Camino hacia el cine clásico III: La Escuela de Brighton [Germán Esteban Espinosa]

Cine clásico Brighton German Esteban hombredepalo

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Antes de dejar Europa para desembarcar en el territorio estadounidense vamos a estudiar la otra gran escuela de cine de la primera década del siglo XX: la Escuela de Brighton. El hecho de que la primera generación de cineastas ingleses se reunieran en dicha ciudad es de lo más simple: el cine necesita luz; Inglaterra es uno de los países donde más llueve y menos sale el sol de Europa; Brighton es la ciudad de Gran Bretaña donde hay más horas de luz, luego Brighton es la única ciudad de Reino Unido donde se pueden filmar películas.

La importancia del cine de Brighton radica en tres aspectos: el estudio del montaje en paralelo y la acción; la creación de suspense y el clímax lleno de emoción; y el perspectivismo. Entre los miembros de Brighton destacan Robert Paul, Alfred Collins, G. A. Smith y James Williamson, cada uno con aportes únicos y un estilo bien diferenciado.

Robert Paul está considerado como el fundador de la cinematografía inglesa con su película Mar revuelto en Denver, que supone uno de los primeros intentos cinematográficos de explotar el mar con fines artísticos, fenómeno que no se logrará con pleno éxito hasta finales de los años 10. La película busca explotar signos de la identidad nacional inglesa, al considerar que el mar es precisamente uno de los símbolos de Gran Bretaña.

Alfred Collins es el cineasta de acción del grupo. A él le debemos la mejora del montaje en paralelo, que permite mostrar acciones que ocurren de manera simultánea en secuencias consecutivas, dando a entender al espectador que, aunque las vea una después de la otra, su contenido sucede al mismo tiempo. También experimentó con el uso de medios de locomoción, persecuciones en coche, travellings y la utilización de varias cámaras para una misma secuencia, amén de la introducción de varios puntos de vista en una misma escena.

150173Smith_portraitSi Francia tuvo a Méliès y España a Chomón, Inglaterra gozó de la presencia de G. A. Smith, cineasta que explotó al máximo el trucaje óptico. Destaca su Las lupas de la abuela, corto en el que juega con los planos subjetivos que, curiosamente, transforman el cuadrado de la cámara en un círculo, al suponer que así la imagen se aproximaría mejor a la representación de cómo se ve un objeto a través de una lupa.

James Williamson tiene una importancia vital en el devenir del cine clásico por convertirse en el primer genio del suspense y del mantenimiento de la tensión hasta el último minuto de película. En 1900 alcanza el éxito con su Ataque a una misión en China, en la que explota sabiamente el jingoísmo inglés para ambientar su argumento en la Guerra de los Bóxers (levantamiento chino contra el dominio extranjero).

En esta película, Williamson consigue elevar la tensión hasta el final situando a unos ingleses siendo acosados por guerreros chinos y sin posibilidad de sobrevivir, hasta que en el último momento son rescatados por el ejército inglés, que sale victorioso. Todo ello es narrado mediante el uso de montaje en paralelo, perspectivismo, movimientos de cámara, etc. De hecho algunos autores consideran que este cortometraje posee un modelo narrativo que lo aproxima más al cine clásico que al cine de los pioneros. Su influencia en el cine americano se constata de una manera indiscutible en el desenlace de El nacimiento de una nación (1915), de Griffith, que sigue las mismas pautas.

A continuación presentamos la película de G. A. Smith que hemos comentado previamente y que refleja a la perfección el uso de planos subjetivos y la experimentación con el perspectivismo. También el cortometraje Santa Claus, que lo acerca al estilo ya citado de Méliès y Chomón.

Grandma's Reading Glass hombredepalo

 

Santa Claus (1898)

Germán Esteban Espinosa, periodista

Germán es el editor de Cine de la web Hombre en Camino: Homo Viator.

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