Exterior de la “Glass House” de Philip Johson, 1949.
SESIÓN CONTINUA
Ecléctico, infiel a veces o acomodaticio a cada momento de su vida se gana el perdón de los magnates judíos, para los que diseña una sinagoga después de la segunda contienda mundial. Tras haber trabajado en la década de los treinta en Luisiana para el controvertido fascista y populista autoritario Huey Pierce Long o haber asistido a las concentraciones del partido nazi en Nuremberg, Philip Johnson desarrollará su carrera trabajando para ellos, en Nueva York, donde este grupo de magnates alimentará las instituciones con sus donaciones.
El discípulo en este caso, Philip Johnson (1906-2005), se adelanta al maestro, Mies. Éste queda horrorizado al ver la versión terminada de su “casa de vidrio”; él tardaría dos años más en terminar su cubo de cristal. La considera una pésima imitación. Incluso la zona de estar la amuebla con el sofá, las mesas y las sillas Barcelona de Mies. La ruptura entre ambos se hace inevitable.
Construida en New Canaan, Connecticut, en lo alto de una colina como refugio de fin de semana, Johnson proyecta un espacio interior único que se enmarca con pilares situados simétricamente en sus esquinas, en el centro y en los accesos. Un único núcleo cilíndrico y macizo, que contiene los servicios, junto con los armarios vitrina la hace asimétrica. Se inspira en un dibujo de Malevich. El minimalismo llevado a su extremo.
Las casas de Mies y de Johnson terminan siendo un fracaso como “máquinas de habitar”. No sólo son inadecuadas desde el punto de vista climático, peor aún la Farnsworth, sino que entran a formar parte del grupo de casas que habita la “élite”, dado el alto coste económico de su construcción. No teniendo gran aceptación entre el público en general sin embargo se convierten, ambos edificios, en uno de los símbolos de la arquitectura del siglo XX.
Quizás, este es un buen momento para sacar del cajón “la goma de borrar” y darle al largo momento posburbuja que vivimos una vuelta minimalista y eliminar, no sólo en arquitectura, todo aquello que resulta superfluo. No se hace necesario plantear nuevos escenarios de megaproyectos, tan sólo racionalizar lo existente, lo que tenemos.
Transversalidad en el diseño, ya que diferentes son las disciplinas que intervienen; sostenibilidad a través de la ecología urbana; democratizar las decisiones mediante la participación de los ciudadanos, que en definitiva son los usuarios; junto con la utilización de las nuevas herramientas digitales debieran ser los parámetros que definieran el nuevo escenario pos burbuja.
Traemos vídeo realizado por alumnos de la Universidad Mayor en Providencia, Chile. Subido por Historia della Arquitectura en 2013 de 2:17 minutos de duración.
Joaquín López López, arquitecto.