Unas o varias generaciones de niños y jóvenes entendimos al western como el género de aventuras por excelencia. En Toledo, donde nací y he vivido siempre, existió un cine (ya desaparecido) que se llamaba “Moderno”, más antiguo que “El Imperio” y más aún que el que se construiría posteriormente llamado “Alcázar”. De aquellos cines solo queda el recuerdo en quienes los conocieron. Unos se convirtieron en viviendas y otros en oficinas. En la actualidad las películas se proyectan en pequeños habitáculos con pequeñas pantallas, situados en Centros Comerciales. Continuar leyendo