La comunidad mozárabe y le Escuela de Arquitectura se oponen a este nuevo proyecto.
La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, en boca de su presidente, ha manifestado su total oposición a los ahora conocidos proyectos para construcción de la segunda torre de la catedral, que han tenido una indudable repercusión entre nuestros lectores. “Ninguna de las propuestas atiende al espíritu de la cuidad histórica: una por obsoleta e ilegal, y otra por excesivamente moderna y sin sentido”, ha manifestado categóricamente a nuestro medio. “Vamos a luchar con todas nuestras fuerzas. Un representante de ICOMOS nos va a acompañar el día 28 para apoyar nuestra postura frente a los responsables de este desatino”.
Como alternativa proponen recuperar el proyecto del insigne arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio, que en 1920 proyectó la segunda torre con un acertado estilo “historicista”, tras ganar un apretado concurso al también famoso arquitecto catalán Lluís Doménech i Montaner. Cuentan las crónicas de la época que la amistad del arquitecto andaluz con el monarca Alfonso XIII fue determinante para la resolución del concurso.
La iniciativa fue obra del arzobispo de Toledo y Primado de España: Enrique Almaraz Santos. Tras el encargo, el conocido y prolífico arquitecto que luego proyectaría la plaza de España de Sevilla, entregó los primeros bocetos que fueron apoyados con entusiasmo por el cabildo, el alcalde de la ciudad –D. Justo Villareal Villarubia-, la prensa local y gran parte de la ciudadanía. Sin embargo, la firme oposición de la comunidad mozárabe frustró su construcción.
Para recuperar este proyecto la Real Academia cuenta también con el apoyo de Iniciativa Ciudadana del Casco y del blog “Toledo Olvidado”. Para hacer oír su voz convocan a toda la ciudadanía el próximo 28 a las doce horas en la plaza del Ayuntamiento. Sin embargo, de boca de su director, la Escuela de Arquitectura se opone frontalmente por considerar el proyecto claramente “demodé”. La comunidad mozárabe mantiene la misma postura desde hace un siglo.
La Astilla de Palo