SESIÓN CONTINUA
El artista iltaliano Edoardo Tresoldi (1987) es conocido por sus esculturas realizadas con mallas metálicas. Lo traemos a esta sección, que siempre incluye un enlace audiovisual, por un trabajo en concreto: la basílica de Santa María de Siponto.
En el parque arqueológico de Siponto, en la localidad de Manfredonia de la región de Puglia, ha realizado una gran instalación, una gran escultura o un trabajo de arquitectura, según nos posicionemos. Se trata de una reconstrucción “virtual” de una basílica paleocristiana a base de planos formados por rejillas metálicas que se pliegan, discurren o se curvan para formar arcos, molduras, capiteles o, incluso, la estructura de madera de la cubierta.
El resultado es espectacular, a medio camino entre la realidad virtual y un sólido trasparente. Además podemos intuir la dificultad del observador en comprender el cómo varios planos etéreos, que cambian cuando él mismo se mueve, dibujan o esculpen un edificio que no está.
Desde otro punto de vista resulta una paradoja, ya que la aparente simplificación no es tal, de modo que para comprender, para dibujar o esculpir, el volumen la malla debe pasar por cada uno de los planos, aristas o rincones, de tal manera que como si una fina lluvia sobre el objeto pudiera ser conservada y asilada en su posición sin el soporte donde fue detenida. Es paradójico también el reconstruir parcialmente, dejando dos “ruinas”: el arranque de los muros del edificio y el edificio virtual a medio construir.
El caso es que el escultor presenta la posibilidad –una de ellas, por supuesto- de aportar la tercera dimensión, la alzada, de la que carecen la mayoría de los restos arqueológicos. Con ella, el espectador no necesita ser informado de la volumetría; puede andar por el lugar e imaginar por sí solo. El resto de la información histórica que se le brinde podrá ser puesta en referencia a un objeto, un edificio, que él comprende y mide con un sencillo ejercicio: ver y andar. Desconocemos el rigor de esta reconstrucción virtual, o virtuosa, aunque no dudamos que la dirección del parque arqueológico puso a disposición del artista los profesionales necesarios para dar soporte adecuado.
¿Alguien imagina Vega Baja así? ¿Y Guarrazar, Ercárvica o Ciudad de Oreto? ¿Sería necesaria tanta imaginación si alguien nos ofreciera la alzada de algún edificio? ¿Y de varios?
El vídeo, de 1 m 49 s, y las fotografías proceden de la página web del escultor.
Benjamín Juan Santágueda, arquitecto.
Gracias a Rafael Caballero por la pista.
maestro!!!!!! impensable. Toledo tendría que dar la vuelta a su calcetín y de momento… el calcetín queda disipado por demasiadas telarañas en el cerebro de muchos de los dirigentes, vengan de donde vengan, y si no a las pruebas más evidentes me remito. Demos un paseo por la cultura de la ciudad y veremos que está adocenada. Pero no importa a fin de cuentas todavía seguimos vendiendo espadas, damasquinos y alguna que otra cerámica, eso sí de souvenirs.