Las dos clases de tontos
Ya lo decía mi amigo F. Roma: “Hay dos clases de tontos: los que dejan libros y los que los devuelven”.
Sabias palabras las suyas. Yo soy de los primeros; y no solo libros, también herramientas y otros objetos cotidianos.
Me viene a la memoria esta reflexión, justo ahora, porque todos los que no somos “población indispensable” seguimos aprovechando la coyuntura vírica para limpiar y ordenar en casa.
Además de polvo y un montón de cosas que ya no sirven para nada, yo, que soy de los formales, me he topado con algún libro ajeno, la carretilla de mi vecino, ropa de carnaval prestada y hasta un disco de Bob Dylan que me dejó Ramón. (Lo sé porque está dedicado por Pilar, que entonces ya era su novia).
Sirva esta introducción para apelar a vuestra cordura.
¡Limpiad, limpiad, malditos! Y si veis algo que no es vuestro, devolvedlo.
Cuando termine el confinamiento vírico, comprad un papel bonito y debidamente empaquetado llevadlo como regalo. Para el receptor será como nuevo, seguro que ya lo había dado por perdido.
Aprovecho para sugerir a todos mis familiares y amigos, que estoy buscando algunos libros de arte que echo de menos. Son fáciles de reconocer; en el interior, parte inferior de la página de cortesía, siempre pone: ”mío Peñalosa” (eran de mi padre).
Objetivo del día: Seguir siendo tonto. Seguir teniendo amigos (aunque no me devuelvan los libros)
Y mañana será otro día.
Quique J. Silva
Quique, el disco está en buenas manos y nunca mejor prestado. Espero que podamos escucharlo otra vez, recordando aquellas juveniles tardes.Un abrazo.