El espacio de juego debía ser un derecho fundamental del ser humano. Cuando la especulación, la ignorancia de los políticos, si no la corrupción, hurtan a los ciudadanos los lugares en los que otrora podían jugar, les arrebatan un trozo de su humanidad, una parte del ser libre, razonable y crítico que te permite resolver los problemas de convivencia, hablando y llegando a acuerdos. En el entorno del segundo bloque de la Avenida de la Reconquista, con sus patios y descampados, jugar no era solo un pasatiempo, era un arcano, un conocimiento oculto, solo inteligible para quienes juegan sin querer sacar beneficio de ello. Continuar leyendo
Bloques avenida Reconquista
El juego infinito. El segundo bloque de la Avenida de la Reconquista (2) [Luis Antolín Jimeno]
Al juego le pedimos un momento diferente, una arcadia con reglas pactadas entre los jugadores. Si se les deja libres y se les da espacio, los niños lo hacen sin tener que pensarlo. Para los mayores, el juego es un momento para olvidar las exigencias de ser responsable, coherente, sabio, eficaz o de ser como se debe ser. Quien aprende a jugar de niño puede vivir más comprometido con el ocio que con el negocio. Ese es el regalo que nos hicieron los patios de los bloques de la Avenida de la Reconquista, con los que tengo una deuda de gratitud que quiero saldar, ahora que me cuesta correr, contándolo y jugando con las palabras. Continuar leyendo
El juego infinito. El segundo bloque de la Avenida de la Reconquista (1) [Luis Antolín Jimeno]
Tener un lugar dónde jugar libres es uno de los regalos más bellos y definitivos que pueden hacer los urbanistas y los políticos a la población a la que sirven. Algunos espacios a disposición de los niños de Toledo en los años cincuenta, nos han hermanado para siempre y los juegos, en mi caso, permanecen vivos en la memoria, lo suficiente como para haberlos recopilado en un relato que ahora resumo en este blog. Continuar leyendo