El pintor de Santa Úrsula [Diego Peris Sánchez]

Vicente Cutanda y Toraya era hijo del botánico Vicente Cutanda. Nació en Madrid en 1850 y cambió su residencia a diferentes localizaciones a lo largo de su vida: Madrid, Toledo, Italia y País vasco. Influido por la escuela de Eduardo Rosales, abordó diferentes temas históricos realizando dibujos a lápiz, grabados, acuarela y, sobre todo, pinturas al óleo.

CUTANDA EN TOLEDO.

En 1884 gana, por oposición, el concurso de profesor de dibujo en la Sociedad Cooperativa de Obreros de Toledo y la amistad de muchos artistas afincados en la ciudad. Vivió y pintó la ciudad de Toledo donde acabó residiendo al comprar una casa en la calle de Santa Úrsula 11, que poseía un hermoso jardín y un patio mozárabe (hoy sede del Colegio de Arquitectos), según cuenta su nieta María Luisa Cutanda.

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Escultores toledanos I. Gabriel Cruz Marcos [Antonio Sánchez-Horneros]

@ Renata Takkenberg-Krohn

Damasquinando y amasando barro.

Este antiguo oficio toledano, versado por Félix del Valle Díaz en el catálogo de la exposición de la mezquita de Tornerías en 1991, “EL DAMASQUINADO DE TOLEDO” — magníficamente presentado por la fotografía de Antonio Pareja y Carlos Villasante— fue el primer contacto que el escultor tuvo con el arte .En aquellos tiempos los damasquinadores  solían formarse en el dibujo y cincelado en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Toledo. Desde 1957 a la temprana edad de 13 años comenzó su aprendizaje del damasquino. Con este motivo dio sus primeros pasos en el dibujo y la composición  en la Escuela de Artes de la mano de Luis Carrillo, Emiliano Castaños, Manuel Romero Carrión, Máximo Revenga, que trabajaba vaciado para Victorio Macho, y Cecilio Béjar que le descubrió a Alberto Sánchez. El año de 1970 termina la especialidad de vaciado e inducido por Revenga, dos años más tarde, termina la especialidad de Forja de la mano de Antonio Albo sobrino del maestro de la forja toledana y académico Julio Pascual. El año 1972 comenzó su andadura como profesor de forja en la Escuela de Artes toledana. Recuerda la influencia de los profesores José Esteve, Santiago Casado y Villamor con especial intensidad. Continuar leyendo

Vitruvio: enseñanza y ética del arquitecto [Diego Peris Sánchez]

Un artículo de Luis Cervera sobre Vitrubio me hace releer nuevamente algunas partes de los 10 libros de Arquitectura de Vitruvio y las consideraciones de enseñanza y comportamiento ético de los arquitectos. Una reflexión difícil en estos tiempos, pero siempre necesaria. Es el autor del tratado más antiguo sobre arquitectura que se conserva y el único de la Antigüedad clásica, De Architectura, en 10 libros (probablemente escrito entre los años 27 a. C. y 23 a. C.). Vitrubio expresa en el libro VII su admiración por los tratados antiguos que ”útil y sabiamente se dedicaron a dexar a la posteridad sus hallazgos” Continuar leyendo

Miguel Fisac. Los muebles del arquitecto [Diego Peris Sánchez]

Salón de sesiones. Diputación Provincial de Ciudad Real. Silla MNAD.

Numerosos arquitectos han realizado diseños de mobiliario a lo largo de su trayectoria profesional. Muebles que han quedado como referentes de diferentes momentos como ejemplos de buen hacer y de presencias significativas que cualifican los espacios donde se sitúan. Continuar leyendo

Oriol Bohigas i Guardiola [Diego Peris Sánchez]

Ha fallecido el arquitecto Oriol Bohigas que, en su fuerte personalidad, reunía tres condiciones esenciales: autor de numerosos proyectos de especial calidad realizados desde el estudio Martorell, Bohigas, McKay, autor de investigaciones y publicaciones tanto históricas como de reflexión sobre la teoría y la práctica de la arquitectura y comprometido con la gestión pública en su responsabilidad como Delegado de Urbanismo en el primer ayuntamiento democrático de Barcelona y concejal de Cultura desde 1991 a 1994 también en el Ayuntamiento de Barcelona. Continuar leyendo

¿Qué fue de Alberto Sánchez? [Jesús Fuentes Lázaro]

Alberto Sánchez, autorretrato, 1950-1952. Colección privada.

Alberto Sánchez surge y se hunde, resurge y se vuelve a hundir, desaparece y se olvida hasta que alguien lo convoca nuevamente al exterior. En esos casos, se “corporeiza” por un tiempo breve y retorna pronto a su condición de espectro del pasado.  Al olvido. Continuar leyendo

Hearst, el gran acaparador en Madre de Dios [Diego Peris Sánchez]

La historia del gran acaparador, como llama Merino de Cáceres a W. Hearst es una historia de película, que Orson Welles llevó, en parte, al cine en Ciudadano Kane. Un hombre obsesionado con la adquisición de muebles e inmuebles históricos a cualquier precio para llenar sus mansiones o museos. Durante años adquirió todo tipo de piezas capaces de llenar más de diez museos. Adquisiciones realizadas de forma oculta en ocasiones con engaños y modos nada legales. Pero el resultado es que adquirió todo tipo de bienes que encontraba y de forma muy especial en España. La lista es interminable con ejemplos notables en la comunidad de Castilla-La Mancha. Continuar leyendo

El palacio del Nuncio Nuevo, arquitectura de la razón [José Mª Martínez Arias]

MENTIS. INTEGRAE. SANITATI. PROCURANDAE.

AEDES. CONSILIO . SAPIENTI. CONSTITUTAE. ANN. DOM. MDCCXCIII

“casa construida por sabio consejo para restablecer la salud de la mente.

Año del señor de  1793.”

Tras leer el mensaje escrito en el dintel que da acceso a este edificio, no es casual que en una de las etapas más luminosas de la arquitectura española, -la del neoclasicismo-, se decidiera erigir precisamente el nuevo hospital de dementes por iniciativa del también ilustrado Cardenal Lorenzana en la ciudad de Toledo. Continuar leyendo

La Sala Capitular de la catedral de Toledo en dos capítulos (y 2) [Jesús Fuentes Lázaro]

CAPÍTULO 2

Juan de Borgoña, tan pronto se consiguió el silencio en el murmullo rebelde de los canónigos, desplegó sus láminas con dibujos en los que se contenían las historias que se contarían en la Sala Capitular. La Redención de la humanidad en la que la protagonista iba ser la Virgen de San Ildefonso. Los focos de cada escena se centrarían en la madre de Dios. Ninguna catedral del orbe católico podría competir con aquella el milagro, como había afirmado Cisneros. Las pinturas ocuparían todas las paredes de la sala. Representarían doce “ystorias” de la vida de la Virgen a las que se añadiría un Juicio Final en una pared entera de la sala capitular. Continuar leyendo

La Sala Capitular de la catedral de Toledo en dos capítulos (1) [Jesús Fuentes Lázaro]

CAPÍTULO 1

Como Gabriel, el protagonista de la novela de Blasco Ibáñez, “La Catedral,” como “Ángel Guerra”, de Benito Pérez Galdós, como los personajes, en ocasiones esperpénticos, de las novelas de Félix Urabayen, o las personas torturadas de Luis Béjar, Jerónimo Maldonado había soñado con un viaje exhaustivo a las capillas y compartimentos de la Catedral de Toledo. Pero ha tocado soportar una epidemia como las peores de la Edad Media, que ha impuesto confinamientos, restricciones y distancia social. Continuar leyendo

Un jardín de pájaros esmaltados [Jesús Fuentes Lázaro]

@Antonia Mota

José Aguado Villalba pasaba por las calles de Toledo experimentando sensaciones y descubriendo secretos que él solo comprendía. Desenterraba de “rodaderos” trozos de barro de los primeros habitantes, restos romanos, lacerías anónimas, tejas de colores opacadas por el paso de siglos, indicios de cerámicas de reflejos metálicos. Discutía con firmeza cuál era la tonalidad adecuada de las llamadas lozas doradas. Y hasta descubría, aunque no existieran, jardines artificiales, como los de Babilonia o Nínive, con pájaros, reales o articulados, tan naturales los últimos como los primeros. Toledo, sus calles, sus paisajes, sus edificios y su historia representaban para José Aguado el mundo que él conocía a fondo y el que quería reinventar. De eso iba a ir la totalidad de su obra: de moldear el barro a la manera de un dios humano y plasmar en ese material paraísos artificiales, pero cercanos. Continuar leyendo

El hombre que veía colores [Jesús Fuentes Lázaro]

Luis Pablo Gómez Vidales es el hombre que pasa por la calle y saluda a los presentes. Es el hombre campechano, como si fuera de Ocaña, que estudia la vida, el arte, la antropología, la tradición hebrea o habla contigo de sus inquietudes o su visión ecuménica del mundo. El hombre que mira los objetos, las plantas, los edificios, los humanos o los demás seres vivos o inertes y los ve de color, en colores. Cada uno se muestra con su propio color, dice con la espontaneidad del quién habla de lo extraordinario y lo normal como si formara parte habitual de su existencia. ¿Eres sinestésico?, le pregunto. Y contesta que cree que no, que ha tenido la misma mirada desde que era pequeño. Sostiene, entre dudas, que el mundo es de colores, aunque la existencia y la vida cotidiana se le antojen opacas y oscuras. Continuar leyendo