Toletum Fragmentada [José Mª Martínez Arias]

G.B. Piranesi. Planta de Roma y fragmentos de la forma urbis, grabado de la serie Las antigüedades de Roma, de 1756. Los fragmentos de Roma parecen estar a la espera de ser recompuestos.

A modo de introducción y como anécdota personal, he tenido las primeras noticias del descubrimiento de las bóvedas del anfiteatro de Toletum en la capital del Imperio, nada menos que en Roma, y paseando por el Foro, ha sido inevitable lanzar paralelismos en cómo el tiempo presente define ambos territorios en lo que a su pasado romano se refiere. Ambas ciudades Patrimonio de la Humanidad y tan ricas en herencias diversas, pero con un importante escalón temporal en lo que concierne a la consolidación de su esplendoroso pasado.

¿Qué sería hoy de la Caput Mundi sin aquel riguroso empeño de los eruditos del Renacimiento y del Barroco que vieron en este pasado mítico un espejo en el que proyectar la sociedad de su tiempo? A raíz de esta búsqueda, surgiría un gran interés por entender, excavar, dibujar y consolidar el vasto legado que para los siglos posteriores ha supuesto todo un foco de conocimiento universal y un obligado punto de peregrinación hacia el origen de nuestra cultura.

Mientras tanto, Toledo sigue esperando su turno y no obstante la ciudad lleva tiempo manifestando su voluntad de ser redescubierta: Justo cuando el mercantilismo volcado hacia el turismo masivo, acompañado de un cuestionable concepto de cultura con planta de parque temático no había hecho más que aterrizar como un ovni disfrazado, la legítima Toletum ha comenzado a mandarnos señales desesperadas mediante los fragmentos de su identidad. El puzle en su conjunto comienza a cobrar sentido cuando vamos reuniendo un mayor número de piezas correlativas y por tanto el resultado es el de una mayor veracidad de la información que éste nos manda.

Casualidades como estas son inevitables cuando les llega el momento, podría haber ocurrido en este solar ahora, o en el contiguo unos años después, y siendo conscientes de la contundente presencia arquitectónica propia de los edificios públicos del Imperio (y ahí está el mutilado Circo) no queda menos que sentirnos afortunados de haber encontrado de manera no intencionada el primer vestigio físico de lo que ya estaba documentado siglos atrás.

Si nos cuestionamos en cómo proceder de ahora en adelante, tal vez deberíamos mirar con ojo crítico a nuestros vecinos para verificar como nada de lo que no se resuelva ahora, seguirá siendo un asunto pendiente cara al futuro. La pasividad o incluso la moderación de este acontecimiento no puede menos que ocasionar un exponencial aumento de la problemática cuando comencemos a reconocer nuevos fragmentos aquí y allá, fragmentos completos que supondrán el punto de inflexión de esta dicotomía para finalmente, darle la razón a nuestra urbis.

José María Martínez Arias, arquitecto.

 

 

(Visited 773 times, 1 visits today)

4 Comments

  • la legitima Toletum, con rotundidad, sepultada, hormigonada entre cimientos, la cuarta cultura aflora, pidiendo ver el lugar y su luz, como un neonato de 2000 años, reivindica sus lugares, focalizando otros puntos de interés en la urdimbre toledana, a quien sepa leer entre curvas de nivel, cuanta información nos ofrecen estas piedras, aparentemente desubicadas
    Parece un puzle, pero podría ser otro juego de casillas, como la arqueo-oca, o un juego de montajes de piezas y tener un efecto dominó, con fichas de patrimonio. Vamos avanzando hacia una urbe más compleja y completa.
    Y si surgen juegos de artificio histórico y fuegos artificiales, “paralelos”, será en las afueras, en los arrabales donde se formaban los grandes mercados, actividad pecuniaria alejada de la cultura, efimera pero también necesaria
    Esperemos una capacidad de negociación con los propietarios, sensible con este potencial toledano, que nos ofrecen las ruinas y sus interpretaciones

    • José María Martínez Arias

      Totalmente de acuerdo, desde luego que los fuegos artificiales están permitidos, siempre que atendamos por orden de prioridad a temas verdaderamente trascendentes. Vuelvo a decir que la oportunidad ha llegado para quedarse, ahora habrá que ver como evolucionan los acontecimientos.

  • José Antonio Marín

    Cualquier actividad realizada por cualquier persona, física o jurídica, debe ser respetada en tanto en cuanto se adapte y acoja a las leyes vigentes.
    Los beneficios pecuniarios que esa actividad reporte y sean tan cuantiosos como sean, obtenidos según las leyes vigentes y si se cotizan los impuestos según Ley, no deben ser motivo de crítica, ya que acrecientan las arcas públicas y, en general, crean riqueza para el pueblo.
    La crítica a la actividad realizada, si se hace, debe referirse pues a las leyes y no a la persona que las cumple. La Ley, cualquier Ley, emana del pueblo y si ahora nos parece injusta es el pueblo el único que puede modificarla o derogarla.
    También puede el pueblo promover nuevas leyes, y ahora mismo podemos pensar en la conveniencia, si no necesidad, de una Ley de Mecenazgo.
    Mientras tanto, no es a las personas a las que se pueden criticar actos que consideremos lesivos para el patrimonio artístico y/o histórico, si estos actos son realizados según Ley.
    Mejor critiquemos a aquellos que tienen el poder para, al menos, presentar ante el Legislativo los proyectos de Ley que mejoren nuestras relaciones.

    Aunque lo deseable sería que aquellos que tienen Potestas tuvieran también Auctoritas.

    • JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ ARIAS

      Estimado José Antonio;

      Desde luego que cualquier actividad que no suponga un delito está dotada de la virtud de la libertad de expresión y acción; Lo que entiendo es que el desarrollo de su comentario está focalizado en contexto del parque?

      Si es así, no considero que sea algo que beneficie en primer término al territorio en su conjunto y menos a largo plazo, pero esto es una impresión personal. En cuanto a la “crítica” por mi parte, entiendo que se refiere nuevamente a la mención del parque “temático-cultural” al cual me he referido como lo que entiendo que es: un elemento ajeno al alma verdadera de la ciudad y su historia, exactamente un negocio, un espejismo cuyo reporte de beneficios obtenidos difiere mucho al tema tratado: La puesta en valor de la riqueza cultural y lo que ello conlleva para su territorio. Ojo! sin desmerecer el valor lúdico que pueda tener al mismo nivel que tantos otros espacios similares.

      Simplemente contrastaba estas diferencias de las que el primer caso afortunadamente termina por ser algo pasajero y volátil en el amplio sentido temporal mientras que el segundo sigue estando presente (queramos o no) varios milenios después dada su importancia.

      No obstante a lo largo de mi breve visión en este apunte, espero haberme centrado más en el tema en cuestión, el yacimiento romano y la ciudad que hay sobre él.

Deja un comentario