
A comienzos del pasado año de 2021, las autoridades locales de Toledo dieron la vuelta al calcetín en lo que se refiere a infraestructuras ferroviarias, dejando de respaldar el proyecto de que la histórica estación del paseo de la Rosa dejase de ser estación terminal y se convirtiese en estación pasante para acoger los trenes de la futura línea de Alta Velocidad que ha de unir Madrid con Extremadura y Portugal.
Los posibles problemas a la hora de salvar el Tajo, solucionables con varias opciones técnicas (viaducto, o viaducto y vía soterrada), fueron considerados inasumibles por el Ayuntamiento, y la más simple y económica, desviación por el viejo trazado ferroviario de Toledo a Bargas, Extremadura y Portugal, ni siquiera fue estudiada. El gobierno local pasó a solicitar que se construyese una segunda estación de viajeros para la línea del AVE a Portugal, y que fuese también estación de mercancías, proponiendo su ubicación en terrenos del polígono industrial “Santa María de Benquerencia”. La antigua estación quedaba condenada a seguir siendo terminal únicamente de los trenes Toledo-Madrid y viceversa.
Ya lo había adelantado la alcaldesa algo antes: “meter un AVE en una ciudad es una auténtica barbaridad que nosotros no vamos a permitir, y más en una ciudad histórica como es Toledo“.
La propuesta fue aprobada por la Comisión Municipal de Urbanismo y trasladada a la consejería competente del gobierno autonómico, que acabó también respaldándola.
