Carnaval, carnaval, carnaval te vuelvo a querer [Quique J. Silva]

Sucedió en Toledo. 6 D18 Archivo VASIL


El tiempo pasa y el ciclo anual viene marcando los usos y costumbres de nuestra vida cotidiana. Con febrero, el Carnaval; una forma de volver a reunirnos con la familia, los amigos, los vecinos; un modelo de convivencia más allá del puro desfile. Padres, hijos y hasta en algunos casos nietos, comparten un mismo fin: echarse a la calle a divertir y divertirse. 

Desde que en los primeros años ochenta un grupo de amigos recuperasen para Toledo la tradición del carnaval, interrumpida por un régimen “poco proclive a la fiesta desordenada”, han sido muchos los grupos, peñas y comparsas que han ocupado las calles de esta ciudad; con más o menos acierto; con más o menos espíritu crítico; con más o menos frío…. pero sobre todo con el mérito que representa llevar la fiesta a la calle en pleno mes de febrero.

Las comparsas nacen y se desarrollan paralelamente a las propias asociaciones de vecinos. Son estos núcleos sociales los que asumen la organización y participación en sus respectivos barrios: Palomarejos, Polígono, Azucaica, San Antón, Santa Bárbara…..

Es precisamente la del barrio de Santa Bárbara una de las más activas y numerosas. En la foto superior, con una especie de traje galáctico del año 1987, podemos identificar a parte del “núcleo duro” : Satu, Ana Saavedra, Santos y al desaparecido Jesús Casarrubios, alma, motor y diseñador durante muchos años, que tristemente falleció bastante joven dejando para la historia del barrio los mejores trajes de carnaval que salieron de su enorme creatividad y oficio.

Si Santa Bárbara representaba el movimiento carnavalero vecinal, la peña “Un día es un día” podría ser uno de los exponentes de las comparsas y grupos de familiares y amigos. Amadeo Roig, nuestra fotógrafa Maite Silva y su marido Juan Peñalosa, hacían peña con sus hijos y nietos. En ese año, coser 5.000 cascabeles fue la tarea colectiva de pequeños y mayores.

Como hemos dicho ya, a lo largo de estos últimos 30 años de carnaval, su contenido, verbena y desfiles, se han ido modificando. De aquellos grupos “autónomos” de familiares y amigos ya prácticamente no queda ninguno salvo la Peña del Rey Moro. Aquel espíritu crítico y caricaturesco ha ido evolucionando hacia la espectacularidad de los medios; grúas y tráilers inundan el aparcamiento de Coronel Baeza en los previos al desfile entre la avenida de Barber y el paseo de la Vega.

Muy pocos barrios aguantan el tirón y continúan participando en la tarde del sábado en la cabalgata organizada por el Ayuntamiento. Ya, prácticamente ninguno de los grupos denominados “autónomos” participan en el desfile. Ahora, estos -como la Peña del Rey Moro- prefieren volver a los orígenes, al carnaval del casco histórico, al pequeño formato, el artesanal y ajustado a las estrechas calles y plazas.

Desde estas lineas, como todos los años, animamos a los toledanos y visitantes a disfrazarse y echarse a la calle. Lo mismo da, solo, en comparsa, en grupo, desfilando, sin desfilar….. lo importante es divertirse y divertir. 

¡¡Carnaval, carnaval, carnaval Te Quiero !!

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Quique J. Silva

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