Querido M. Salazar por un instante Palomeque entró pánico al pensar que eras la reencarnación del de en medio de Los Chunguitos, otro primo más de la saga extremeña, dando el cante como detective toledano. Nos somos más de Los Chichos, poesía popular profunda que pareciera nacida de la jerigonza de los corredores y alcobas innobles de la Posada de la Sangre.
Te anuncias como detective especialista en hurtos menores, estafas pequeñas, infidelidades…, casquería de agente salido de la T.I.A., una mezcla entre Superintendente Vicente y Villarejo de capa y espada, ¡anda bolo! En la carpetovetónica Tulaitula, de curas, cadetes y cuestas, solo tendría futuro un Torrente escatológico, soez, cutre, más guarro que la Chelito; con oficina de influencer comisionista en el altillo de la trastienda del Bar Plaza, campeón en el gastroranking del Tripadvisor. ¡Ves menos que Pepe Leches!
Como sombra, asomamos en hdp para agradecerte el interés en nuestra busca y captura. Tu seso lo merece, por fin alguien leído y cicatrizado en el arte de las fullerías, más que los zarpazos de uñas de gel en la espalda de C. Tangana. Llegamos cual Nosferatu espectral de Murnau por la milla de oro, que ahora es el Paseo de la Rosa, y nos esfumamos por los adarves y revueltas chanchulleras en la Calle de la Plata -qué papo tienen algunos-. No nos hagas trabajar mucho, que a galbana no le gana a esta ciudad el cura de Palomeque, no hay apelativo más TTV, ahí sí que las vio venir nuestra madre. Cuánto marcan el linaje de los nombres en el ser de las personas; Putín, hijo de Vera Putina, cabalito pito. Lo que hubiera ganado la humanidad si Vladimir hubiera seguido la onomástica de su padre, Platón Privalov. Carnero, estás aviao.
La carnal Peluso, bien se merece unas pocholas y calentitos compartidos en el Skala, aunque Palomeque siga siendo ateo y no crea en milagros, bajados del cielo. Si llegamos vivos aquí no nos va a matar una vieja herida, ni este jodío mochuelo de Mauricio. Por mucho afán que ponga la caquistocracia inquisitorial en nuestro escarnio público, nada podrá hacer a quien somos fiel escudero de la Orden de Toledo. Nos protegen su condestable y caballeros. Cuando en el reloj de la catedral haya caído la una, en fantasmagórica deriva vagarán por su estrecho laberinto cortando cabezas. Antes de que la infamia triunfe pachasco veremos pasar una noche toledana, uno por uno a todo el Santo Oficio, y en la Tarasquilla a la inmaculada Torquemada.
¡Por uebos!
Nota de la redacción. Este artículo es el tercero de un hilo que comenzó con DJ PALOMEQUE” PERREA¡ PERREA¡, artículo que fue contestado en PREPÁRATE PALOMEQUE, SABEMOS QUIÉN ERES