Dos relojes de sol horizontales en el claustro de la catedral de Toledo [Pedro Novella]

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“Relox orizontal con las longitudes de algunos lugares”

BIBLIOTECA DIGITAL HISPÁNICA, BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. Mss/7827. Libro de Relojes de sol. Manuscrito de 1598 atribuido a Pedro Roiz por Nicolás Antonio. Pág. 8.

Los relojes de sol horizontales sirvieron en algún tiempo para conocer la hora o para “gobernar” los relojes mecánicos de torre. Es esto, precisamente, lo que los diferencia de los relojes horizontales modernos. Los relojes horizontales modernos, muchos de ellos de gran tamaño, adorno de parques y rotondas, no se utilizan para saber la hora. Los relojes horizontales anteriores a 1900 son muy raros. Por ejemplo, en el inventario de la Sociedad Catalana de Gnomónica, entre más de siete mil relojes de sol recogidos, no llegan a una docena los relojes de sol de esta clase.

Dos ventajas tiene el reloj de sol horizontal sobre los demás relojes: marca todas las horas del día durante todo el año y puede ser observado desde el interior del edificio, por esta razón muchos de ellos están colocados en el alféizar de las ventanas, empotrados junto a un balcón, apoyados sobre barandillas y antepechos. También presenta esta clase de reloj de sol un inconveniente que influye en su conservación: al encontrarse en posición horizontal está más expuesto a la erosión.

En el claustro de la catedral de Toledo hay dos relojes de sol de este tipo. Ahora están en desuso, pero hubo un tiempo en que se utilizaron para arreglar (poner en hora) el reloj mecánico de la torre.

Reloj uno. Rectangular de mármol y sobrepuesto. 

En la foto de Petit fechada en 1907, se distingue el reloj de sol junto al contrafuerte del primer arco del ala norte del claustro bajo. A este mismo reloj parece referirse Sixto Ramón Parro en el libro TOLEDO EN LA MANO o descripción histórico artística de la magnífica catedral y de los demás célebres monumentos (Toledo, 1857) cuando escribe lo siguiente: En el cláustro del Norte, mirando al Mediodía, hay un poco antes de la mitad del antepecho, un meridiano o reloj de sol muy bien situado, para que el relojero tome la hora fija los días que hace sol, cuando viene á cosa de las doce, a dar cuerda y repasar la máquina del reloj de la iglesia, del que tendremos ocasión de hablar en el capítulo siguiente.

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Grabado en una placa rectangular de mármol blanco sujeta con cuatro hierros, uno de ellos perdido, al antepecho del ala norte del claustro alto. Marco simple. Minúsculo semicírculo distribuidor atravesado por las líneas horarias. Horas en números romanos, de IIII de la mañana a VIII de la tarde, grabados todos en posición paralela a la línea de las doce. Carece de líneas de medias horas. Gnomon: triangular de chapa de latón apoyado sobre una base triangular fijada a la placa de mármol.

Reloj dos. Semicircular tallado en la cara del sillar y en horizontal.

El segundo reloj de sol es semicircular, y está grabado en el antepecho del ala norte del claustro alto. Está bastante deteriorado.

El diámetro de la traza de mayor tamaño es aproximadamente el doble que el del menor. El reloj de sol horizontal de mayor tamaño conserva la traza completa y está numerado en romanos de VI de la mañana a VI de la tarde, aunque ha perdido parte de la numeración. La traza menor conserva el semicírculo delimitador y algunos trazos de las líneas horarias. Los dos tenían varilla de un apoyo.

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Pedro Novella.

Más información en Asociación de Amigos de los Relojes de Sol. AARS. Artículos del autor encabezados con “PN”. Fotografías actuales de los relojes de Antonio Cañones. Ver fotografías de Petit en el blog “Toledo Olvidado

 

 

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