Prearquitecturas. Pensar. Construir. Habitar
Entrega 1. Prearquitecturas
“… unas veces el pintor quiere decir una serie de cosas con sus obras, y sabe cuáles son. Otras veces hace y acepta, y sabe que dice, pero aún no sabe qué cosas ha dicho. ”
“Praescriptura”. 1994 Gustavo Torner
Recupero de la memoria aquella época de nuestra existencia en que vivíamos la arquitectura sin reflexionar sobre ella, inconscientemente, una sucesión de vivencias que construirían los cimientos de nuestro entendimiento. Imágenes de nuestra infancia que entonces percibimos desde las sensaciones y que ahora, con el paso del tiempo, utilizando las herramientas que en este camino a través de la arquitectura vamos recogiendo, intentamos analizar y comprender qué fue lo que las fijó en nuestra memoria.
Una baldosa rectangular de piedra que marcaba la entrada de la casa, a la que se accedía a través de las grandes y pesadas puertas de tablones de madera que, con esfuerzo y de puntillas para alcanzar la fría aldaba de hierro, conseguíamos abrir y con su sonido metálico al caer de nuevo sobre el cierre, anunciaba que alguien llegaba a la casa.
Corredores en penumbra que filtraban rayos de luz y, dibujando líneas intangibles, penetraban desde el patio en las estancias. Un patio de tierra compactada, casi pulida por el paso de las personas y del tiempo, que regado cada mañana desprendía aroma a aire nuevo y fresco.
Gruesos muros de tapial que convertían los huecos, bajos y profundos, en estancias donde esconderse y jugar, encalados en ocasiones o desnudos de cal en otras.
El crujir de la escalera y los suelos de madera, las betas y los nudos de aquellos techos que dibujaban figuras o paisajes y hacían más cortas las, a veces, obligadas estancias en cama.
Éstas entre tantas otras impresiones.
Antes siquiera de conocer la palabra arquitectura, todos nosotros ya la hemos vivido: en nuestra casa, en las calles y plazas en que corrimos, en nuestro pueblo o ciudad, en los paisajes que lo rodeaban. Son nuestras primeras experiencias, una aproximación casi involuntaria que se convertirá en las raíces de nuestro entendimiento de la arquitectura. Más tarde llegarán otras casas, calles y plazas; otros pueblos, ciudades y paisajes que se irán añadiendo a nuestra biografía; con los que iremos estableciendo puntos de encuentro y también marcadas diferencias.
Primero fue la impresión, la reflexión y la razón llegaron más tarde.
Josefa Blanco PAZ
Segunda entrega (mayo 2015): Pensar
Tercera entrega (julio 2015): Construir
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