Los últimos años de Alberto Sánchez [Jesús Fuentes Lázaro]

Figuras con paisaje, aguada sobre papel 152 x 300 cmc 1960-1962. Museo Bellas Artes de Bilbao.

Los inviernos de Moscú están condicionados por la humedad y el frío del Moscova. Los días transcurren duros y de luz corta. En estos años de supervivencia, algunos angustiosos, Alberto Sánchez reproduce en su memoria el sol inclemente de los alrededores de Madrid. El calor agobiante de la casa de las Covachuelas. O el frío que proviene del Tajo. Nada semejante a esto. Sus familiares más cercanos, y algún periodista de Chile, trasmiten los frenéticos últimos años creativos de Alberto. “Este corresponsal tuvo el privilegio de visitar a Alberto Sánchez hace tres meses, pocos días antes de que cayera enfermo, en compañía de Pablo Neruda. Allí en su taller pude ver el mundo fabuloso de formas, la gracia alada de su pájaros, el punzante recuerdo convertido en madera o piedra de sus mujeres españolas” (El Siglo, Santiago de Chile, 15 de octubre de 1962). Intentando sobreponerse a fracasos personales y colectivos se esfuerza con el mismo ahínco de su juventud, cuando de noche trabajaba en la panadería y el tiempo libre lo dedicaba a los dibujos, a la escultura, a las tertulias, a los paseos por Vallecas o por Toledo. Continuar leyendo

En el estudio de Paco Rojas [Jesús Fuentes Lázaro]

Vean, vean, vean. Lean, por si les resultara útil este texto, para comprender  la amplia obra de Paco Rojas. El escrito se acerca a una interpretación mínima de una obra amplia. Se narra  un proceso creativo que, como en el rio de Heráclito, todo fluye, nada es igual, pero es el mismo rio, caudaloso en las épocas de lluvias, más reducido en los estiajes. El cambio y la transformación, sin perder la identidad personal, son el impulso creativo de la obra de Paco Rojas,  que abarca desde el primer cuadro que salió de su paleta hasta la última pintura-escultura del toledano. Continuar leyendo

Las decisiones de Alberto Sánchez. (y II) [Jesús Fuentes Lázaro]

Alberto Sánchez y Luis Lacasa. Pekín 1958.

Segunda parte

En Madrid aprendió a leer y escribir someramente, lo cual le llevaría a considerarse de por vida “semianalfabeto”. Un complejo que le obligó a preferir la palabra a la escritura. Era, por lo demás, un narrador a la antigua usanza, un juglar medieval que contaba narraciones de ciegos en plazas medievales. Dominaba las historias que contaba, modulaba las palabras, controlaba las tonalidades y las inflexiones de la voz para crear un ambiente favorable. Se convertía así, por el atractivo de su narrativa, en el punto de atención de cualquier conversación. Encantaba y seducía con la gestualidad y mímica que acompañaban a sus expresiones poéticas. Consolidó su compromiso social y comenzó a ensayar los primeros esbozos de escultura que componía con la masa de la panadería en la que trabajaba. En paralelo buscó acercarse al mundo intelectual del Madrid en gozosa ebullición por aquellos años. Continuar leyendo

Las decisiones de Alberto Sánchez. (I) [Jesús Fuentes Lázaro]

Pablo Neruda y Alberto Sánchez en el Museo Estatal de Bellas Artes A.S. Pushkin en Moscú.

Primera parte

Admito que es arriesgado escribir sobre lo que pudo ser y no fue. Pero no, en cambio, preguntarse qué fuerzas desconocidas ligaron a Alberto Sánchez a un presente concreto que cerró el camino a futuros posibles y, por la lógica de los sueños, esplendorosos. ¡Tenía tanto arte transformador por delante! ¿Le dio miedo la fama? ¿Pensó que traicionaría sus ideas y sus convicciones más queridas, pervirtiendo su arte y sus principios? ¿No se atrevió, cuando llegaron las ocasiones, a dar un salto que lo dejaba suspendido en el vacío por una fracción de tiempo indeterminada? ¿Se encontraba perdido lejos de los paisajes de su infancia? ¿Fue un adelantado a su época, rechazando la mercantilización de la inteligencia y su obra?   Continuar leyendo

Compartir la obra, entender la época [Jesús Fuentes Lázaro]

Pues, fíjense, que a mí me parece que este es el momento de conocer su obra, indagar en la época en la que vivió y trabajó y extraer lecciones para la mejor comprensión de su obra y su vida. Una vez liberado Alberto Sánchez y su obra del oscuro estado en el que se encontraba, es hora de entender esa obra, disfrutar la poética de su escultura y la sutileza de sus dibujos. ¿Por qué se habla más del sitio que de la obra? ¿Alguien tiene problemas con su obra o su trayectoria artística o vital? Hablar de otras cosas y no de su obra recuperada es algo así como ningunear al autor, ignorar sus esculturas, despreciar sus dibujos. Toledo históricamente ha tenido dificultades con el arte contemporáneo. El más reciente y dramático, el desprecio durante años a la escultura de Chillida que le obligó a repudiarla. Aunque ya había ocurrido algo similar años atrás con el Greco o con el Trasparente de la Catedral. Continuar leyendo

Historias en la judería [Jesús Fuentes Lázaro]

@Venancio Martín

Fijen la escena en la memoria y no la olviden. Miércoles, 13 de marzo, del año 2023 (siglo XXI), el obispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, bendice la imagen de un Cristo, donado por el Sr. Roberto Polo, y colocado en un espacio público al lado de la iglesia de San Juan de los Reyes. La obra se eleva unos cuatro metros y un aro de hierro circunda la figura. El autor, Nino Longobardi que no se considera “ni creyente ni practicante”, sino un espíritu laico que interroga a la propia realidad, rinde con la obra un homenaje a las víctimas de las guerras y de la inmigración, según su propia expresión. Su instalación en Toledo se ha presentado como una cándida y almibarada “Ascensión.” Continuar leyendo

Alberto Sánchez, la dignidad de la pobreza [Jesús Fuentes Lázaro]

@ Javier Longobardo

Se suele decir que los principios y valores de lo que seremos en la edad adulta se fijan en el cerebro en los primeros años de la infancia. Sea cierto o sea falso, a partir de ahí, todo son variaciones, interpretaciones, vueltas y más vueltas sobre los mismos temas y los mismos asuntos. Alberto Sánchez nació y vivió en la pobreza, cercana a la miseria. Sintió la pobreza como una fuente de imaginación y creatividad. Nada que ver con los llamados artistas del hambre que proliferaron en los siglos XIX y XX que anunciaban como forma de arte una presencia despojada de todo, hasta del alimento. Las estrecheces económicas de los años de la infancia reaparecerán de diversas maneras en la vida adulta de Alberto hasta constituir una austeridad interior que condicionará su vida y su obra artística. Si no fue un escultor y pintor de más renombre se debió a esa austeridad que mantuvo durante toda su vida. No ambicionaba el dinero, no ambicionaba la fama, ahorraba en materiales y prefería la vida sencilla, casi primaria, a las complicaciones de la fama. Aunque de no haber nacido pobre no hubiera hecho la obra que hizo. Para pintar o esculpir le bastaba la imaginación que se había despertado en él desde pequeño, producto de las carencias. Su obra fue su forma de dignificar la pobreza de su vida y de la época. Resultó el antídoto que empleó en sí mismo para no vivir del rencor, no convertirse un artista permanentemente agraviado o combatir el narcisismo que se manifestaba en muchos personajes que conocía. Era el antidivo que terminaba ocupando el centro de las reuniones. Continuar leyendo

Los 50 años de La Laboral [Jesús Fuentes Lázaro]

Universidad Laboral. Fotografía de Juan Miguel Pando Barrero © Fototeca del IPCE signatura PAN-B-027094_P

En el año 1973 se inauguraba un nuevo centro educativo en Toledo, llamado Universidad Laboral. Se había elegido un lugar al final de los denominados campos de D. Gregorio y de una finca particular situada a continuación. Desde el espacio seleccionado se podía contemplar una vista impactante de la ciudad histórica. Entonces aún no se valoraban el paisaje en relación con el centro histórico ni los conos de visión de la ciudad como en la actualidad. El suelo en  aquellos tiempos era para cultivar o construir. En este caso construir monótonos bloques de viviendas como en cualquier barrio de las grandes ciudades. Para conocer la historia de la urbanización de la zona nada más útil que saber quiénes eran los dueños del suelo y seguir las intervenciones sobre el asunto en los plenos municipales de los concejales del partido comunista. Se puede obtener una sutil lección del urbanísimo en Toledo, aunque cada zona disponga de sus propias peculiaridades. Continuar leyendo

Las dificultades de la estatuaria urbana [Jesús Fuentes Lázaro]

Instalación de Lugar de encuentros de Chillida. 1981, 1982. Fotografía del Archivo Municipal.

Las civilizaciones han mostrado su esplendor a través de la arquitectura y la escultura. Ambas actuaban como símbolo de poder, de trasmisión de mensajes, de recuerdos de hazañas y de héroes nacionales o locales y, también, de adorno de los espacios públicos y religiosos. Por eso conocemos costumbres, tipologías y detalles de aquellas civilizaciones que desaparecieron en el transcurrir de la Historia. Las ciudades actuales, menos armoniosas que las renacentistas, por ejemplo, y, desde luego, menos ostentosas en su construcción, empezaron a emplear la estatuaria al aire libre para encubrir la fealdad de los barrios, casi todos similares, de estructuras homogéneas con ninguna concesión a la estética. Continuar leyendo

El exilio de Alberto Sánchez [Jesús Fuentes Lázaro]

Pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937 con la escultura de Alberto: El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella.

No ha tenido suerte hasta ahora el escultor más importante de Toledo, Alberto Sánchez. Su vida fue marcada por los exilios. Tres físicos, que sepamos, y varios otros mentales, que ignoramos. El primer exilio, interior, se produjo en su juventud. El segundo, exterior, cuando se vio obligado a abandonar España para vivir en un país tan diferente al suyo como Rusia. El tercero, ya él no lo vivió. En un día sin fecha, de un mes cualquiera, de un año indiferente la parte de su obra cedida a la ciudad se almacenaba en la que fuera biblioteca antigua en compañía del polvo y los fantasmas. Amontonadas y abandonadas estuvieron durante años hasta que el empecinamiento de Juan Sánchez consiguió un trato menos duro para las obras allí soltadas. El Museo de Arte Contemporáneo de Toledo se cerraba sin explicación ni motivos aparentes. Sus esculturas y dibujos, tan innovadores, eran condenados a purgar su modernidad en un lugar improvisado junto con las obras que otros creadores de la España cercana habían proporcionado para el mencionado museo como acompañamiento a la trayectoria artística de Alberto Sánchez. Continuar leyendo

En el estudio de Fernando Sordo [Jesús Fuentes Lázaro]

Apareció. Surgió como si fuera un personaje del Gran Gatsby, el héroe de la “belle epoque” de la novela de Scott Fitzgerald. En su “escarabajo” color café con leche, cruzó el barrio de Santa Teresa hasta donde le esperaba. En el Volkswagen descapotable, recuerdo rodante de antiguas historias, nos desplazamos al Estudio, ahora reconstruido, tras el paso destructor de Filomena. Antiguamente había sido una nave para usos más toscos. Ahora, en una nueva vida útil, es un estudio de artista, reconstruido que brilla con abundante luz del Norte, la más pura y limpia, en expresión de Fernando Sordo. La otra, la luz del Sur, está más contaminada, posee más amarillos, más ácidos. Se supone que sabe lo que dice, pues un elemento esencial de su obra consiste en atrapar en un espacio inerte los efectos multiplicadores de la luz. Y con esta introducción iniciamos el recorrido por las obras de pintura-no escultura, aunque tenga volúmenes, del pintor Fernando Sordo.

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Más allá de los idus de marzo [Jesús Fuentes Lázaro]

‘Asesinato de Julio César’ (aprox. 1749-1821), de Laurent Pecheux.

César. Tiranía. República. Conjura. Idus de marzo. Asesinato en grupo. Palabras incomprensibles a Marco Bruto que popularmente se han traducido como “tú también, hijo mío”. Es lo que nos cuentan en el colegio. En fin, sucesión de imágenes que forman la secuencia del asesinato de César, aquel que había cruzado el Rubicón – en realidad un riachuelo – pero que en la imaginación se confunde con el paso de un río feroz, probablemente por el rumbo que tomaría su política para acabar con la República. Y luego, ¿qué? El luego, el qué y el cómo es lo que se cuenta en el libro de Peter Stothard El último asesino”. Y como subtitulo “la caza de los hombres que mataron a julio César”. Lo que se produjo a continuación fue una guerra civil, no se restableció la República, se instauró un modelo dinástico y uno a uno los participes en la conjura fueron suicidándose o cazados por una venganza sin límites temporales, amparados en la “Lex Pedia”. Todos los conjurados eran colaboradores o amigos de César, todos ilustrados y miembros de familias distinguidas de Roma. Entre ellos, Cicerón, un narcisista, ególatra, maniobrero, ambicioso, desleal con lo que no fuera su proyecto personal. Continuar leyendo