Dos poblados que siguen pautas realizadas en Vegaviana, Cáceres, años antes, al construir con el rigor y la sensibilidad de un cuadro de Mondrian, componiendo con huecos y volúmenes, apoyándose en la expresividad matérica de las texturas. Artesanía del espacio, expresión de la materia hecha objeto artístico. Lo popular como fuente de inspiración. El autor mismo comenta que dos materiales son mejor que tres, un solo hueco bien situado provoca con más intensidad a la comprensión de una intención, que las mil formas y texturas que puedan imponerse a un muro. Una fachada siempre son dos caras, resumen y evidencia de la historia, de la vida y de la filosofía del lugar. Del Amo concede a las viviendas el contorno más agradable, funcional, su idoneidad orgánica y su belleza urbana. Dentro y fuera, armónico, sin mimetismos, sin exotismos. Continuar leyendo