Diario alegre de un encierro triste. Día 3 [Quique J. Silva]

@Antonio Esteban Hernando. Diario alegre de un encierro triste. Día 3

Bla, bla, bla

Por todos lados me bombardean diciendo que para esto del encierro lo mejor es establecer “rutinas”.

¡Pues vaya leche!

Todo el día diciéndonos que lo que tenemos que hacer para mejorar nuestra vida es “salir de la rutina” y ahora que nos surge una experiencia realmente nueva nos dicen que es mejor “la rutina”. No hay quien lo entienda.

Mi mujer se ha ido a trabajar. Yo ya estoy exento por razones económicas y generacionales; es decir, me echan a mí para contratar a otra persona más joven a un menor coste y lo llaman “reconversión del sector”.

En fin, lo importante es que ella se ha ido y ahora soy el dueño y señor de la casa. Para cuando vuelva debo tener la casa y la comida lista; así podremos volver a tener la tarde libre (en casa) y pasarla  juntos; eso sí, cada uno mirando su móvil.

Pero debemos hacer cosas especiales, me digo. ¿Por qué no hablamos?

@Jesús Gómez-Escalonilla Sánchez-Infante. Diario alegre de un encierro triste. Día 3

Sí, has leído bien, hablar es una cosa especial.

  • Cariño, ¿qué tal la mañana?
  • Como siempre.
  • ¿Cómo siempre, en pleno encierro?
  • Sí, como siempre.
  • ¿Mucha gente por la calle?
  • Poca.
  • Claro, como estamos encerrados. ¿Muchas llamadas?
  • Me das el mando.
  • Lo tengo yo.
  • ¡No te lo he preguntado!

Ya os dije que hablar era una cosa especial. Ya lo puedo puntear entre mis tareas del día. Ya hemos hablado y a pesar del encierro, no hemos discutido.

Objetivo del día: Esconder el mando de la tele al menos durante unas horas.

Y mañana será otro día.

Quique J. Silva

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