El vino y la guerra de las vanidades (1) [Luis de Toledo]

Vinos chinos, Dynasty

A mesa puesta

¿Cuáles son los mejores vinos del mundo?

Actualmente podemos encontrar vinos de calidad en cualquiera de los cinco continentes. Y cada vez son más los países que se van uniendo a la zona conocida internacionalmente como “franja del vino”. El cultivo de la vid se localiza, básicamente, en un par de bandas de tierra que abrazan el planeta en las latitudes aproximadas de 30 y 50 grados en cada hemisferio. Es obvio que las propiedades fértiles, climatológicas y geológicas de esas zonas optimizan el cultivo de los viñedos (Entre esas dos franjas, denominadas del vino, se encuentra el llamado cinturón del café).

Durante los últimos años, debido al cambio climático, se van agregando otros países (que tenían escasa tradición vitivinícola), a los del viejo mundo como Francia, España o Italia (en Europa) y los calificados del nuevo mundo, como México o Estados Unidos en el hemisferio norte, y Chile, Argentina, Sudáfrica o Australia en el sur.

Franjas del vino y el cinturón del café.

Puede que nos sorprenda saber que en septiembre de 2015 la compañía china Changyu Pioneer Wine, fundada en 1892 en la provincia china de Yantai; principal grupo vinícola de China y uno de los diez más importantes del mundo, entró en el accionariado de Bodegas Marqués del Atrio con el objetivo de situar a la bodega riojana entre las tres principales del mercado español en el año 2020. Una  alianza estratégica para convertir a Marqués del Atrio en la primera marca de vino español en China.

También podría chocarnos que una de las primeras empresas occidentales en colaborar con los bodegueros chinos, haya sido el productor francés de coñac Remy Martin, en la ciudad china de Tianjin en 1980; y fue para construir la bodega Dynasty Winery, actualmente uno de los mayores productores de vino del país amarillo. Los franceses aportaron sus técnicas y la experiencia en la producción de vino y a cambio se introdujeron en el prometedor mercado de la importación del Coñac.

El conglomerado francés de empresas de lujo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) lanzó en 2013 el grupo Chandón China, la última empresa creada por el gigante del vino espumoso a nivel mundial.

Viñedos en el Reino Unido.

En el Reino Unido, hasta hace poco tiempo, había una escasa reputación de sus vinos elaborados en la isla británica. Eso podría pasar a la historia debido a la renovada apuesta de sus viticultores que han sabido aprovechar muy bien los cambios climáticos o meteorológicos, pues ahora disponen de unas condiciones excelentes para cultivar sus viñedos.

No deberíamos dejar sin mencionar la importancia histórica y vitivinícola del Reino Unido porque es muy posible que los ingleses hayan sido los inventores del champán (o vino espumoso). Los documentos archivados en la Royal Society desde 1662 parecen demostrar que un inglés, Christopher Merret, describió, no sólo como producir vino espumoso, sino también cómo se bebía y se disfrutaba en Londres de aquel “alegre, brioso y chispeante vino”, más de 30 años antes de que en Francia se produjera el primer espumoso y otros 70 años antes de que se estableciera la bodega más antigua de Champaña. Ni olvidar que el más antiguo viñedo inglés se plantó probablemente durante la época romana. Los arqueólogos han desenterrado en Wollaston (Northampstonshire) lo que parece ser un viñedo comercial de diez hectáreas, lo que demuestra que en Inglaterra ya se producía vino en aquella época.

Imagen publicitaria de la bodega Hattingley Valley, en el condado de Hampshire. UK

“Ésta ya no es una tierra húmeda, ahora es seca y calurosa” dice uno de los más destacados viticultores ingleses instalado en una región del extremo sur de Inglaterra que alberga una industria de vinos espumosos. Entre Inglaterra y el País de Gales cuentas con casi 500 viñedos que producen unos 48.000 hectolitros de vino, el equivalente a unas 6,4 millones de botellas, de los que dos tercios serían vino espumoso, que cada vez tiene más adeptos.

Algunos vinos de otros países, que he venido probando últimamente, me han parecido extraordinarios.

Dindori Reserve de bodegas Sula, India.

En uno de mis viajes a la India me traje algunas botellas de las Bodegas Sula de Nasik (a 300 km de Bombay), que me gustaron. Y, curiosamente, en el obligado transbordo que hice en el aeropuerto de Estambul, compré un excelente vino local que pude probar en una taberna de las Bodegas Corvus en el propio aeropuerto. La marca de aquél vino se me hizo muy familiar pues se trataba de un tinto Syrah de la marca “Corpus”

Para confirmar mis valoraciones describiré brevemente el resultado de una cata colectiva ocurrida en El Catavinos, con estas y otras botellas:

Allí nos reuníamos un grupo de buenos aficionados y amantes del vino con la intención de probar diferentes marcas que íbamos seleccionando. Las catas se realizaban a ciegas quedando las botellas completamente envueltas con saquitos de tela opaca, papel de aluminio o cualquier otro material y se numeraban exteriormente para su posterior identificación.

Uno de aquellos viernes de hace algunos años, nos congregamos diez personas para analizar y escrutar cinco caldos de una misma añada, de la variedad Syrah con envejecimiento en barrica. Fueron los siguientes: “Habla”  de Bodegas Habla de Trujillo (Cáceres); “Magníficus”  de Sánchez Muliterno con D.O. Pago el Guijoso; “Vallegarcía Syrah” del Pago Vallegarcía en los Montes de Toledo, un vino de la India el “Dindori Reserve Syrah” elaborado y criado en las Bodegas Sula en Nasik (muy cerca de Bombay) y el mencionado Corpus turco que a mí, personalmente, me parecía grandioso.

Pues bien, tras el procesamiento de datos aportados de todos los que participamos en esa cata, surgió que el vino indio Dindori Reserve superó a los demás. Destacaba entre otras cosas por su finura y elegancia, aportando una delicada fragancia de bayas rojas y negras, taninos sedosos y un largo final.

 

Viñedos en la India, bodegas Sula.

El resultado sorprendió a todos los catadores al descubrir las botellas, puesto que ninguno sabía que pudiera haber un caldo indio y otro turco en la prueba. Esto me hizo reflexionar sobre el empeño o la fogosidad con que a veces, defendemos algunos vinos menospreciando otros elaborados en otras zonas o países diferentes; casi siempre sin argumentos concluyentes. Pues bien, recapacitando sobre este asunto me vino a la memoria un acontecimiento (al que me referiré en el próximo capítulo) que de alguna manera, cambió el rumbo de la zona vinícola más importante del planeta (y también del resto del mundo). Me refiero a los vinos franceses; unos caldos que siempre han marcado tendencias siendo considerados, tradicionalmente, como buque insignia de los Vinos del Viejo Mundo. Y aunque no cabe la menor duda de que los vinos del Nuevo Mundo han venido cosechando considerables e indiscutibles éxitos en las últimas décadas, aún se mantiene entre el gran público, un cierto consenso riguroso en cuanto al predominio de calidad de los vinos europeos capitaneados por los galos. Para ello se manejan diferentes criterios tan rotundos como la tradición cultural, la superioridad de los terruños con sus diversas composiciones minerales y su implícito potencial de envejecimiento, la finura, la elegancia, etc…

Podría decirse que lo vinos y bodegueros franceses antes de 1976 se aprovechaban de su fama y éxito aplicando ese dicho de “Cría fama y échate a dormir”.

Luis Toledo. Restaurante “El catavinos”

Vino del autor del artículo

 

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2 Comments

  • Luis Moreno

    Gracias Luis por tu detallado artículo. Tus apuntes me hacen reflexionar sobre que a las fases de una cata “a vista”, las consabidas visual, olfativa y gustativa, habría que añadir la de “predisposición”. Y es que está claro que al cerebro del catador le contaminan de inputs la fase en la que ve la etiqueta de la botella. Espero que sigas escribiendo en este blog.

    • Luis de Toledo

      Gracias Luis, por tu comentario. Como se suele decir: me encanta que hagas esa reflexión sobre la predisposición, porque está claro que catar a ciegas y arriesgarse a hacer afirmaciones sobre el vino catado, así como su origen, variedad, tipo de añada, etc. Suele ser, en la mayoría de los casos, una cura de humildad para quien se arriesga a hacerlo, pues se sabe que viendo lo que vas a tomar, se activa el sistema placebo de cerebro…
      Una conocida investigación realizada por científicos de la Insead Business School y la Universidad de Bonn, de Alemania; encontró una respuesta neurológica que explica por qué a muchas personas les sabe mejor un vino cuando es caro o con fama de ser bueno:
      ¿Es caro? Entonces es bueno. El responsable de ello es la parte del cerebro ligada a las recompensas conocido como efecto placebo “El sistema de recompensas se activa notablemente con vinos de precios altos y fortalece probablemente de esta manera la experiencia gustativa”, explica Bernd Weber de la Universidad de Bonn.
      En la investigación hicieron tomografías por resonancias magnéticas a 15 mujeres y 15 hombres durante una cata de vinos. Primero se les decía el precio del vino y a continuación se les daba a beber un poco a través de un tubo. Los participantes daban su valoración del sabor del vino presionando un botón en una escala de cero a nueve.
      Lo curioso es que se les ofreció siempre el mismo vino, pero los supuestos precios que les daban oscilaron entre: 3, 6 y 18 euros.
      “Como era de esperar, los participantes indicaron que el vino más caro era el que más les había gustado frente al supuestamente más barato”, comentó una investigadora.

      Un saludo

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