Un pariente italiano del Hombre de Palo [Benjamín Juan Santágueda]

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A todos nos suena la leyenda del Hombre de Palo, pero este pequeño artículo trata de un pariente italiano. La leyenda atribuye a Juanelo Turriano la fabricación de un autómata de apariencia humana que pedía limosna y agradecía con una reverencia la generosidad de quien le entregaba alguna moneda. Su pariente italiano no pide nada,  se desplaza, hace gestos con el rostro y toca un tambor. Hombre de Palo pudo existir pero es una leyenda; su pariente italiano existe, y puede que también sea obra de Turriano.

Se trata de un autómata, realizado en la segunda mitad del siglo XVI, perteneciente a una colección privada, descrito así en el catálogo de la exposición de Cremona sobre Janello Torriani: “…mencionado varias veces en el inventario de Settaliano Museum (Terzago p.33) como dama noble en el acto de tocar el tambor. El autómata se describe allí como parte de una escena mayor, colocado en una bandeja junto con otro autómata que agradece la exhibición musical del primero. El autómata se mueve a lo largo de un camino que dibuja una estrella de cinco puntas y golpea un tambor con un mazo (instrumentos ahora perdidos).

Volviendo al catálogo de la exposición, se nos cuenta que “es el único ejemplo de autómata tardo-renacentista que corresponde en los movimientos y en el semblante al único atribuido a Janello Torriani de sus fuentes contemporáneas (Ambrosio de Morales, 1575). De acuerdo con el historiador de la corte de Felipe II, Janello hizo una señora de más de una tercia de alto, que puesta sobre una mesa bailaba por toda su superficie con el sonido de un tambor que ella misma tocaba, volviendo después al punto de partida.

Se trata de un pequeño elemento mecánico de madera y metal, de 38 cm de altura y 29 cm de base, con un peso de 1.380 gramos. En ese pequeño espacio el autor alojó, con técnicas de relojería, ruedas, piñones, palancas y demás resortes utilizados en el siglo XVI. En el vídeo que acompaña esta entrada podemos ver la cantidad de movimientos que realiza nuestro autómata, los mecanismos miniaturizados que son precisos y la pericia de sus creador.   

Cuando descubrimos este vídeo, Juan Manuel Rojas me comentó la paradoja que es la propia leyenda del Hombre de Palo, basada en reducir el personaje histórico a lo anecdótico que es imaginar un autómata solicitando la caridad para su ingenioso creador que, abandonado por el rey y el municipio, vivía menesteroso en Toledo. Este recuerdo colectivo se enfrenta con la determinación, la creatividad y la tecnología que realmente sí que poseía el de Cremona, y es seña de identidad del Renacimiento. A Leonardo, en todo el mundo, se le identifica con la inventiva y la tecnología; pero con Juanelo nos conformamos con esta leyenda y olvidamos su verdadera importancia histórica. En Cremona se recordaba al personaje y a Toledo en la exposición “Janello Torriani – Genio del Rinascimento“, con la participación de la Fundación Juanelo Turriano, mientras que aquí parecemos no ocuparnos como se merece.  

El vídeo que incluimos es de HORA Visión, producido por la Associazione cultori orologeria antica, con una duración de 8´18”. Ha sido realizado por Mario Liguigli y, en un italiano comprensible, el maestro relojero Giorgio Grecato nos cuenta todo sobre el autómata, con sorpresa mágica al final.

          

Benjamín Juan Santágueda, arquitecto.

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