Segunda entrega de los muros islámicos. Si no has leído la primera, pulsa AQUÍ

Junto a la construcción por medio de sillares, la otra variedad en la arquitectura de edificios de época islámica en la ciudad de Toledo, es la utilización de la mampostería encintada, de la cual se ha vertido abundantes río de tinta, pero que a nuestro juicio quedó bastante bien esquematizada en el trabajo que publicaron Juan Manuel Rojas y Ramón Villa en el año 1999.

La tipología de mampostería encintada que se desarrollaría en estos siglos, la identificaron como aparejo toledano “Tipo A” que está: “formado por cajones con hiladas simples de mampuestos irregulares entre verdugadas simples de ladrillos” (Rojas y Villa, 1999, 587). Ocasionalmente, en la parte superior de los mampuestos se nivela con fragmentos de tejas y ladrillos, hecho más común de lo que en ocasiones se podría suponer. Otra variedad de esta misma construcción que se ha documentado en otros yacimientos, como por ejemplo en la ciudad de Vascos, es que las verdugadas de ladrillos son sustituidas por mampuestos pequeños y regulares.

Si seguimos una evolución crono-cultural de estos paramentos, se le podría considerar como una variedad del Opus mixtum de tradición romana y que se fue generalizando en época islámica, por lo menos en Toledo y sus alrededores. Adam nos comenta que “En los inicios del S. II, el opus mixtum cohabitará con el opus reticulatum (…) La densidad de verdugadas de ladrillos que interrumpen los paramentos de mampuestos en las distintas presentaciones del opus mixtum es muy variable. (…) mientras que con el opus vittatum mixtum, dicha separación puede ser grande o reducirse considerablemente, para llegar a una alternancia de una o dos hiladas de ladrillos por una hilada de mampuestos” (Adam, 2002, 154).

En el trabajo de Rojas y Villa, este tipo de aparejo se puede encuadrar sin problemas a finales del período Califal (Mezquita del Cristo de la Luz y San Lorenzo), continuando a lo largo del período taifa y, posiblemente hasta los reinados de Alfonso VI y VII, en la primera mitad del S. XII.

También aparece en amplias zonas de la muralla de Toledo, pero en este caso más en el sector norte, principalmente desde la puerta Vieja de Bisagra hasta la zona de la Granja, justo por debajo de la Diputación.

A lo largo del período taifa toledano (S. XI) se ha identificado en numerosas viviendas toledanas, así como en algunos tramos de la muralla de la ciudad. Este peculiar aparejo toledano lo podemos ver en edificios singulares como la Mezquita del Cristo de la Luz; en algunos muros de la mezquita de San Lorenzo; parte de la torre de san Andrés, parte de la fachada de la actual iglesia de Santa Justa y Rufina; torreón junto a la puerta de Bad al-Mardum; tramos de la muralla junto al postigo de La Granja; torre de Santiago del Arrabal; parte de la torre de la puerta del Sol; fachada de la mezquina de San Ginés (cuevas de Hércules) o los baños de tenerías; así como en diferentes casas, tanto del Arrabal de la Antequeruela como del caso histórico.

Rafael Caballero, arqueólogo.

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