Paco Rojas. El pintor de los marrones. [Quique J. Silva]

Sucedió en Toledo. 16 D17 Archivo VASIL


Ya hemos hecho varias referencias a la creación del Grupo TOLMO (Toledo Moderno) por parte de una serie de artistas toledanos o afincados en Toledo, que trataban de impulsar el arte y la cultura en general, en una ciudad a la que le costaba evolucionar, cargando a las espaldas el peso de su propia historia. Frente al oficialismo, las sotanas, hábitos y uniformes, TOLMO irrumpe en la conservadora sociedad toledana para insuflar aire nuevo. Y este, como todos los grupos, nace con un líder. Paco Rojas ha sido durante toda la existencia de TOLMO su cara mas visible.

Pero en la propia naturaleza del grupo está la disconformidad, la libertad de expresión y el ánimo casi permanente de oposición al poder establecido (incluso el suyo propio). Ello le ha acarreado a Rojas muchas noches en vela, muchos días de gestiones internas y externas; mediando entre las instituciones y sus compañeros para llevar a buen puerto, este o aquel proyecto. Querámoslo, o no, las grandes evoluciones culturales dependen en gran medida de las instituciones y, querámoslo o no, el arte y los artistas se sienten los elegidos para romper con el poder establecido. Menudo “marrón” para Paco.

En aquel pequeño local de la calle Santa Isabel, donde se ha expuesto, se ha pintado, se ha conspirado y, sobre todo, se ha “creado”, algunas veces las discusiones se oían desde Casa Villegas (actual Aurelio) donde, irremediablemente, finalizaban casi todas las reuniones sin que la sangre llegara al río.

De las imágenes existentes en el Archivo Vasil hemos seleccionado dos muy significativas en la vida de Paco Rojas como gestor. La primera es la inauguración de la sala de exposiciones, con una muestra del también toledano Rafael Canogar. Ambos charlan delante de uno de los cuadros y, claramente, la figura de la derecha parece ya escandalizada de lo que oye. 

En la otra, junto al alcalde del momento Juan Ignacio de Mesa, Paco, en nombre del Grupo Tolmo promotor de la idea, presenta en el Ayuntamiento el gran proyecto de Museo de Escultura al Aire Libre. Lamentablemente, de este proyecto, actualmente solo existe la escultura que Chillida donó y que aun se encuentra milagrosamente instalada junto a la Puerta de Alfonso VI.

Particularmente, siempre he pensado que este proyecto vino demasiado pronto. Eran los primeros escarceos de una naciente democracia, dispuesta a cambiar usos y costumbres pero muy poco preparada para asumir retos estéticos que “atentaran contra el Patrimonio de la Humanidad”. 

Un magnífico montaje fotográfico de Ricardo Pons mostraba el aspecto que podrían ofrecer las esculturas “modernas” en los espacios “históricos”. No había lugar a dudas, se trataba de romper. El objetivo era incorporar el arte contemporáneo en un entorno absolutamente tradicional…. pero aquello fue “demasiado para el body” (expresión anglosajona de la época en boca de los más progres). 

Entre pincelada y pincelada, exposición y exposición, clase y clase, Paco Rojas continuaba (y continúa) luchando. Explicando a los poderes establecidos la necesidad de cambiar, de actualizarse, de evolucionar….. y explicando a sus compañeros del Grupo Tolmo que este o aquel alcalde no tiene posibilidad, que este o aquel consejero no tiene sensibilidad, que a este o aquel Presidente no le sale de los….. presupuestos.

Mas allá de investigaciones pigmento-científicas, psico-cromáticas o sencillamente analíticas, tal vez ahora entienda mucha gente por qué la obra de Paco Rojas se desarrolla fundamentalmente en la gama de “los marrones”.

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Quique J. Silva

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