Sucedió en Toledo. 25 D18
Primavera de 1974, un grupo de toledanos formado por parte de las familias más conocidas e influyentes de Toledo (Santacruz, Serrano, Molero, Nodal, Nicolás, de Mesa……..) empiezan a hacer realidad su sueño nacido poco tiempo antes, con el único objetivo de facilitar la relación social, familiar y deportiva. En junio de ese año las máquinas abren zanjas para los cimientos de los que será -y continúa siendo- el Centro Deportivo “Pozuela”.
Don Angel Nicolás Cambón fue su primer presidente, y en su calidad de constructor se hizo cargo del seguimiento de todo el proyecto. Edificio social, pistas de tenis, piscina, foso de tiro, etc., sobre unos terrenos de más de doscientos mil metros cuadrados. Todo al servicio de la familia. Mayores y pequeños encontraron en La Pozuela un lugar de encuentro en uno de los parajes más atractivos de la ciudad.
Aunque en aquella época el embrión era fundamentalmente la práctica y enseñanza del tenis, tan en auge merced a los triunfos de Santana y Orantes, entre otros, antes y después de los cursillos, partidos y entrenamientos en la cancha, este tipo de clubes ofrecía la posibilidad de un ocio familiar.
Muchos son los niños y niñas que han aprendido a nadar en sus piscinas; que han logrado sus mayores logros deportivos en las pistas de tenis o que, al refugio de una sala caliente en invierno y fresquita en verano, han desgastado las tradicionales cartulinas de Fournier a golpe de “órdagos a grande”, “chica” y “pares”…. si los llevas.
Tres generaciones ya han recorrido los cerros y caminos de esta hermosa zona entre la carretera del Valle y Cobisa. Hijos y nietos de Angel Nicolás han podido contemplar la obra que se inició bajo el mandato de su abuelo y de otros tantos abuelos que en los años setenta constituyeron el embrión emprendedor en una ciudad acostumbrada a la “quietud” y el “conservadurismo” de provincias.
Por primera vez, los aficionados al tiro al plato podían contar con un foso adecuado a la practica de esta disciplina. En paralelo al tenis, el tiro en sus diferentes variables y modalidades deportivas, fue promovido igualmente dentro de las actividades del club.
Tertulias, charlas, conferencias…. y amoríos; muchos amoríos entre los jóvenes que pasaban allí todo el verano y gran parte de los fines de semana del invierno. Era lógico, el roce hace el cariño y, así, varios matrimonios “pozueleros” han continuado y continúan la tradición que pronto se convertirá en cincuentenaria.
Como siempre, desde aquí, nuestro recuerdo y sencillo homenaje gráfico a los que a lo largo de estos últimos años han hecho esta ciudad. Con sus errores y sus aciertos; con sus virtudes y sus defectos.
Allí arriba, junto a encinas, tomillos y romeros, han pasado y siguen pasando muchas cosas. Entre don Angel Nicolás y don José Luis Serrano Jr. continúa pasando la vida, familiar y deportiva.
(Archivo VASIL: ver más entradas)
Quique J. Silva
Me encanta !!!
La informacion en un poco erronea, ese terreno lo cedió Angel Nicolas y Angel Martin Megia. Y el primer presidente fue Gonzalo Payo.
Gracias Mamen, hemos interpretado mal la información publicada en 1974 al asociar la nueva construcción bajo la presidencia de Angel, con el primer Presidente del Club. Por lo tanto a Payo lo que es de Payo y a Nicolás lo que es de Nicolás.
Gran articulo
Gracias Enrique.