El reciente alumbramiento del ya conocido anfiteatro de Toletum de las “Covachuelas”, suma al circo máximo de la Vega Baja un nuevo tesoro fuera de murallas. También debió tener Toletum teatro, muy probablemente a la griega – amoldado a uno de sus barrancos-, aunque este aún se oculta. O quizás jamás lo tuvo, y eso marcó el devenir de una ciudad más dada a las porfías cruentas que a la declamación de la palabra. Continuar leyendo