Luis Pablo, el artista de los dos nombres [Quique J. Silva]

Sucedió en Toledo. 12 D20 Archivo VASIL


Luis Pablo, años 70.

Joven, artista y pulcro. Una rara combinación para una persona que asentaba sus bases artísticas para conformar una vida entre la creación y la gestión.

Luis Pablo Gómez Vidales llega a Toledo en 1958, con 10 años, procedente de la localidad de Ocaña. En la “capital” desarrolla inicialmente toda su vida académica y posteriormente la profesional, plagada de proyectos e iniciativas culturales de las que forma parte o, incluso, lidera. Ahora, ya jubilado, continúa su formación en el ámbito de la antropología social (como decía El Guerra: “hay gente pa to”).

La foto que publicamos hoy nos muestra un Luis Pablo en su estudio; muy joven, pero a la vez pulidito. En plena moda de barbas largas y salvajes, nuestro artista local luce la suya absolutamente recortada y cuidada, lo que contrasta con el entorno social del momento e incluso con su propia rebeldía pictórica. 

Como su nombre, Luis Pablo, tiene también dos vertientes en su vida, por un lado la puramente artística y por otro la gestión cultural, principalmente desde el Ayuntamiento de Toledo.

Todo el mundo le conoce por Luis Pablo; ni Luis, ni Pablo. Ha logrado lo que pocos consiguen en su entorno social, una marca propia con un nombre compuesto. Sin separaciones, sin diminutivos, sin apodos. Tal vez, esto sea por su prolífica relación a todos los niveles. Desde su presencia en el grupo Tolmo como uno de sus fundadores en 1971, pasando por la co-fundación, también, del Círculo de Arte de Toledo en 1999 o sus múltiples exposiciones individuales y colectivas. Todo ello en paralelo con su función gestora en la concejalía de Cultura, durante más de dos décadas.

Y a sus más de 70 años Luis Pablo continúa trabajando, gestionando y estudiando; proyectos nunca le faltan. Ilusión, tampoco.

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Quique J. Silva

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