Hábitat comestible [Teodoro Sánchez-Migallón]

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¿Qué es comer correctamente? Calcular pesos y calorías, combinar porcentajes exactos de legumbres, hidratos, verduras, proteínas y frutas, equilibrar químicamente los índices glucémicos, con aportes vitamínicos y proteicos en dosis puras, o seguir las buenas costumbres y la experiencia, adoptar una dieta mediterránea, diversa y discreta, apreciando los consejos de la tradición y aplicando el sentido común, dejando que los sentidos se enriquezcan con sabores, colores y olores, que aportan una identidad físico-estacional al alimento.

Dos formas de afrontar un problema, compatibles, ciertas, en una se refleja el progreso tecnológico y en la otra la decantación del tiempo y la experiencia.

Pues una arquitectura correcta, se podría interpretar de forma similar.

Diseñar una envolvente de menor transmitancia, con un volumen de una compacidad correcta, donde la ventilación esté asegurada sin pérdidas energéticas, e incluso podamos aportar ganancias en invierno.

O construir escuchando el susurro vernáculo, discerniendo conceptualmente cuales son los espacios-refugio de los espacios-filtro, en estas construcciones del tiempo, como enfrentarse al clima con pocos recursos, como componer las cajas habitables ortoedricas con los elementos protectores que nos aporta la tradición, como ser NATURALES dentro del artificio que supone el edificio. Disposición de patios, vegetación y elementos de agua, para el verano, porches, galerías cubiertas para proteger los huecos, cubiertas inclinadas que aceleran las corrientes de aire y generan ventilaciones naturales, zaguanes, cuevas, patios fríos, cámaras no habitables, aislantes bajo la cubierta, etc…

Componer con los elementos tradicionales, entendiendo termodinámicamente su funcionamiento, es garantía de futuro en nuestra arquitectura, es tiempo de mirar atrás. Pero ante todo come bien y poco, cuida tu primera arquitectura, tu envolvente.

Teodoro Sánchez-Migallón Jiménez, arquitecto.

El autor es el presidente de la Demarcación del C.O.A.C.M. de Ciudad Real.


Ilustración de portada: Lorenzo Goñi (1911-1992). Publicada en el número 86 de la revista Arquitectura (1966). 

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3 Comments

  • JOSÉ RIVERO

    Arquitectura comestible es un concepto desplegado por Salvador Dalí, a propósito de Gaudí. Yo traté de indagar la comestibilidad construida desde la idea de Fisac de ‘el mondogo’ de la arquitectura. Y al final todo ello nos lleva a valencias del surrealismo ,que emparenta visceras, casquerias y órganos. Esta idea de Organos la aplica Fernández Galiano a cierta obra de Fisac. Por lo demás la ilustración de Goñi conecta más los cuerpos con los edificios, en la metáfora de Sennetten su libro ‘Carne de piedra’.

  • No creí que mi culinaria comparación abriese el apetito surrealista de mi amigo Rivero, con su amplia retórica. Mi ultima intención era explicar dos caminos para afrontar la sostenibilidad arquitectónica, y el subconsciente me dirigió a los fogones. De todas formas este proceso me anima para acercarme a la pintura de Bacon, al vientre del arquitecto, a los salpicones de Liberatore/Tamburini, o las morfosidades de Moebius, ¿o estoy cayendo en la gula?
    ¿dónde disfrutarías más Pepe, en Le Maurice*, o en el cuadro de Antonio López Torres, “podador manchego” comiendo gachas entre las cepas fermentado sus hojas después de la helada matinal, perfumando el ambiente?
    *con tres estrellas Michelin, sirve alta cocina francesa en un elegante comedor con una magnífica decoración inspirada originalmente en el Salon de la Paix del Palacio de Versalles, reinterpretada por Philippe Starck.

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