Sucedió en Toledo. 14 D17 Archivo VASIL
Toledo es una ciudad pequeña, las familias se entremezclan y muchos apellidos se repiten con frecuencia. Tal vez por eso, muy pronto, Eduardo descompone su apellido para quedarse exclusivamente con Beato. Así le hemos conocido y así le recordará la historia de la pintura contemporánea toledana. No es Sánchez-Beato el ferretero, no es Sánchez-Beato el financiero…. es Beato, “el Pintor”.
Aunque solo sea a nivel metafórico, una de sus grandes pinturas no está en los lienzos que cuelgan de muchas entidades, instituciones y colecciones particulares. Tampoco una de sus mejores obras está teñida de colores y veladuras. Sin lugar a dudas, la pintura que con más carisma ha extendido Beato sobre una superficie, ha sido la que, temporada tras temporada, bañaba de blanco puro las paredes y bóvedas de la Galería Tolmo. Continuar leyendo