La celebración del día Mundial de los Museos, el pasado 18 de mayo, vino acompañada este año de 2020, año de la pandemia del COVID-19, por algunas reflexiones que apuntan y señalan a su posible redefinición conceptual y a su probable modificación venidera. El nacimiento de la distancia social –que no deja de ser una distancia de seguridad ante el potencial contagio del transeúnte infectado– introduce una nueva espacialidad anómala en el museo; de la misma forma que la utilización sistemática del erstaz museístico –como ámbito de nueva relación y revelación entre el visitante y el museo sucedáneo o virtual– abre otra distancia diferente de la anterior, como ya nos habían mostrado las reconstrucciones musealizadas de las Cuevas de Altamira y de Lascaux. Circunstancias que junto a la masificación advertida en los últimos años habían llevado a preguntarse sobre el debate entre preservación o autenticidad (El País Ideas, 24 diciembre, 2016). Y, finalmente, la reinvención tematizada con filiales de las casas centrales (Guggenheim, Pompidou o Louvre) y la extinción del museo decimonónico convertido ya en Museo de masas, abren nuevas reflexiones sobre el sentido venidero del Museo, particularmente del Museo de Arte. Junto a esos aspectos conceptuales los estrictamente sanitarios, que han llevado al cierre actual de los museos y han dejado de propiciar ocupaciones extraordinarias y limitar su aforo. Todo ello en imágenes que tras la pandemia ya no volverán a repetirse y que no veremos, ha suscitado reflexiones como las de Suay Aksoy y como las José Díaz Cuyás. Continuar leyendo