50 años del C.U.T. [Quique J. Silva]

Sucedió en Toledo. 32 D19 Archivo VASIL


Apertura del curso 1969-70. El Rector Magnífico de la Universidad Complutense de Madrid: Profesor Botella Llusiá, abre solemnemente un nuevo periodo de enseñanza universitaria en Toledo

Parece que el otoño de 1969 fue un periodo muy fructífero para la vida toledana y como consecuencia de aquel “glorioso año”, ahora, 50 años después, se suceden los acontecimientos que traen a la actualidad aquellos logros, más o menos trascendentales.

Uno de estos hechos históricos y decisivos fue el acuerdo de reinstaurar la educación universitaria, a través de lo que primero se denominó Centro de Estudios Superiores y después Centro Universitario de Toledo. C.U.T.

Con el protectorado académico de la Universidad Complutense de Madrid; el impulso institucional de la Diputación Provincial y el apoyo económico inicial de numerosos ayuntamientos, entidades e instituciones, el Palacio de Tavera acogió la inauguración solemne del curso 1969-70; primero de los que luego continuarían hasta la integración total en la actual Universidad de Castilla La Mancha.

Las primeras clases, de Filosofía y Letras, se impartieron en unas aulas cedidas en la Escuela Normal de Magisterio. Posteriormente, el CUT, fue encontrando acomodo en otros edificios institucionales como el Palacio de Lorenzana, San Pedro Mártir o San Juan de la Penitencia, entre otros.

Procesión académica en el patio del palacio de Lorenzana. Los “maceros” del Ayuntamiento preceden a la Corporación Municipal en su entrada el paraninfo.

Con las limitaciones propias de las pocas especialidades impartidas, ya no era imprescindible salir de Toledo para hacer una carrera universitaria. Alrededor de 20.000 estudiantes pasaron por el CUT entre 1969 y 1990, momento en el que la recién creada UCLM se hizo cargo de toda la enseñanza universitaria, en la también recién nacida región de Castilla La Mancha.

Con el lenguaje propio de “las batallitas” antiguos alumnos aún siguen orgullosos de aquellos principios. Recuerdan, con la nostalgia que da la perspectiva temporal, sus primeras clases en las inhóspitas aulas de Lorenzana. Calor, cuando hacía calor y mucho frío, cuando hacía frío. La belleza de las columnas, dinteles y patios de granito, no justificaban en modo alguno los sabañones y la falta de medios materiales. Al menos, se justificaban casi todos, no tenemos que pasarnos la vida en Madrid o en el “Galiano”.

La presencia del CUT trajo consigo una intensa actividad cultural en torno al mundo universitario toledano.

A pesar de todas las dificultades del momento, la juventud lo puede todo; y hoy, al cumplirse los 50 años de la creación del CUT, el que más o el que menos lo recuerda con pasión, con orgullo de pertenencia, con la sensación de haberse formado convenientemente, tanto a nivel humano como académico.

El rectorado actual de la UCLM, con el apoyo desinteresado de antiguos alumnos y profesores, han querido conmemorar este periodo de la historia universitaria toledana con la publicación de un libro y la exposición de 50 fotografías que rememoran aquellos años.

Nuevamente, el Archivo Vasil ha servido de “Memoria Fotográfica” para ilustrar, tanto el libro como la exposición, que permanecerá abierta en el patio del palacio de Lorenzana desde el miércoles 4 de diciembre hasta el 7 de febrero de 2020.

Enhorabuena a todos los que empezaron y terminaron su carrera aquí. Enhorabuena, también, a todos los que empezaron pero se quedaron por el camino. Enhorabuena, incluso, a los que, sin haberlo conocido lo reconocen.

Enhorabuena a la UCLM que no reniega de su pasado.

(Archivo VASIL: ver más entradas)

Quique J. Silva

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2 Comments

  • José-Antonio Marín Jimenez-Ridruejo

    Me parece un poco excesivo el aseverar que los estudiantes universitarios sufrían de sabañones por recibir sus enseñanzas en las frìas aulas de Lorenzana.
    ¿ Eran mas “blanditos” los universitarios que los niños que estudiaron allí mismo el bachiller ?

    • Enrique Jiménez Silva

      No amigo Jose Antonio, los universitarios no eran mas “blanditos” eran iguales que los bachilleres que habitaron anteriormente aquellas aulas. Yo, personalmente, doy fe de ello.

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