Escultores toledanos I. Gabriel Cruz Marcos [Antonio Sánchez-Horneros]

@ Renata Takkenberg-Krohn

Damasquinando y amasando barro.

Este antiguo oficio toledano, versado por Félix del Valle Díaz en el catálogo de la exposición de la mezquita de Tornerías en 1991, “EL DAMASQUINADO DE TOLEDO” — magníficamente presentado por la fotografía de Antonio Pareja y Carlos Villasante— fue el primer contacto que el escultor tuvo con el arte .En aquellos tiempos los damasquinadores  solían formarse en el dibujo y cincelado en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Toledo. Desde 1957 a la temprana edad de 13 años comenzó su aprendizaje del damasquino. Con este motivo dio sus primeros pasos en el dibujo y la composición  en la Escuela de Artes de la mano de Luis Carrillo, Emiliano Castaños, Manuel Romero Carrión, Máximo Revenga, que trabajaba vaciado para Victorio Macho, y Cecilio Béjar que le descubrió a Alberto Sánchez. El año de 1970 termina la especialidad de vaciado e inducido por Revenga, dos años más tarde, termina la especialidad de Forja de la mano de Antonio Albo sobrino del maestro de la forja toledana y académico Julio Pascual. El año 1972 comenzó su andadura como profesor de forja en la Escuela de Artes toledana. Recuerda la influencia de los profesores José Esteve, Santiago Casado y Villamor con especial intensidad.

Durante estos años 1969-1972 realiza trabajos de colaboración con Félix Villamor y presenta a la primera Bienal del Tajo sus primeros trabajos en terracota no siendo admitido por, según comenta Gabriel, era lo de siempre, posiblemente influenciado por la obra de Victorio Macho. Aquí comenzó un camino de reflexión para salir al encuentro de sus propias capacidades creativas y en el que, entre otros, le sirvió de guía aquel  Alberto Sánchez que Cecilio Béjar le descubriera.

Mujer del azafrán. 1974

De amasar barro a amasar hierro.

En 1973 se incorpora al grupo Tolmo creado en 1971. El año de 1974 gana el premio Toledo de la Bienal del Tajo. Realiza su primera exposición individual al año siguiente en Tolmo. El año de 1976 gana el concurso para profesor numerario en la especialidad de Metalistería y Forja y se traslada a la Escuela de Artes de Sevilla que dejaría cuatro años más tarde por La Escuela de Toledo. Sus viajes en estos años, fuente inagotable de sugerencias durante toda su trayectoria, a Sevilla, Andalucía y al Sur de Europa se manifiestan en la aparición de una temática de torsos y de personajes ejecutados en bronce, chapa repujada y terracotas. Se produce en estos años su particular animalario: toros, caballos, cerdas, bisontes, halcones, garzas también en bronce y chapa repujada muchos de ellos con el apodo de ibérico que nos traslada a un origen doble, su imaginario infantil en conexión con la inspiración ibérica manifestada en abrigos y esculturas que el conoció.

La visión de sus esculturas en terracota, en relación con su nueva etapa de predominio metálico, nos indica que la forma del objeto escultórico en metal sigue las líneas maestras de estilo y diseño que ya iniciara en las terracotas, así, la mano que amasa el barro parece que, por el mismo sistema, hubiera trabajado el metal.

De la fauna a la flora. 

Los años ochenta son años fructíferos para Gabriel. Viajes por Japón a finales de los setenta, Latinoamérica y Nueva York, exposiciones importantes, presencia en Arco, reconocimientos y premios a su obra que desde los últimos setenta. Conviviendo con su animalario, despliega unas temáticas de paisajes “arrancados” y elementos vegetales en los que se alternan el metal y la terracota con predominio del metal en los elementos vegetales.

Al tiempo despliega una hercúlea obra urbana en hierro de temáticas paisajistas y vegetales que difunden su obra por ciudades, caminos y edificios. Son estos elementos de paisaje pero especialmente los vegetales los que llevaran la impronta indeleble de su admirado Alberto Sánchez cuya luz iluminara el camino que hubo de recorrer desde el clasicismo de Victorio Macho hasta su encuentro con Cruz Marcos.

De Alberto a Cruz Marcos

Desde el momento en el que Cecilio Béjar le descubriera a Alberto Sánchez, Cruz Marcos no dejaría de explorar el espíritu que compartía: los campos toledanos, la materia gredosa que atesoraban y todos aquellos elementos consustantivos, su fauna y su flora y como no, sus personajes. El año de 1974 le dedica una terracota “diálogo con Alberto Sánchez” quizá emulando el gallo que Alberto realizara. Los fantásticos e ingrávidos vegetales, “sin raíz”, como dijera Fernando de Giles, encuentran semejanza —tradición que no plagio— a ”tres formas femeninas para arroyos de juncos” o a “signo de mujer rural en un camino lloviendo”. Cooperaría con Félix Villamor en la reproducción del modelo existente en Barcelona de “el pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella”, instalada hoy en la plaza de Barrionuevo. Prepararía para Tolmo la exposición titulada Diálogos con Alberto Sánchez en 1995 en la que expuso 30 piezas e incorporó un retrato de Alberto realizado por él y a la que asistirían Clara Sancha y Alcaén, mujer e hijo de Alberto. La inspiración que la fantástica “Mujer castellana” le indujo, se transfirió a la no menos fantástica “Dama de la judería”. Esta senda artística fue completada con otras muchas. El estudio de la obra de Umberto Boccioni resulta significativo, la visión fragmentada del espacio aporta el dinamismo, tanto en su pintura como en su escultura, que Cruz Marcos comparte con él. El movimiento se convierte así en una de las cualidades principales de la obra de Cruz Marcos, tanto en sus dibujos como en su escultura.

Umberto Boccioni

Los paisajes son un marco expresivo de gran riqueza formal, producto de una reflexión sobre el objeto escultórico en la que la referencia a lo visible del paisaje actúa como elemento simbólico mientras que el manto terrestre del que se apodera convierte el símbolo en objeto artístico. Me permito la licencia de ponerle el nombre de “paisajes arrancados”, apelando a la benevolencia del lector.

En 1997 es nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de Arte y Ciencias Históricas de Toledo.

La curiosidad es una cualidad de todo artista Gabriel no podía ser ajeno a ella ensayó y realizó esculturas en materiales como el ferrocemento, diferentes aleaciones metálicas, papiroflexia, pasta de papel e infografías que expondría en El Círculo de Arte, grupo al que pertenece desde 1995, y gracias a estas técnicas, hoy, puede seguir desarrollando su impulso vital, la creación artística, pese a la limitación que la salud inflige a sus manos. La exposición “El Greco como pretexto“ que realizara en 2014 es un exponente de su inmersión digital utilizando en esta ocasión pigmentos sobre tela.

Epílogo

Sin lugar a duda estamos ante un escultor de talla cuyo honesto proceso evolutivo y su esforzado trabajo le cualifica como representante característico de la escultura del siglo XX español. Además ha tenido el reconocimiento de importantes críticos de arte. Fernando de Giles para describir su escultura utiliza una bella metáfora “Las virutas de bronce o las partículas de barro que siembran el suelo de su estudio…es la cantidad de materia exacta que sobraba a la vida”. Caballero Bonald sobre las formas obtenidas en sus paisajes” no son reiteraciones plásticas de la naturaleza… sino la síntesis expresiva de ella”. Ha realizado innumerables exposiciones. Su obra se halla repartida en museos y colecciones de todo el mundo. En su tierra ha sido profeta a pesar de momentos de incomprensión. Sus alumnos y discípulos, como Ángel Maroto y Ángel Picaporte, continúan su magisterio. Sus hijos están vinculados al mundo del arte. Gabriel es profesor de imagen digital en la universidad de Helsinki y Alberto Germán especialista en sonido se dedica a la escultura. Los toledanos estamos obligados a preservar  y difundir el legado de quien ha sabido entender nuestras raíces y se ha identificado con las gentes y artistas de nuestra tierra.

 

Antonio Sánchez-Horneros, arquitecto.


REFERENCIAS

Amansar el Hierro. Vida y obra del escultor Gabriel Cruz Marcos. Autor: Santiago Sastre. Editorial LEDORIA 2021.

Catálogo. Editorial CRUMAR 1991.

Imágenes: Selección y recortes sobre las del catálogo de Editorial CRUMAR. Carlos Villasante, José María Moreno, Ricardo López. Selección y recortes sobre el catálogo de la exposición del Museo Nacional Centro  de Arte  Reina Sofía .Alberto 1895-1962. Años 2001 y 2002.

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