÉCTRICO

El pasado 28 de abril teníamos prevista la presentación en Toledo, en la Biblioteca del Alcázar, del trabajo colectivo Castilla-La Mancha fea. Un recorrido por su arquitectura en democracia. Teníamos previsto intervenir, el editor Alfonso González Calero; el autor de la entrada de Toledo, José Ramón  González de la Cal; y yo mismo, como coordinador de la obra y autor de la introducción y de la conclusión. Habíamos quedado, Alfonso y yo mismo, en vernos algo antes del acto por limar algunos asuntos, para encajar la presentación en la rueda de actos similares a celebrar en Ciudad Real y Albacete.

Como la idea sostenida por mi –acompañado por Carmen– era la de hacer     noche en Toledo, por evitar los viajes nocturnos, nos dirigimos nada más llegar a Toledo, al hotel Zentral –antes llamado Central-Mayoral–, ubicado junto a la estación de autobuses. Y ya pudimos apreciar un fuerte revuelo de coches policiales junto al Puente de Azarquiel, que yo atribuí a la llegada de alguna comitiva oficial en esos momentos, algo habitual en Toledo. Tras el primero fogonazo, al llegar al hotel, para cumplimentar el registro, nos advirtieron de “que no contaban con suministro eléctrico”. Pensando, en un principio, en un corte temporal y localizado en la zona. La primera extrañeza –tras subir andando a nuestra habitación y utilizar una apertura alternativa a la llave magnética– fue la de comprobar la dificultad de todas las comunicaciones telefónicas y de todos los mecanismo con control eléctrico: así las persianas motorizadas no podían ser elevadas y se mantenía la habitación en oscuridad absoluta. Obteniendo, en esos instantes, respuestas de bloqueo del WhatsApp e informaciones contradictorias en mensajerías SMS. A medida que avanzaba el mediodía, seguíamos sin reestablecer el suministro eléctrico y con las dificultades telefónicas comentadas. Finalmente, pudimos contactar con Alfonso, que se había personado en el hotel, conocedor de nuestra llegada a esa hora. En vista de la incertidumbre en curso, ya había contactado con los servicios de la Biblioteca, que habían decidido desalojar las dependencias y suspender las actividades previstas para la tarde. En una palabra, se desconvocaba el acto ante la incertidumbre de contar con suministro eléctrico garantizado.

Suministro que se fue reestableciendo con cuentagotas a lo largo de la noche, y con informaciones poco contrastadas sobre las circunstancias origen del Gran Apagón –así se acabaría llamando a la circunstancias técnicas que originaron el cero total en el Sistema Eléctrico–. Hoy, seis meses más tarde de aquel día de abril del Gran Apagón y más allá de las disputas sostenidas entre REDIA y las empresas del sector, sigue existiendo falta de claridad informativa.

Seis meses después –y si no hay circunstancias que así lo impidan– volveremos al empeño de presentar la obra, que ya fuera presentada en positivo, en el mes de mayo, en Ciudad Real y Albacete, los días 6 y 13 con una recepción crítica tan contenida como asustadiza, tan moderada como alarmada. Probablemente todo ello ocurriera por el carácter polémico de los textos desplegados en el trabajo y por las tesis desarrolladas en él: tan poco apaciguadoras como soliviantadas; tan poco risueñas como amargas. En una dimensión conceptual que yo llamaría ya, como ‘textos kamikaze’ no por voluntad suicida a la japonesa, como por confrontarse con los lugares comunes tan extendidos como tópicos. Como de hecho ocurriera con el que fuera el hermano mayor España fea, de Andrés Rubio. Aquellos ‘textos kamikaze’ nacidos –como dice Andrés Trapiello de su trabajo sobre Madrid– con un programa textual de “pocas probabilidades de éxito, como de un riesgo considerable”.

Han pasado seis meses y siguen ocurriendo acontecimientos que emparentan y ensanchan –profundizan, incluso– el contenido del libro con sucesos que desgranan una actualidad pesarosa y torcida, alucinada y feísta. Y por ello, y desde aquí, el empeño por inventariar tantas causas que se van acumulando en un denso tejido articulado y propositivo, que no deja de crecer. Desde las publicaciones habidas –que corroboran las tesis centrales de CLM fea– con los trabajos de David Rieff, Deseo y destino. Lo woke, el ocaso de la cultura y la victoria de lo kitsch; de Gilles Lipovetsky y Jean Serroy, La nueva era del kitsch; o de Pedro Torrijos, Catedral de escombros. Una anatomía del derrumbe; hasta la descomposición del último verano, poseído por incendios de tercera generación inexplicables e inapagables; la exaltación pesarosa de los récords turísticos millonarios frente al caso inmobiliario; o el empeño del MAGA edilicio promovido por el prestidigitador presidencial, Donald Trump, por crear una suerte de ‘Gaza resort’, sobre los escombros humeantes de la franja palestina, a la manera de una Riviera asiática. Seis largos meses, interminables por demás.

Rastro del fuego en Albarellos, Ourense. @Pedro Armestee/Greenpeace
  1. INCENDIOS DE AGOSTO

¿Soluciones? Nadie debería esperar ni ofrecer recetas definitivas. Pero sí hay caminos: desterrar de una vez los mantras del abandono y la limpieza, aceptar la renaturalización como estrategia, mantener una vigilancia continua y detallada, hectárea a hectárea. Y, sobre todo, invertir mucho más en medios: desde brigadas de intervención inmediata, hasta equipos de vigilancia, pasando por el mantenimiento de infraestructuras como cortafuegos bien diseñados. Todo ello debe estar dotado de los recursos humanos precisos, bien formados y dignamente pagados. Xabier Vázquez Pumariño, Incendios invisibles, el populismo y la gestión fallida frente al cambio climático. El País, 30 agosto.

Hotel de Azata del Sol en el paraje de El Algarrobico, en Carboneras (Almería). @Carlos Barba (EFE)
  1. ALGARROBICO Y PAISAJE

El 20 de agosto pasado, se publicaba en prensa la situación del recurso de la promotora de las obras del Hotel de El Algarrobico que había formulado ante el Gobierno Central. Todo ello, relativo a la licencia de obras otorgada por el ayuntamiento de Carboneras, en 2003, que había permitido la edificación en suelo rustico y en zonas de especial protección del mastodonte que había sido visto como todo un símbolo del llamado urbanismo salvaje de los años de la burbuja inmobiliaria de comienzos del siglos XXI. Recurso relativo al comienzo de la pretensión expropiatoria de la zona de suelo –de titularidad estatal–sobre los que parcialmente se levanta y que daría pie a la posibilidad de verificar su demolición tras la orden judicial de paralización delas obras de 2006. El resto de los suelos ocupados ilegalmente por la promotora, dependen de la pretensión final de la Junta de Andalucía, partidaria de la figura de revisión de la licencia otorgada, para iniciar desde ese punto el proceso de demolición y de las oportunas expropiaciones. El debate, más allá de las titularidades de suelos ocupado y del margen de ilegalidad de las licencias obtenidas, pasa por los posibles indemnizaciones y del coste de la demolición, que se antoja elevado y que la promotora Azata, se niega a asumir.

El carácter simbólico de la silueta escalonada del mega-hotel de Carboneras, le ha llevado a ser portada del trabajo de Andrés Rubio España fea; imagen que ahora con el debate de las expropiaciones vuelve a ondear la bandera del despropósito. Y esa es, en parte, la cuestión, la incapacidad funcional para restituir el orden precedente a 2003, merced al complejo entramado de estructuras administrativas, instancias judiciales, figuras urbanísticas y territoriales, competencias superpuestas y abandono de principios evidentes de defensa del interés público.

José Rivero Serrano, arquitecto

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