Sucedió en Toledo. 19 D17 Archivo VASIL
¿Recuerdan las postales? Recuerdan como las puertas de los establecimientos turísticos y librerías se plagaban de soportes metálicos giratorios donde se exhibían las imágenes más bellas de la ciudad?….Y a todo color.
En el Archivo Vasil encontramos algunas de estas tomas “bellas” que el seguimiento de la noticia ofrecía de vez en cuando. Hoy publicamos dos de estas “postales”.
La primera, la Casa del Diamantista y un fantástico reflejo en un agua del Tajo tranquila, aparentemente limpia y, sobre todo, refrescante. En un alarde de técnica y exposición, Maite logra la simetría prácticamente absoluta. ¡Qué mérito! Y sin filtro polarizador, sobre la marcha. “Ver y captar”.
Hoy, que la fotografía nos permite a todos obtener grandes tomas a base de disparar y disparar, de filtros y efectos digitales, esta perspectiva de la zona del Barco Pasaje resulta especialmente interesante. ¡Vamos, que apetece bañarse!
La segunda es una que podría estar hecha prácticamente hoy porque el entorno ha cambiado muy poco. Todos -o muchos de los toledanos- hemos oído hablar de las exclusivas vistas que ofrecen las afueras de Toledo desde los jardines y huertas de los conventos situados en la zona de Carmelitas-Santo Domingo. Sus terrazas, privilegiadas, ofrecen la oportunidad de elevarnos lo suficiente para divisar el horizonte, dirección Madrid, alineando Santiago del Arrabal, Puerta de Bisagra y Tavera.
Lugares para “la vida contemplativa” que Maite ofreció a sus lectores aprovechando alguna visita al convento con motivo del bordado de una bandera, el encuadernado de libros o la toma de hábitos de alguna novicia. Aquella era la noticia, estas vistas son la sensibilidad de la fotógrafa y la oportunidad de ofrecer un nuevo punto de vista.
Para los pocos que a estas alturas aún no han disfrutado de estas terrazas, ahora es posible acceder a uno de los miradores: el del Convento de los Carmelitas. Solo hace falta ir un día a comer en el hostal que ponen a disposición de peregrinos y visitantes en general.
Este blog no es una Guía Michelín, pero el enclave y la comida, merecen la pena.
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Quique J. Silva