Se ha hablado mucho de los remontes mecánicos de Recaredo. De su atrevimiento, de su aceptación, de su conveniencia y acierto. Y ya han pasado 20 años.
Hay otra lectura, la de la experiencia sensorial del usuario. Cruzar la muralla bajo su peso, su gravedad. Penetrar en la roca y ascender rozando su masa, superarla y recibir de nuevo a la luz.
Y contarlo con medios extraídos de la tierra, carbón, grafito, y tinta china. Y con palabras ya antes escritas por Oteiza, Chillida y Miró negro.
Antonio Esteban Hernando, arquitecto
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