La carretera A–42 no es la Ruta 66 de los Estados Unidos, aunque contiene los mismos posos de tragedias e ilusiones. Comunica un lugar pequeño con otro más grande o viceversa: Madrid con Toledo o Toledo con Madrid, dependerá de la posición mental de cada uno. Como cualquier carretera o camino puede ser un espacio de aventura y libertad. O también de tragedia. Una, la ruta 66, es casi infinita; la otra, es corta, como calle pueblerina. La ruta 66 se terminó de construir poco antes de 1930. Cuando el crak bursátil anunciaba su presencia, con la Gran Recesión en marcha. Arrancaba de Chicago y llegaba hasta Santa Mónica, en la tierra dorada de California. Continuar leyendo