La galería Exgirlfriend abre sus puertas con el artista Mit Borrás. Bajo el título Completely Familiar Entirely Artificial, Mit Borrás hace protagonistas a los diferentes elementos de los que la sociedad actual se sirve para transmitir la idea de bienestar, higiene, modernidad, satisfacción personal y salud. Hasta el 18 de este mes de noviembre en Berlín (Holsteinische Str. 18, 12161), para los afortunados que puedan visitar la capital alemana esas fechas. Para el resto, entre los que nos encontramos, dejamos aquí una muestra del interesante trabajo de Mit y el texto de la comisaria de la exposición: Rachel Lamot.
Completely Familiar Entirely Artificial
Hoy me decido por el chándal verde, correré 20 minutos en el gimnasio para endurecer mis glúteos, quiero sentirlos realmente firmes, completamente tensos. He trabajado duro para que mis bíceps reflejen mi nivel adquisitivo. Reconozco que siento cierta ansia por ver reflejados mis pómulos nacarados a la luz de mi Ipad, mi Iphone y todos mis putos dispositivos móviles. Me ajusto con velcro las deportivas, emprendo el viaje hacia la frontera entre lo sublime y lo más sublime todavía. Tras la puerta de cristal automática me esperan palmeras frescas, aire acondicionado y neones verdes, verdes como mi chándal. Una tía que está muy buena y que parece japonesa comprueba mi carnet de socio del tropic-gym.
Han perfumado el aire con menta para tapar el olor a sudor.
La peligrosa cercanía entre los conceptos de progreso y tecnología nos ha rodeado de dispositivos tecnológicos y hemos adoptado curiosas rutinas deportivas para sentir que estamos dentro de todo esto. Las vías de comunicación actuales han destruido los pequeños grupos de referencia para dar paso a una comparación universal en la que todos somos susceptibles de ser tachados de demasiado feos, vagos o poco modernos. El amor al poliéster, al color fluor y a la proteína en polvo ha generado auténticos grupos de elásticos fans que adquieren superpoderes cuando una energy drink primermundista roza sus labios. Podría parecer que el hombre del siglo XXI puede surcar el cosmos de un salto con unas Nike Air pero la verdad es que siempre muerde el polvo.
Texto de Rachel Lamot