Cuadernillos científicos, 1. [Mariano Corroto]

Comenzamos nuestra primera entrega de “apuntes científicos” con un análisis, pequeña definición y clasificación de un material natural, probablemente el más noble de los utilizados en la construcción, y que no es otro que las litologías que han servido de soporte a construcciones en épocas y estilos diferentes. Sin duda han encarnado la filosofía de la materia hecha forma; éstas, las rocas, que por sus características minerales y texturales comenzamos a clasificar.

Sus rasgos ígneos y metamórficos serían la combinación perfecta como línea de partida para realizar una correcta clasificación petrográfica, pero como dice Villaseca, la complicación viene por el progresivo alejamiento de las definiciones geológicas científicas y el acercamiento a las “comerciales”  (así un granito, mal definido, sería cualquier roca ígnea, y en su grupo incluirían gabros, neises, anortositas … cuando no es así)

La roca ígnea es la roca magmática cuya cristalización proviene de un magma, no es descartable que puedan tener cristales en suspensión, y su composición suele ser silicatada. Las que explotamos en superficie provienen de fusiones parciales del manto y la corteza. En general, los magmas graníticos provienen de la fusión de la corteza continental, mientras que la fusión del manto genera magmas basálticos. A su vez la roca ígnea se subdivide, según el emplazamiento definitivo, en roca volcánica cuando sale de la corteza o en roca plutónica cuando queda atrapada.

La roca metamórfica significa cambio, transformación (parámetro estructural sobre el que pendula la vida), cualquier roca, ígnea, sedimentaria o metamórfica está sometida a un cambio de presión, temperatura y composición de fases volátiles.

La mayoría de las rocas que componen la litosfera está formada por rocas equilibradas en reajustes termodinámicos. Así se puede decir que estos fenómenos generan los dos grandes tipos de rocas. Bien es cierto que en la actualidad se duda de la idoneidad del término, teniendo en cuenta los fenómenos de impacto de otros planetas en los que se han descubierto procesos de fusión parcial  y metamorfismo de choque.

Por hoy …. Ya vale…pero, ¿en qué influirá todo esto en la elección, restauración o mantenimiento de una “piedra”?

Pues mirad. Las rocas de las que hablamos son las rocas más abundantemente utilizadas en construcción, las graníticas o marmóreas,  también las pizarras, y han sido elegidas por sus cualidades de dureza, fortaleza y resistencia a los ataques químicos (dependiendo claro). En la actualidad su utilización esta entorno al 45% de la producción mundial dimensionadas o en bloques (Harries-Rees 1990). España es el primer productor mundial de rocas graníticas (alrededor del 90% del total de su producción) y el segundo después de Italia de la generalidad.

Todo esto nos revela que en el momento presente y en un futuro inmediato, la conservación y el mantenimiento de este tipo de rocas naturales tiene y tendrá una creciente importancia y por supuesto un compromiso de respeto que hacia ellas hay que tener en las intervenciones arquitectónicas.

 Mariano Corroto Ingeniero Industrial S. Químico.

Serie denominada “Cuadernillos científicos”. El autor es Vocal del Comité Técnico de Normalización sobre Materiales y Técnicas de Intervención del Instituto Eduardo Torroja.

La fotografía corresponde al Museo del Mar en Vigo (Pontevedra, 2003) de Aldo Rossi y César Portela

 

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