
La Asistencia Técnica de Arqueología del Excmo. Ayto. de Toledo inició a mediados del año 2024 el seguimiento arqueológico de oficio/gratuito de los trabajos de rehabilitación de un pequeño apartamento situado en la planta calle del nº 4 del callejón de San Pedro. Se le asignó el nº de expediente 537-24.
El espacio abierto al sur de este edificio, en el que se encontraba la vivienda objeto de la reforma, se puede considerar como los restos del corral del edificio. Para ampliarlo por su lado sur, en un momento indeterminado del siglo XVII, se compró la habitación de la planta baja del edificio anexo, el nº 8. Esta habitación “capturada” al otro edificio, que fue en origen el salón principal de una vivienda islámica, paso a funcionar como la cuadra del nº 4 del callejón de San Pedro. Esta compra fue el origen de la vivienda actual, denominada como Casa 3 y que estaba configurada con tres espacios: A, B y C.

De forma breve, ya que el propósito de esta publicación no es describir los trabajos realizados, se identificó la cuadra del nº 4 como los restos del salón principal de la Vivienda islámica [1] localizada en la reforma de 2006 del nº 8 del callejón de San Pedro. La intervención arqueológica había identificado un adarve y dos casas islámicas. En la vivienda 1, se detectó en el patio la entrada principal tapiada al salón y sendos arcos de herradura apuntado decorados. En la alcoba, un arco califal polilobulado, comunicaba el salón principal con la alcoba. En las imágenes aportadas de la reforma del nº 8, se podía ver la clave del arco cortada y el intradós, parcialmente tapiado con un tabicón de medio pie de ladrillo trabado con barro. No conservaba ningún tipo de policromía o despiece de dovelas. En ellas, también se apreciaba que la reforma del nº 8, incluyó algún tipo de reforma del forjado de la vivienda del nº 4 y que el arco tapiado daba a un espacio habitacional perteneciente al edificio anexo.
En 2024 la identificación del arco en la reforma del nº 4, se produjo al detectar el vano tapiado con ladrillo de hueco doble, dejado en 2006. Este hallazgo facilitó la interpretación de los espacios conservados en la vivienda del nº 4 y la transformación de este espacio, desde su origen medieval islámico, hasta el siglo XXI.

Características del Arco.
Aun sin concluir los trabajos de restauración del arco, la información recuperada permitió obtener una primera hipótesis de la configuración del arco polilobulado, con cinco lóbulos, formados por 11 dovelas talladas en yeso y un diámetro de 0,47 m. Cada uno de los lóbulos, reproducía un arco califal, similares a los que ya se han detectado en la ciudad. Se pudo documentar la presencia en la albanega de ningún rastro elementos decorado.
A pesar de lo maltratado que se encontraba se pudieron determinar la configuración y algunas de las medidas: anchura de 2,83 m, altura a la clave 3,47 m respecto al suelo actual y la luz de 1,87 m. Otros datos, como la altura de la albanega, de 1,97 m era una medida más teórica que real.

Comparación con algunos de los arcos califales de la ciudad de Toledo.
El trabajo necesario para completar el seguimiento arqueológico, terminaría en este punto. Detectado el elemento, analizado e informada la Viceconsejería mediante la correspondiente notificación de hallazgo, solo quedaba aconsejar a la propietaria de como acometer los trabajos restauración y consolidación, que se desarrollaría mediante el Consorcio de la Ciudad.
Pero la curiosidad científica por el conocimiento, junto con la posibilidad de tener la fotogrametría de algunos de los arcos islámicos de la ciudad -como los de la Casa del Temple o el número 12 de la calle Bulas- hizo que los comparásemos: ¿eran similares? ¿Diferentes?

Si se analizan estas medidas, respecto al sistema de medidas musulmán de los siglos X al XIII, incluidas las empleadas en los reinos cristianos, las dimensiones que tienen, cobran sentido. El alarife que las construyeron emplearon como sistema de medidas el Codo oficial de 0,55 m y el Codo común de 27 dedos o 0,47 m.


Según W. Hinz “el punto de partida de todas las evaluaciones de los distintos codos del mundo islámico es el codo del Nilómetro de la isla de al-Rawda (El Cairo) que data del año 247 de la hégira / 861 de C. y mide 54,04 cm. Incidiendo en estas medidas, Valle Bermejo [2], informa de tres codos de medir diferentes en Al-Ándalus, Codo mamúni de veintisiete dedos= 0,470, Codo ra˘s˘s¯a˘s¯ı de treinta dedos= 0,522 y el Codo oficial ra˘s˘s¯a˘s¯ı de 32 dedos= 0,557.
Las fuentes árabes nos proporcionan valiosísimos datos sobre las dimensiones de la Mezquita de Córdoba y de Medina Azahara, la residencia de los califas de Córdoba. Estas dimensiones son dadas en codos ra˘s˘s¯a˘s¯ıes y cada codo ra˘s˘s¯a˘s¯ı equivalía, según Ben Gálib (siglo XII), a 1 1/3 del codo normal o común de 27 dedos y 0,47 metros de longitud. Es decir, el codo normal o común equivalía a las tres cuartas partes del codo oficial o ra˘s˘s¯a˘s¯ı de 32 dedos.
Según Jiménez Hernández sobre el sistema de medida islámico parece existir una cierta confusión entre las diferentes unidades de medidas. En Al Ándalus están documentados dos tipos de codos que en realidad no son sistemas de medida distintos sino diferentes unidades del mismo sistema, el codo común o mammuní de 24 dedos y el codo rassasí de 30 dedos, o lo que es lo mismo, un codo normal de 6 palmos menores y otro mayor de 7,5 palmos, establecido en Córdoba por Umar b. Faray al Rassas a tenor de lo dicho por Ibn Luyun. Sus dimensiones quedaron definidas por Félix Hernández en 47,14 cm para el codo común y en 58,93 cm para el rassasí. El codo rassasí es, en realidad, una medida que establecía una equivalencia clara con el sistema romano equivaliendo a dos pies romanos con precisión de un decimal
En resumen, el codo mammuní fue un codo común, de 24 dedos o 6 palmos menores (0.47 m) y el rassasí correspondió a un codo mayor de 30 dedos o 7,5 palmos (0,557) (Este último codo, además, era “una medida que establecía una equivalencia clara con el sistema romano, equivaliendo a dos pies romanos con precisión de un decimal”.
Aunque corresponda ya a época cristiana, por sus nombres y su proximidad histórica, la herencia andalusí a través de los mozárabes se mantenía en el Toledo de 1209 (s. XIII). Por este motivo: La vara de Castilla, que se divide en tres pies, cuatro palmos, treinta y seis pulgadas o 48 dedos, deriva, sin lugar a dudas del codo de ribera, que se ha usado en España para la medida de madera, otros sólidos y sobre todo en la construcción de barcos. Tenía dos pies, ocho palmos menores o veinticuatro pulgadas. Es decir, el codo de ribera de 0,55727 metros representa los dos tercios de la vara burgalesa, que mide 0,835905 metros (un codo de mayor de 7,5 palmos o un codo oficial ra˘s˘s¯a˘s¯ı de 32 dedos= 0,557) (…) un codo y medio de ribera equivale a una vara burgalesa o real de Castilla. [2]
Si comparamos el arco del nº 4 del callejón de San Pedro, con los arcos de herradura de la casa del Temple, en especial del situado en el vano entre la alcoba y el salón en el lado occidental del patio, se observa una apreciable diferencia. La casa del Temple emplea el codo de 7 palmos o codo oficial de 0,55 m. 2,76 m diámetro = 5,00 codos oficiales, mientras que el nº 4 del callejón de San Pedro, emplea el codo mammuní o codo normal o común de 27 dedos y 0,47 metros de longitud, 2,8305= 6,00 codos comunes.
Sin embargo, si comparamos estas dimensiones respecto a los arcos califales del nº 21 de la calle Bulas, se observa que en al menos unos de los casos, el alarife musulmán, empleó en ambos casos la misma medida: el codo mammuní (47,14 cm)[1], que algunos autores indican que será característico de las fábricas del periodo almohade[2] (S. XII-XIII). 2,83 m= 6 codos mammuní. Tienen unas medidas idénticas
Esto indica que la construcción del arco y por ende de la casa, utilizó la métrica islámica, que se empleaba en Al-Ándalus desde el siglo VIII y que aún mantenía en los siglos XII y XIII, aun siendo ya un reino cristiano. Estos datos y el estilo que presenta, sitúan la construcción del arco y de la vivienda islámica, en un lapso cronológico que abarca los siglos X al XII/XIII.
Antonio José Gómez Laguna, arqueólogo.
[1] Caballero, R y Escribano, E (2007): La configuración islámico-mudéjar del adarve de Atocha. Un pequeño adarve vecinal, en la Ciudad medieval de Toledo: Historia, Arqueología y Rehabilitación de la casa, Actas del II Congreso de historia y urbanismo Medieval organizado por la UCLM. Passini, J y Ricardo, I. Edt. Pp. 165-182.
[2] Vallé Bermejo. J. (2018) Al-Ándalus: avances tecnológicos en medidas y comunicaciones, en ACADEMS, pp. 119-127.
[3] Jiménez Hernández, A. 2015. “La metrología histórica como herramienta para la Arqueología de la Arquitectura. La experiencia en los Reales Alcázares de Sevilla”, Arqueología de la Arquitectura 12, pp. 1-29,
[4] Jiménez Hernández, A. 2015. “La metrología histórica como herramienta para la Arqueología de la Arquitectura. La experiencia en los Reales Alcázares de Sevilla”, Arqueología de la Arquitectura 12, pp. 1-29. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2015.001
[5] Soria Combadiera, L, et alii (2019): El castillo de Peñas de San Pedro (Albacete) en la Edad Media, en Arqueología y Territorio Medieval. ttps://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/ATM/article/view/4660/4721#citations
