La arquitectónica “Vía Mística” de Bill Viola en Cuenca [Antonio Illán Illán]

Fotograma de Madison y Sharon

El neoyorkino Bill Viola es el artista más prestigioso, representativo e importante del mundo en la técnica del videoarte, de la que es el verdadero pionero. Ha creado instalaciones, vídeos, películas, entornos sonoros, proyecciones de vídeo sobre paneles planos y obras para conciertos, óperas y espacios sagrados durante más de cuarenta años. Sus obras tienen ciencia y conciencia, forma de excelsa estética y fondo que roza lo inefable, preciosismo y emociones, innovación formal y concepto atemporal, lo inmanente de temas e iconografía se combina con lo efímero del medio videográfico. Si la poesía mística es aquella que expresa la unión espiritual entre el conjunto de la humanidad y Dios, la obra de Viola participa de esa mística, aunque el concepto de Dios nunca sea visible en ella. Viola es un genio con razón, imaginación y saber, a la vez que un homo spiritualis.Ante las obras de este artista me viene a la mente el silencio o la música. La espiritualidad de la música es lo más cercano a la trascendencia. Tanto me da sentir por dentro o escuchar en unos cascos algo de Johann Sebastian Bach, Lover Man de Charlie Parker, el canto dhrupad -el género más antiguo de la música clásica indostánica-, el reggae de Bob Marley, una rachenitsa balcánica, lo que sea de Claudio Monteverdi, Jimi Hendrix y siempre de Camarón o Meneses. La música y la obra de Viola comparten el doble disfrute de crear y ver/escuchar. No tenemos necesidad de explicar, ni siquiera de atribuir significados, simplemente vemos o escuchamos y disfrutamos.  Continuar leyendo