Artistas sin caspa: Carlos Villasante [Quique J. Silva]

Sucedió en Toledo. 30 D18 Archivo VASIL


De vez en cuando nos gusta rescatar imágenes de aquellos artistas toledanos que, en su juventud, “ya apuntaban maneras”.

Hoy, la imagen de Carlos Villasante, que nació en 1951, representa un referente para la mayoría de los que nos iniciamos en la fotografía en los años setenta y para los miles de alumnos que han tenido la suerte de participar en sus clases, charlas y talleres.

Desde muy joven -y a pesar de que el siempre declara no sentirse descendiente de los diferentes pueblos ancestrales radicados en la ciudad de Toledo-, Carlos ha representado de alguna manera la imagen del alquimista. Rostro de rasgos pronunciados, adornado con una frondosa barba -tal vez como una especie de “máscara”- tras la que escondía, entonces, su timidez de juventud. Una juventud que le llevó muy pronto a la gran urbe. Lejos de la comodidad familiar, del provincianismo que amarró a otros muchos artistas, Villasante quiso quedarse atrapado en Madrid donde ya empezaban a emerger las cosas importantes que debían pasar en este país, y él quería formar parte de aquello. Mirar –como buen fotógrafo- e impulsar -como buen maestro-.

En Toledo le perdimos. Enseguida echamos de menos sus fórmulas magistrales del virado en azul, en sepia o en oro. El grano grueso y el papel Ilford.

Aunque no tuve mucho contacto personal con él, mis recuerdos dibujan un artesano, puro y duro; un estudioso de la historia y la técnica de la fotografía.

Cargado de un bagaje fotográfico de provincias, Carlos salió de Toledo primero a estudiar y luego a enseñar; pero siempre formando parte de la vanguardia fotográfica de este país. Reivindicando la Fotografía como un medio de expresión más; tanto desde sus enseñanzas universitarias como en sus participaciones en revistas especializadas y medios de comunicación general.

Cuando ahora me tropiezo en el Archivo Vasil con unas fotografías suyas de la exposición que realizó en Tolmo, me apetece reivindicar el nombre de Carlos Fernández Villasante. Desconocido para la mayoría de los miles y miles de “disparadores digitales” que siempre están muy lejos de lograr la Maestría y el Arte de Villasante.

Y por si a alguien confunde mis palabras, recuerdo que Carlos sigue “vivito y creando”.

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Quique J. Silva

 

Comentario de Carlos Fernández Villasante en el Facebook del autor del artículo. Muchísimas gracias, Quique por todo lo que dices en tu artículo. Por tus halagos y por la semblanza. Tus padres, que tan muy sensibles, estuvieron siempre al tanto de mis exposiciones en Caja Toledo y en Tolmo. Y me comunicaron su gusto por mi obra. Eran unos excelentes periodistas enamorados de Toledo y de todo lo que en la ciudad acontecía. Y aunque sigo mirando Toledo en la distancia, siempre me cautivará su magia, su belleza y su pasado. Recibe un abrazo muy fuerte.

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