La primera y más sublime obra inmaculada de arquitectura del mundo clásico, el Partenón en la Acrópolis, Atenas, Grecia, es una continua historia del ultraje y la villanía contra el saber.
El Partenón fue ordenado alzar por Pericles entre los años 448-438 a. C. como morada de la diosa de la sabiduría, Atenea. Atenea había nacido de la cabeza de Zeus al abrirsela el dios Hefesto de un certero hachazo; después de que Zeus hubiera yacido con Metis y la hubiera devorado por temor a un descendiente varón, más poderoso, que lo suplantara. Atenea hizo voto de castidad, razón por la que fue llamada parthenos, que significa virgen, dando así nombre al templo. Hefesto que había ayudado a alumbrarla, aunque fuera con un hacha, intentó violar a Atenea y de esa simiente esparcida por la Acrópolis nació Erictonio, mitad hombre y mitad serpiente, primer rey de Atenas. Así comenzó parte de la historia del Partenón: el saber hostigado por la barbarie. Continuar leyendo