La ciudad de Porfirio [Paco Rojas]

Los pueblos se están transformando en masas anónimas, movidas y niveladas por un poder central autoritario y sin “control”… El hombre, con tal de tener seguridad acerca de su alimento y de su paz, está dispuesto a renunciar a todas las prerrogativas de la libertad, del genio, de la creación, del riesgo…  

                                                             “El libro negro”, Giovanni Papini 

Porfirio se paró a recordar cómo él creía que era aquella plazuela: pequeña plaza de la que salían o entraban calles estrechas con funciones similares a las de vasos comunicantes. La luz era tan escasa que a él le parecía que se alimentase de recuerdos, entre tinieblas; o que pretendieran retroceder en el tiempo y volver a los hachones que, en otros siglos, debieron crepitar desde las mismas esquinas. Allí percibió de qué manera la oscuridad de los rincones le provocaba sentencias imaginarias, recuerdos sombreados por retóricas historias… Esa raquítica luz le prestaba color al musgo seco incrustado en las carcomidas piedras de las esquinas. La calzada, mal empedrada con cantos rodados, parecía estar a la espera de lo que el tiempo decidiera hacer con ella. Las callejuelas estaban desiertas, silenciosas, como sumidas en soñarreras tras los calores del día. Mientras caminaba, intentando amortiguar la resonancia de sus pasos, Porfirio veía, mirando hacia atrás y hacia delante, cómo su sombra se encogía y se estiraba cada vez que pasaba bajo la luz de alguna farola.  Continuar leyendo