La colada
Hoy he puesto una lavadora. Bueno, dos.
He cogido la hoja de instrucciones manuscrita de “la jefa” y he seguido paso a paso todas sus indicaciones.
Primero clasificar; color, blanco, rojo y azul. Luego identificar uno por uno los ingredientes; la pastilla anti-cal, el suavizante y el detergente (puro diseño a tres colores).
¡Qué placer! ¿Lavar? No. El placer ha sido cuando ha llegado mi mujer y la he podido regañar (con razón) por dejarse los kleenex en el bolsillo y algunas monedas.
Ahora entiendo lo que se siente cuando la celulosa del papel te arruina la colada.
Perdóname, cariño, por todas las veces que no he estado pendiente de estos detalles…… pero el buen rato que he pasado regañándote, ya no me lo quita nadie.
Objetivo del día: Vaciar los bolsillos de la ropa sucia antes de echarla al cesto.
Y mañana será otro día.
Quique J. Silva