El placer de custodiar hasta la próxima generación [Carlos Rojo Antúnez]

Anfiteatro de Tarragona

La publicidad de una afamada marca de relojes suizos resaltaba que usted podía adquirir uno de sus modelos, pero realmente el reloj no era del todo suyo porque lo que realmente compraba era placer de custodiarlo hasta la próxima generación.

Toledo, una de las 15 ciudades patrimonio mundial de la humanidad en España tiene aún una asignatura pendiente con la custodia de los restos arqueológicos que siembran la ciudad, cuya delimitación topográfica origina una abigarrada superposición de sus capas de historia. Un nutrido sector de la población percibe estos vestigios de su cultura como algo negativo, como un estorbo que paraliza, encarece y, en algunos casos, impide ejecutar nuevos proyectos.

El Convenio Europeo sobre la protección del Patrimonio Arqueológico revisado en Malta en el año 1992 concede una gran importancia al entorno y al contexto de los bienes arqueológicos. Los conceptos de salvamento o rescate del documento anterior firmado en Londres, son sustituidos por el de conservación, pasando del culto al objeto al reconocimiento del valor de los contextos. En Malta 92 opta por la conservación en el lugar original, siempre que sea posible, y adquiere importancia no el objeto aislado, museable, desprovisto de su contexto, sino el paisaje, el entorno, el ambiente en el que se sitúa el yacimiento junto con el propio yacimiento, como una dualidad inseparable.

El derrumbe en Málaga de los cines Astoria y el proyecto de equipamiento cultural promovido en este emplazamiento por su Ayuntamiento, posibilitó la aparición en su subsuelo de enterramientos romanos, elementos de la ciudad musulmana del siglo XI y vestigios de su conquista por los Reyes Católicos. La arqueóloga Leticia Salvago lideró el debate acerca del tratamiento de estos vestigios, mostrándose partidaria de su conservación siempre y cuando sirvan para divulgar el conocimiento: “No tiene sentido conservar algo si no se va a integrar ya no sólo en la ciudad, sino en la sociedad”. 

Si bien este debate acerca de mantener, integrar, modificar o incluso impedir proyectos de iniciativa pública son percibidos por los ciudadanos como una discusión técnica ajena a su ámbito, entre otros motivos porque el coste se asumirá por el erario público, cuando restos del anfiteatro toledano “emergen” en el subsuelo de una pequeña promoción particular, muchos ciudadanos ponen el grito en el cielo por las repercusiones que se le originan al promotor particular. Toledo es un yacimiento arqueológico de primer nivel y a nadie debería sorprender encontrar vestigios de sus culturas en todo tipo de obras. La localización del anfiteatro en las Covachuelas no solo viene ya referida en el Libro Primero de los Reyes de Toledo del Doctor Cristóbal Lozano (1609-1667) sino que figuran documentadas excavaciones en diversas edificaciones que localizan restos compatibles con dicha edificación, formando un puzzle cuya solución puede ahora comenzar a intuirse.

Las bóvedas encontradas están a la espera del informe de la Consejería de Cultura y una reunión con el Ayuntamiento de Toledo y el Consorcio de la ciudad y al igual que la Sra. Salvago opino que este patrimonio arqueológico no tiene sentido conservarlo sino se integra en la ciudad, en la sociedad. Deberemos ayudar entre todos al particular a gestionar este valor, que no es sólo suyo: suyo será el placer de disfrutarlo ahora y custodiarlo hasta la próxima generación.

Carlos Rojo Antúnez, arquitecto.

Master en Intervención y Restauraciones Arquitectónicas

El autor es el actual presidente de la Demarcación de Toledo del C.O.A.C.M.

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2 Comments

  • Me gustaria destacar la idea que Carlos nos ofrece tan claramente: la divulgación e integracion de la ruina en la ciudad. La ciudad como ruina habitable, Toledo al igual que Roma, con sus grandes vacios edificatorios cuajados de huellas y restos que consiguen dotar al complejo urbano de una categoria superior, el tiempo. La carga de conocimientos que aportan esas piedras caidas y desordenadas, elevan a estas ciudades de estratos formales, de historias superpuestas, a verdaderas bibliotecas fósiles, de las que extraer las claves para un futuro enriquecido.
    Debemos concienciar a la sociedad de la gran belleza que ocultan esas piedras, mostrando sus valores y explicando sus motivos, y completar asi, fisicamente el diagrama espacio-temporal de Toledo. Gracias por mostrarlo con sencillez y claridad

  • Carlos Rojo

    Es necesaria una labor pedagógica de todos. En una entrevista en la radio lo comparé con encontrar un Tiziano en la buhardilla. Si logramos que la sociedad visualice como algo muy valioso estos “regalos” de la historia daremos un gran paso hacia su conservación e integración.

    Gracias por tu comentario.

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