Estamos próximos a una nueva venida de los Reyes Magos a todas las ciudades y pueblos de nuestro país. Sin embargo, en este año parece que sus Majestades de Oriente no sólo traen sus presentes, sino también cierta polémica al ser representados por mujeres en algunas de las cabalgatas que recorrerán nuestras calles. Los “amantes” de la tradición se rasgan las vestiduras ante semejante “sacrilegio”, que recuerda a recientes actitudes que hemos vivido en otros festejos populares, como por ejemplo el Alarde de Irún. Éstas, argumentando la “tradición”, son insostenibles en la actualidad con la incorporación de las mujeres a todos los ámbitos de la vida cotidiana. Por otro lado, se trata de una tradición inexistente, tanto desde el punto de vista textual como el iconográfico, ya que las referencias a los Reyes Magos en las escrituras no existen, sólo el Evangelio de San Mateo recoge que unos Magos llegaron de Oriente buscando al niño que acababa de nacer en Belén, donde lo adoraron y le ofrecieron como regalos: oro incienso y mirra (Mateo, 2, 1-2 y 2, 11). Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar no los conoceremos hasta el siglo V d.C. a través de diferentes textos.
Las primeras imágenes las encontramos en las catacumbas romanas, como la de Domitila o Priscila, y se fechan en el siglo III d.C., aunque varía su número –dos, tres, cuatro, etc.- y son representados como magos. Es muy conocida la representación de los Reyes Magos en lo mosaicos de San Apolinar Nuevo en Rávena en el siglo VI, donde se les representa también como magos con tipos persas y se les cita por vez primera por su nombre actual (Imagen de portada). En plena Edad Media los magos se convierten en Reyes, aunque todavía no aparece Baltasar como africano, ya que esa costumbre se inició a fines de la Edad Media y no se popularizó hasta el Renacimiento, siendo una incorporación muy lenta, que duró más de dos siglos. Se incidía así en la representación de hombres de los tres continentes –Asia, Europa y África-, ya que el continente americano aún no se conocía. En este sentido, el descubrimiento de América supuso el intento de incorporar un cuarto rey, como un indígena americano, así aparece como un cacique indio en el retablo de la catedral de Viseu realizado por Vasco Fernandes. Como hemos visto, invocar a una supuesta tradición para oponerse a la presencia de mujeres en las cabalgatas que recorren nuestras ciudades y pueblos es simplemente un absurdo. Además, estos festejos que, por supuesto, beben en la tradición católica la reinterpretan a su manera, ya que lo religioso ha sido sustituido por lo festivo. ¿Nos escandalizamos por la presencia de los pitufos en las cabalgatas? En este año tan galáctico, es claro que los personajes creados por George Lucas van a acompañar a nuestros Magos sin ningún escándalo entre los más pequeños, verdaderos protagonistas de la fiesta, aunque nos choque ver a Lord Vader entre nuestros Reyes y Reinas Magas. Volvamos la vista atrás, a una época no tan lejana y más tolerante, donde las Reinas Magas no suponían ninguna polémica ¿Quién no recuerda el libro de Gloria Fuertes las Tres Reinas Magas? Un texto con un claro mensaje de paz universal.
Volviendo a las representaciones de los Reyes Magos, una de las más antiguas de Occidente y la primera de la Península Ibérica es el broche de Turuñuelo (Medellín, Badajoz), donde formaba parte del adorno personal de una mujer perteneciente a las elites lusitanas en la Tardía Antigüedad. La pieza del siglo V d.C., procedente de Oriente, está realizada en oro. Los tres Magos avanzan hacia la derecha portando las ofrendas. Visten a la moda oriental con gorro frigio. Frente a ellos, se encuentra María, sentada en una silla de alto respaldo. Su cabeza nimbada mira hacia el espectador y sobre sus rodillas sostiene sentado al Niño, sobre cuya cabeza se muestra la estrella que guió a los Magos. En las zonas superior e inferior de la fíbula hay una inscripción en griego que, traducida, dice: “Santa María, ayuda a quien lo lleva. Amén”. Como vemos, la representación de los Magos se ha realizado según la moda de la época, como tres varones vestidos a la moda oriental del momento.
Vivamos pues la fiesta de los Reyes Magos con ilusión y que su presencia nos llene de regalos, pero sobre todo de Paz en el Mundo.
Jorge Morín de Pablos, Doctor Arqueólogo
Portada San Apolinar Nuevo, Rávena. 1.- Catacumba de Priscila, Roma. 2.- Adoración de los Reyes Magos, c. 1495-1505. Andrea Mantegna (Los Angeles, J. Paul Getty Museum). 3 y 4.- Adoración de los Reyes Magos, c. 1501-1506. Vasco Fernandes (Museo de Grão Vasco, Viseu) y Las Tres Reinas Magas. Gloria Fuertes. 5.- Broche de Turuñuelo (Medellín, Badajoz). Museo Arqueológico Nacional –fot. Ángel Martínez Levas-.