En el año 1973 se inauguraba un nuevo centro educativo en Toledo, llamado Universidad Laboral. Se había elegido un lugar al final de los denominados campos de D. Gregorio y de una finca particular situada a continuación. Desde el espacio seleccionado se podía contemplar una vista impactante de la ciudad histórica. Entonces aún no se valoraban el paisaje en relación con el centro histórico ni los conos de visión de la ciudad como en la actualidad. El suelo en aquellos tiempos era para cultivar o construir. En este caso construir monótonos bloques de viviendas como en cualquier barrio de las grandes ciudades. Para conocer la historia de la urbanización de la zona nada más útil que saber quiénes eran los dueños del suelo y seguir las intervenciones sobre el asunto en los plenos municipales de los concejales del partido comunista. Se puede obtener una sutil lección del urbanísimo en Toledo, aunque cada zona disponga de sus propias peculiaridades. Continuar leyendo