Antes de la Guerra, España estaba llena de palomares. En la Posguerra aún quedaban algunos. Mi abuela Felisa tenía uno en Portugalete. Mi tío Agustín entrenaba la bravía para hacerla mensajera. Llevaba la paloma en una cesta y la soltaba en el bar Moli. Continuar leyendo
gastronomía
La barra, ese lugar (I). La Ponderosa de Cuenca [Luis Moreno Domínguez]
A mesa puesta
El espacio en arquitectura se ha definido de diversas y enrevesadas formas. Osaré hacer una definición sencilla; el espacio es limitado, así que un espacio se crea con una simple partición, muro o tapia. Una barra de un bar conforma, por tanto, un espacio que incluye el lugar del cliente y el del tabernero. Su ergonomía es importante y sus materiales también. Son los que van a caracterizar ese espacio, y los que van a condicionar que tanto uno como el otro desempeñen lo mejor posible su función. Uno consumiendo y el otro atendiendo. El tabernero no sirve, atiende. Ha de prestar atención a que el cliente esté a gusto. Al fin y al cabo cuanto más confortable esté más tiempo se quedará y más consumirá. En cierto modo el tabernero y el cliente forman parte del espacio creado. Continuar leyendo
El comensal, el momento y el lugar [Luis Moreno Domínguez]
A mesa puesta
Los cocineros están de moda. Son portadas de revistas de opinión, acuden a tertulias de radio y participan en programas de televisión. Continuar leyendo
Oda en prosa al mazapán [Antonio Illán Illán]
A mesa puesta
En el invierno azul paro mi caballo frente al cristal terso y frío de la confitería. Sin saber si miro, o solo veo, recorro la curva toda del planeta, las arenas bordadas del desierto, los ojos como perlas, la boca con una fruta escarchada, la anguila santotomeña con escamas en su caja, solo ella tubo escamas como los peces en un principio, cuando el principio era el verbo y confluyeron el azúcar, la miel y las almendras. Viajo por los cerros hostiles del recuerdo y encuentro la nostálgica emoción de los sabores. ¡Almendra! ¡Mística almendra! Un golpe de cielo es el azúcar y los rayos de sol, hilos de miel. En la soledad cierro los ojos y me suena Bach en la cabeza. La boca se va volviendo húmeda, un mar se agita y seres invisibles despiertan una a una a todas las papilas. El rostro en el cristal no oculta la sorpresa, mientras crece en el paladar una enredadera y el viento de la respiración trae ¡yo qué sé! zarcillos, lianas, semillas que se derriten. Su prosa es exquisita, puro néctar, ambrosía, un himno a la lengua, cuya lectura emociona hasta la médula. El pensamiento revive en el recuerdo de la infancia. Más allá otra bandeja. Conejitos, trompetillas, zambombas, jamoncillos con su moño de cabello de ángel… Es la tierra, la arena de oro que estalla y amarra los ojos a un estatismo. Vago aroma de astros disolviéndose invade la sonrisa. ¡Sí! ¡Ahí está! Responde al eco del deseo y mi corazón golpea desde lejos, desde entonces, desde mi nacimiento acaso. La luz se adelgaza como animal que corre perdiéndose en la sombra y me dice al oído lo que nadie me enseñó y supe siempre: es el sinfónico sabor concertante del ¡mazapán! de mi patria, de mi madre, de mi infancia. Continuar leyendo
Otoño, los Santos, versos y ¡puches! [Antonio Illán Illán]
A mesa puesta
Otoño. Tiempo de romanticismo. Un buen libro. Melancolía de lluvia tras los cristales. Fiesta de Todos los Santos. Día de los difuntos. Unos preludio de Chopin. Don Juan Tenorio a la antigua usanza, no este al que ahora maltratan, el de verdad, el de Zorrilla, el condenado por desconfiado de Fray Gabriel Téllez. Otoño amarilleando en las hojas de los árboles. Toledo, patrimonio mundial del sentimiento romántico y Raine María Rilke que nos recuerda este tiempo de aromas azules y amarillos con sus versos:
Eupalinos y la Flor [Diego Peris Sánchez]
Paul Valery escribió un texto titulado Eupalinos o el arquitecto que, a través de un diálogo entre Eupalinos y Sócrates, va acercándose a la realidad de la arquitectura. Sigo su camino en el estudio de la flor, su materia, su estructura, su calidad construida. Continuar leyendo
Saboreando la Semana Santa [Antonio Illán Illán]
A mesa puesta
Hablar de la Semana Santa es hacerlo de la “última cena”. Yo no sé qué comerían. Me supongo que lo tradicional de la Pascua judía. Por cierto en esa cena de Jesucristo y los apóstoles no había trece cubiertos en la mesa, sino catorce. ¿Quién era el invitado que no se acercó a comulgar con el pan y el vino divinos? ¡El profeta Elías! Esto eras la costumbre judía. Otra curiosidad es que la Pascua judía no coincide con el Jueves Santo ni con el Domingo de Resurrección, sino con nuestro Domingo de Ramos. Lo de lavarse la manos y todo el asunto de la levadura quede ahí para los estudiosos. Seguro que comieron cordero y siete hierbas amargas, que simbolizan cada una un acontecimiento en la salida de Egipto y el Éxodo. ¿Que cuales son las hierbas? Investigad. Lo que sí parece que hubo es perejil, rábano muy picante y una mezcla dulce de manzanas y nueces picadas con miel, canela y un poquito de vino rosado por el color. Y vino, que no falte el vino. Tomaron cuatro copas. En la tercera es cuando Jesús dijo: “Esta copa es el nuevo pacto de mi sangre; haced esto todas las veces, en memoria mía.” Y la cuarta copa de vino es la de la Adoración. Y antes de la cuarta copa y ya después de la cena, es cuando realizó lo de partir el pan ácimo y repartirlo. Eso es lo que tanta veces hemos oído en la representación que es la misa. Jesús tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria mía. Continuar leyendo
¡Viva el pavo! [Antonio Illán Illán]
A mesa puesta
Dios y mi familia saben que me gusta el pavo. Me encanta, hechiza, cautiva, embelesa, seduce, enajena, encandila y fascina depositar el pavo asado sobre la mesa en la cena de Nochebuena. Antes, me encantó, hechizó, cautivó, embelesó, sedujo, enajenó, encandiló y fascinó emborracharlo, rellenarlo y mimarlo en el horno hasta que tuvo su punto. Y como soy de la cervantina opinión de que donde hay música no puede haber cosa mala y, además, estoy convencido de que las ondas musicales alteran para bien la condición de los alimentos y de los guisos, yo pongo música siempre que cocino pavo, en otras ocasiones también, bueno, siempre pongo música en la cocina, pero, para el pavo, subo el volumen. Continuar leyendo
Las Esparteras, un alto en el camino [Luis Moreno Domínguez]
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La actual autovía A5 es heredera del Camino Real de Extremadura, se inició en tiempos de Carlos III y en su kilómetro 47, junto a una estación de servicio, se encuentra un restaurante de carretera, una venta en el camino donde el viajero puede hacer un alto para descansar, refrescarse y comer algo. Continuar leyendo
¡AZAFRÁN! [Antonio Illán Illán]
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“Toda planta es una lámpara, su perfume es su luz”, escribió Víctor Hugo. No estaría el gran autor de Los Miserables pensando en el azafrán, pero bien podía haber dedicado semejante piropo a la violácea florecilla que ilumina los campos manchegos. Más luz que perfume parece el azafrán con su color brillante. Azafrán, luz, oro, iluminación, sabiduría. Un universo se encuentra vivo en esa arca de la alianza tan frágil, tan tersa, tan luminiscente, tan hermosa. Música, es música la flor del azafrán, no solo porque el maestro Guerrero escribiera una excelsa pieza. Bajo la influencia de Wagner y de Schoenberg, el gran pintor Vasily Kandinski rompe con la figuración y explora las equivalencias entre formas y colores, entre tonos y timbres, de modo que «el amarillo suena como una trompeta» y «el violeta se parece al sonido del corno inglés», escribe en su ensayo Sobre la espiritualidad en el arte. A Olivier Messiaen, un músico del sonido-color, le hubiera fascinado, si acaso no le fascinó, la rosa del azafrán. Continuar leyendo
Toledo y un dragón en dos tabernas [Luis Moreno Domínguez]
A mesa puesta
Toledo es conocido en todo el mundo por haber albergado entre sus murallas tres culturas que han dotado a la ciudad de un carácter arquitectónico y urbanístico singular. Cada una además aportó su cultura gastronómica que, no es solo el tipo de manjares que se comían sino también la manera de enfrentarse a su degustación y que han dejado poso aún hoy en multitud de recetas. Muchos desearíamos que poco a poco a la ciudad se le fuera conociendo también por sus méritos del condumio y, aunque este no es el tema que me gustaría tratar ahora, espero poder hacerlo en alguna otra entrada del blog. Continuar leyendo
El arte arquitectónico de la torrija [Antonio Illán Illán]
A mesa puesta
Hay un arte permanente que dura siglos, como la Venus de Willendorf, las pirámides de Egipto, L’origine du monde de Courbet o los toros de Guisando, y otro arte efímero que se va en un suspiro, como es el arte gastronómico, que atesora sublimes monumentos, entre otros, la torrija. Continuar leyendo