Sucedió en Toledo. 22 D17 Archivo VASIL
Desde la esquina de la calle Hombre de Palo (que por cierto da nombre a nuestro bolg) hasta la plaza de Zocodover, era la columna vertebral de esta, nuestra ciudad, capital de provincia, de la región y en otro tiempo capital del reino.
En días festivos era el recorrido obligado de chicos y chicas, adolescentes, cadetes, chachas, señoras con niños y militares con y sin graduación.
Desde la droguería de “la Conchi” hasta el estanco de “Juanito” puerta con puerta se alternaban tejidos, electrodomésticos, alimentación, librería, joyería y varias jugueterías.
Como se determina en informes y contratos, “con carácter enunciativo y no limitativo” recordemos nombres como La Moda, Luxor, Serrano, Medel y Cruz, Blanco, Díaz Marta, Navarro, Álvarez, Ludeña, Bienve, El Bebé, Camarasa, Ortega, Hurtado, Nodal, Zarco, Moro, Agudo, Patiño……..
Siempre se afirma por parte de urbanistas, sociólogos, publicistas y economistas, que el pequeño comercio murió a consecuencia de una mejor gestión del tiempo y el espacio; pasando de “una calle comercial”, con frío en invierno y calor en verano, a una “gran superficie comercial” diseñada específicamente para que, querámoslo o no, nos reguardemos de los rigores del invierno y el verano…. consumiendo.
Merced a este cambio socio-económico, el mal llamado “pequeño comercio” se ha visto obligado a cambiar; no ha tenido más remedio que “transformarse o morir”.
Calle del Comercio. A la derecha el Gran Bazar Díaz Marta.
Parte del “efecto 2000”, ha sido cerrar las puertas del comercio general para concentrarse (en el caso de Toledo) en una sucesión de establecimientos destinados exclusivamente al consumo turístico: espadas, armaduras, cascos, abanicos, cerámicas, bolsos, sombreros…. Todo aquello que pueda soportar una serigrafía con la marca “Recuerdo de Toledo”, se vende en los mismos locales que, años atrás, suministraban a los toledanos ropa, calzado, juguetes, cuadernos, discos…..
Solo 50 años han bastado para modificar el paisaje de la calle del Comercio: de la calle Ancha.
Ahora ya no pasamos frío, tampoco calor. No hay coches ni peligros. Bueno, sí, solo uno: comprar, comprar y comprar.
¡MENUDA TRAMPA!
(Archivo VASIL: ver más entradas)
Quique J. Silva
Totalmente de acuerdo con Quique, los que nos hemos criado en la calle Ancha, hemos visto como se iban traspasando y cerrando negocios de toda la vida, entre ellos el de mi abuelo y mi padre. No sólo ha desaparecido el pequeño comercio, también la buena sintonía y el buen hacer que existía, no sólo entre los comerciantes y sus familias, con todos los toledanos que venían a comprar a nuestra importante calle toledana.
Ahora no encuentras en ningún centro comercial, y mucho menos en las actuales tiendas de souvenirs, el excelente trato profesional y de cercanía que antes se profesaba.
Escribí esto hace seis años, como verás, coincido contigo:
http://www.latribunadetoledo.es/noticia.cfm/Local/20110109/calle/ancha/comercio/tradicional/souvenirs/090C2D9D-9A69-6340-C073F01A6EBE8FEF